El Ministerio de Universidades admite que la situación «no es aceptable» y anuncia que está trabajando para cambiar el sistema con la Conferencia de Decanos de Odontología; la idea es que los aspirantes hagan las mismas pruebas que pasan los estudiantes del grado en las facultades
La pesadilla de homologar títulos universitarios extranjeros: “Estamos pidiendo que se cumpla la ley”
Romina estuvo tres años esperando que el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades le dijera si le convalidaba su título argentino de Odontología. Tres años en los que no pudo ejercer y tuvo que buscarse la vida como higiniesta en una clínica, un puesto de trabajo varios escalones por debajo de su formación. Para cuando llegó la respuesta Romina ya sabía cómo funcionaba el sistema.
No esperaba nada, y nada obtuvo: debía convalidar dos asignaturas para que su título fuera válido en España, le dijo el Ministerio. No parece mucho, pero tiene truco: desde 2019, cuando la Conferencia de Decanos de Odontología (Crado) se hizo cargo del proceso, prácticamente nadie aprueba los exámenes de Ortodoncia y Odontología en Pacientes Especiales, los dos que tenía que hacer. Romina no fue una excepción.
“Decidí presentarme en marzo de 2024. Estudié las dos materias por mi cuenta. Era un caos. No había temario ni bibliografía ni nada. Es muy injusto, no daba tiempo para acabarlo”, cuenta resignada. Efectivamente, suspendió. Hoy, seis años después de empezar el proceso, Romina sigue sin poder ejercer de odontóloga.
Como ella, miles de residentes extranjeros en España ven truncadas sus ilusiones vitales antes de empezar. Sus proceso para homologar títulos extranjeros primero duermen el sueño de los justos en el ministerio; luego son rechazados por razones diversas. Ni siquiera tienen la oportunidad de que el mercado laboral les muestre toda su crudeza. El talento y la formación de miles de profesionales de todo tipo, esperando una oportunidad que no llega, una situación que se agrava especialmente para los odontólogos.
El Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades explica que es consciente de la situación y que le está buscando solución, que pasa por equiparar los exámenes que hacen los aspirantes extranjeros a la homologación con los que pasa el estudiantado de la carrera de Odontología en España. “Esta situación es una anomalía, estamos trabajando para reconducirla a unos términos aceptables”, explican fuentes del departamento que dirige Diana Morant. “Durante este mes de diciembre de 2024, el Ministerio, a través de la Secretaría General de Universidades, ha trasladado una propuesta a los responsables de las facultades de odontología con varias medidas para poner fin a esta situación. Confiamos en alcanzar un acuerdo a la mayor brevedad posible con estas facultades universitarias, responsables de organizar estas pruebas, para propiciar que los contenidos de los que se examinen los odontólogos de países extranjeros sean similares a los de los estudiantes de odontología españoles, para garantizar el rigor, la transparencia y la viabilidad de las mismas”, añaden a falta de concretar los detalles.
En el colectivo de extranjeros que aspiran a homologarse el título, los odontólogos son los ciegos en un mundo de tuertos. El grupo que más difícil lo tiene dentro de todo un sistema que no acaba de conseguir reducir los plazos para convalidar títulos de ciudadanos extranjeros. El primer ministro del ramo de Pedro Sánchez, Manuel Castells, aprobó hace ya casi cinco años una norma para limitar a seis meses el tiempo máximo para responder a las solicitudes, que se podían alargar durante años. Pero, pese a que se hicieron algunas contrataciones específicas para agilizar los trámites, la situación no acabó de mejorar.
Tres años esperando respuesta
La historia de Romina es, matiz arriba matiz abajo, la de María, Lotis, Juan o la mayoría de los odontólogos aspirantes a homologar el título. Hay exámenes directamente imposibles. “El de Ortodoncia no es ni siquiera de nivel de un posgrado. Es directamente imposible”, asegura Lotis. “Son 25 casos clínicos en 45 minutos. Yo he sido docente en una universidad colombiana, no se puede hacer”, cuenta otra homologante.
Los aspirantes han recopilado información sobre las pruebas realizadas en 2024 y los resultados dan cuenta de la magnitud del problema: de 689 exámenes presentados en un total de 11 materias en siete universidades hay 650 suspensos y 39 aprobados. Asignaturas como Ortodoncia, Anatomía Patológica o Anestesia y Reanimación tienen cero aptos. Pacientes Especiales, nueve aprobados y 274 suspensos.
Pero los homologantes advierten de otro problema: el examen es casi imposible, admiten, pero al menos te da una posibilidad. Lo que es imposible, sin casi, es sacarse las materias pendientes si no hay convocatorias para hacer la prueba –que es lo que está sucediendo, pese a que en teoría habría que hacer dos convocatorias anuales– o si cuando sí salen apenas se ofertan plazas, de manera que se agotan en minutos, según relata una aspirante su experiencia en la Universidad de Granada.
Lluis Giner, presidente de Grado y decano de la Facultad de Odontología de la Universidad Internacional de Catalunya (UIC), admite ese déficit y explica que es intención de la conferencia de decanos que todas las facultades pongan exámenes al menos de alguna asignatura. La intención, explica, es hacer dos pruebas al año. Que es lo que marca la normativa, apostillan los aspirantes.
2019, el año de la deriva
Los extranjeros aspirantes a que les homologuen el título señalan que el sistema era más amable hasta 2019, cuando cada universidad ponía sus exámenes. Pero ese año entró en la gestión de la prueba la conferencia de decanos de facultades de Odontología (Crado), que la centralizó y homogeneizó en todo el país. Fue entonces, relatan, cuando se volvió casi imposible aprobar ciertas asignaturas.
También denuncian que, mientras esa vía es intransitable, el título se puede obtener a cambio de unos miles de euros en algunas universidades privadas. “Si renuncias a la homologación (se lo tienes que comunicar al ministerio de manera formal) y pagas dos años de cursos privados de odontología, te lo convalidan”, cuenta un aspirante que prefiere el anonimato para no perjudicar sus opciones. Romina sostiene que según su cálculo le costaría unos 45.000 euros homologar su título por esta vía.
Lluis Giner niega que se esté forzando esta vía. “Se ofrecen muy pocas plazas”, argumenta. “Pero para que no haya estas suspicacias estamos eliminando este método de convalidar. Este año [el curso 2024-2025] hemos tenido más de 3.000 solicitudes para el grado completo. No tenemos necesidad económica ni tenemos afán de lucro en esta universidad [en referencia a la UIC], me sabe mal que se malinterprete”, sostiene. Romina confirma al menos una parte del argumento: en la universidad que ella miró solo se ofrecían dos plazas por esta vía.
No poder homologar la formación frustra y limita a estos profesionales, que ven sus vidas detenidas porque no pueden ejercer de lo que son. Es habitual para estas personas trabajar de higiniesta dental (asistentes del odontólogo), el único puesto que pueden ocupar.
Romina es una de ellas. Admite que la situación no es ideal, pero empatiza sobre todo con los más jóvenes. “Yo al menos pude ejercer en Argentina. Es verdad que me frustra, estoy trabajando en una clínica de implantes y me gustaría hacer odontopediatría, pero pienso en quien no ha podido ejercer nunca”, cuenta. María relata una decepción similar. “Yo estudié odontopediatría para ayudar a la comunidad. Es una pena que tengas una experiencia tan larga, pero puedes hacer en este país. Mis habilidades, mi experiencia, servirían para apoyar a esta comunidad”, lamenta.