Acaba de pasar a sólo 14,5 millones de kilómetros del Sol luciendo tanto como el planeta Júpiter: aunque no resulta fácil verlo, lo podremos intentar ver o fotografiar en pleno atardecer
Hemeroteca – Hay fiesta en el cielo: el “cometa del siglo” alcanza su punto más visible coincidiendo con una ‘lluvia’ de auroras boreales
A veces los cometas son decepcionantes, generan grandes expectativas, pero se vuelven tímidos y se desintegran, como le ocurrió al ATLAS C/2024 S1. También los hay que nos sorprenden positivamente y comienzan a pavonearse cerca del Sol para dejarnos atónitos con su belleza. Es el caso del nuevo cometa que comienza a ser visible en las proximidades del horizonte estas próximas tardes.
Los cometas ATLAS
El nuevo visitante, ATLAS C/2024 G3, fue descubierto el 5 de abril de 2024 por el programa de búsqueda y seguimiento de cuerpos menores ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System) en base a imágenes obtenidas con el telescopio reflector de 0,5 m ubicado en Río Hurtado, Chile. Este sistema de detección es tan exitoso que ya nos estamos acostumbrando a llamar con su acrónimo a buena parte de los nuevos cometas que engalanan el firmamento.
En el momento del descubrimiento, el cometa 2024 G3 era un objeto muy débil que se encontraba a 655 millones de kilómetros de nuestro planeta, casi a la mitad de distancia que nos separa de Saturno. El 13 de enero ha pasado por el perihelio (su posición más cercana al Sol) a sólo 14,5 millones de kilómetros del Sol luciendo tanto como el planeta Júpiter, aunque no resulta fácil verlo al estar muy cerca angularmente de nuestra estrella. Sin embargo, lo podremos intentar ver o fotografiar en pleno atardecer.
¿De dónde procede el cometa ATLAS 2024 G3?
Este cometa se acerca a 14 millones de kilómetros del Sol, por lo que se clasifica en una categoría conocida como cometas faldilla ó sunskirters. Procede de la llamada Nube de Oort, un almacén de cuerpos helados en el límite gravitatorio solar.
Ampliación de la imagen del cometa ATLAS C/2024 G3 del pasado día 9 de enero.
ATLAS C/2024 G3 se mueve en una órbita ligeramente excéntrica cuyo afelio (distancia más lejana al Sol) se encuentra a aproximadamente a unas 10 000 veces la distancia media Tierra-Sol, conocida como Unidad Astronómica (ua).
Los cometas almacenados en la Nube de Oort se formaron, posiblemente, entre el borde exterior del cinturón principal y la región dominada por los planetas gigantes (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno). Como consecuencia de encuentros con ellos, fueron impulsados gravitatoriamente hacia esta región externa del sistema solar.
En la Nube de Oort los cometas han permanecido literalmente ultracongelados, a una temperatura que oscila, dependiendo de la distancia al Sol, entre los -173⁰ C y los -233⁰ C. Pueden permanecer en estas circunstancias miles de millones de años. Un paso próximo de otro cometa, o incluso de un cuerpo planetario o de una estrella, puede impulsarlos hacia el Sol. De ese modo se explica que cada año se descubran decenas de nuevos cometas procedentes de esa remota región.
¿Cómo sabemos que ha sobrevivido a su cercano paso al Sol?
Como es la primera vez que ATLAS C/2024 G3 ha sido observado, nadie conocía cuál sería su comportamiento. Hasta diciembre, brillaba poco, pero el 2 de enero de 2025, el especialista Terry Lovejoy informó que había sufrido un estallido y había incrementado su luminosidad significativamente. Al día siguiente ya había alcanzado el brillo de las estrellas más luminosas. Desde entonces el cometa ha seguido aumentando su luminosidad y lo podemos seguir a pesar de su cercanía al Sol.
Una de las grandes dudas que teníamos era si este cometa sobreviviría a un paso tan próximo al Sol. Lo ha conseguido, y con nota. Es decir, superando en brillo las expectativas iniciales. Los amantes de los cometas contamos esta vez con un apasionado aliado en la Estación Espacial Internacional (ISS). Se trata del astronauta Don Pettit, que nos ha sorprendido con imágenes espectaculares del ATLAS C/2024 G3 desde la altura privilegiada de la ISS.
¿Cómo y cuando podremos observarlo?
A partir de las próximas tardes el cometa se irá separando angularmente del Sol y, aunque vaya perdiendo brillo, mejorará su visibilidad.
Para verlo hay que buscar un lugar oscuro con el horizonte Oeste totalmente libre de obstáculos y esperar al que se ponga el Sol. Disfrutemos el lento atardecer para comenzar a rastrear el horizonte en la zona en la que hemos visto ocultarse el astro rey. Es preciso advertir que nadie debe intentar verlo con un medio óptico durante el día a riesgo de perder la vista (jamás se debe apuntar un instrumento al Sol o cerca de él sin protección adecuada y consejo experto).
A partir de las próximas tardes el cometa se irá separando angularmente del Sol y, aunque vaya perdiendo brillo, mejorará su visibilidad
Algunos especialistas están tomando ahora fotografías en pleno día, pero conocen bien la posición del cometa y bloquean la acción deslumbrante del Sol con una pared o tejado (que lo ocultan). De ese modo no se pone en riesgo ni la vista ni el telescopio. Sin embargo, no es fácil y revierte riesgos.
El mejor momento para fotografiarlo
Las mejores tardes para verlo o fotografiarlo ocurren esta misma semana. El cometa transcurre por la constelación de Capricornio. Cada atardecer, si nos fijamos en el luminoso par de planetas Saturno y Venus que se encuentran en la parte superior de Acuario podemos emplear unos prismáticos, bajando hasta rozar el horizonte suroeste, cerca del cual encontraremos el cometa.
El próximo fin de semana, el cometa se habrá alejado a unos 15 ⁰ del Sol y se mantendrá por unos días accesible en la primera media hora de la noche
Los astrofotógrafos pueden intentar aplicar un filtro polarizador para evitar el deslumbrante halo de luz solar. Los primeros días hay muy poco margen pero, particularmente durante el próximo fin de semana, el cometa se habrá alejado a unos 15 ⁰ del Sol y se mantendrá por unos días accesible en la primera media hora de la noche. No será un objetivo nada fácil, pero sí muy gratificante y valioso para los astrofotógrafos.
La naturaleza nos sirve a veces sus sorpresas en pequeñas dosis, dado que pocos días después, a partir del día 21, quedará bajo el horizonte al mismo tiempo que perderá su luminosidad mientras cae en declinación para sólo ser visible, cada vez más débil, desde el hemisferio sur.
Josep M. Trigo Rodríguez es investigador Principal del Grupo de Meteoritos, Cuerpos Menores y Ciencias Planetarias, Instituto de Ciencias del Espacio (ICE – CSIC).
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.