La sanidad privada pide negociar con el Gobierno para que las aseguradoras no acaparen las mejoras económicas de Muface

La patronal de los hospitales privados pide un «enfoque tripartito» porque las aseguradoras han planteado «tarifas iguales o con apenas incremento»: «Las mejoras económicas planteadas les favorecerían solo a ellas»

La sanidad privada mira a Asisa y advierte del cierre de hospitales si se deja caer Muface

La sanidad privada lleva meses viendo como se producen conversaciones privadas y pronunciamientos públicos entre las aseguradoras y el Gobierno, en plena crisis por Muface. El lobby del sector, que ha defendido incrementos de primas por encima del 40%, quiere ahora estar presente en las negociaciones que las compañías de seguros mantienen con el Ministerio de Función Pública para salvar la licitación, “como tercera parte afectada por la insuficiente financiación del modelo”.

A través de un comunicado difundido este viernes, la Alianza para la Sanidad Privada Española (ASPE) ha señalado que “un modelo sostenible y de calidad requiere decisiones económicas justas también para los centros asistenciales y profesionales”. En el modelo actual, la administración, a través de la mutualidad, concierta con las aseguradoras la asistencia sanitaria de en torno a un millón de funcionarios y otro medio millón de beneficiarios, y son estas las que negocian con los proveedores sanitarios.

La patronal de la sanidad privada señala que, “en conversaciones previas, las aseguradoras han planteado tarifas iguales o con apenas incremento respecto al año anterior para la provisión sanitaria”. Es decir, que los hospitales o centros médicos privados que prestan servicio a los mutualistas, seguirían recibiendo las mismas compensaciones de las aseguradoras, pese al incremento de la prima del 33,5% en tres años propuesto por el ministerio, que Adeslas y DKV ya han rechazado. “Las mejoras económicas planteadas en las negociaciones les favorecerían únicamente a ellas”, indica ASPE.

“No es razonable que las aseguradoras consigan una subida considerable de la prima sin garantizar que eso se traduzca en mejoras reales para los centros y los profesionales sanitarios, que son quienes, en última instancia, atienden a los mutualistas y que también han estado padeciendo esta situación de infrafinanciación de los servicios asistenciales prestados”, señala el presidente de ASPE, Carlos Rus, que recuerda que estos prestadores reciben una retribución un 10% inferior que cuando atienden a los asegurador regulares.

Ante esta situación, la patronal sanitaria quiere abrir una negociación a tres bandas con el Gobierno y las aseguradoras. “Este enfoque tripartito contribuiría a reforzar la sostenibilidad del sistema, proporcionando estabilidad tanto a los mutualistas como a los sectores sanitarios que lo hacen posible”, consideran, porque “la importancia de los centros sanitarios y sus profesionales debe ser reconocida no solo en las negociaciones, sino también en las dediciones económicas y estratégicas que afectan al sistema”.

La renuncia de Adeslas y DKV a participar en el segundo concierto, en las condiciones que plantea el ministerio que dirige Óscar López, ha dejado a Asisa como única posible salvadora del modelo, sin bien es cierto que el ministro ha señalado que está “trabajando” para que este salga adelante. Porque, pese a que las compañías llevan tiempo criticando la infrafinanciación del modelo, nadie parece estar dispuesto a finiquitarlo. La Fundación IDIS, otro de los lobbies del sector sanitario privado, señalaba en su informe ‘Impacto de las mutualidades en el Sistema Sanitario’, que la defunción de la mutualidad ponía en peligro hasta un total de 21 hospitales privados.

Asisa, que además de aseguradora cuenta con una red asistencial propia, se encuentra todavía analizando las condiciones del contrato, y DKV ha abierto la puerta a un “proceso de diálogo” para “repensar” el modelo si fracasa esta segunda licitación.

Publicaciones relacionadas