El Papa disuelve el Sodalicio, uno de los símbolos de la Iglesia ultra en Latinoamérica

Lo hace por los graves casos de abusos cometidos por su fundador, Luis Fernando Figari, y otros miembros destacados, expulsados en los últimos meses, tal y como reconoce la organización, aunque todavía la Santa Sede no lo ha hecho oficial

El Vaticano expulsa a la cúpula del Sodalicio por casos de abusos “con sadismo y violencia”

El Papa Francisco ya habría firmado el decreto de disolución del Sodalicio de Vida Cristiana, una de las organizaciones ultra que estaban bajo la lupa del Vaticano, por los abusos de su fundador, Luis Figari, y de buena parte de su cúpula. Así lo ha reconocido la propia organización en un comunicado, después de que se filtrara la información a portales sedevacantistas.

A falta de la confirmación oficial por parte de la Santa Sede o de la Conferencia Episcopal peruana –reunida en estos días para renovar su cúpula–, se pone fin a un proceso que ya tuvo sus primeros resultados a mediados de agosto, cuando el Papa expulsó al propio Figari y a varios de los máximos responsables del Sodalicio, entre ellos a quien fuera director de la agencia ACI, uno de los aparatos de la propaganda anti-Bergoglio en la Iglesia, Alejandro Bermúdez.

“La información central sobre el hecho era cierta, pero contenía varias inexactitudes”, señala la Asamblea General del Sodalicio de Vida Cristiana, reunida en Aparecida (Brasil), dando veracidad a la filtración lanzada el sábado pasado según la cual, apunta la nota, “el Santo Padre había disuelto a nuestra sociedad de vida apostólica”.

Entre las razones, la ausencia de un carisma fundacional legítimo y a los graves casos de abusos cometidos por su fundador, Luis Fernando Figari, y otros miembros destacados, expulsados en los últimos meses.

En un inédito comunicado, la ‘Asamblea General del Sodalicio’ recalca que, tras conocer la publicación de dicha comunicación, “y ante la gravedad de los hechos”, se exhortó a que “los responsables asumieran el despropósito de haber filtrado una información absolutamente de carácter reservado”. Dos sodalités reconocieron “haber violado las reservas del caso y, luego de pedir perdón a los presentes, fueron expulsados definitivamente de la Asamblea”, lo cual permite colegir dos cosas: una, que es cierto que se informó de la disolución; dos, que la filtración no provino del cardenal Ghirlanda, uno de los encargados, junto a Charles J. Scicluna y Jordi Bertomeu, de la investigación contra la organización.

“Lamentamos que la inconducta de estos dos miembros haya podido ser aprovechada por la prensa para generar dudas sobre que haya sido el Card. Gianfranco Ghirlanda SJ, Delegado pontificio del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica (DIVCSA), quien haya filtrado la noticia”, señala el comunicado.

Finalmente, y lejos de lo que postulan otros ilustres ex-sodalités, como el propio Bermúdez, quien en un vídeo colgado en su canal de Youtube ha llamado a “resistir” a Bertomeu, la asamblea “se deslinda de toda otra noticia que haya salido o salga de la prensa relacionada a la Asamblea, al Sodalicio, al Santo Padre, en el cual confiamos y al cual obedecemos, a Mons. Jordi Bertomeu Farnós y al Card. Gianfranco Ghirlanda, SJ.”.

Ahora, únicamente resta dar oficialidad a la muerte canónica de uno de los grupos más relevantes a la derecha del Vaticano de las últimas décadas. Una caída que se suma a la reciente intervención canónica del Instituto del Verbo Encarnado, y con la mirada puesta en el futuro del Opus Dei.

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