La grabación de ‘Salvador’ en varios puntos de la capital como el Palacio de la Trinidad o la Plaza de la Prosperidad alarma a quienes vieron carteles con consignas de ultraderecha en plena calle
Aitor Gabilondo recluta a Luis Tosar y Claudia Salas para ‘Salvador’, nueva serie sobre violencia neonazi para Netflix
Un padre acaba de descubrir que su hija pertenece a un peligroso grupo neonazi. ¿Qué le habrá llevado hasta ahí? Preocupado, inicia un largo periplo hasta conocer por qué la joven se ha sentido atraída por pensamientos racistas, homófobos o violentos. Él cree haberle dado una educación radicalmente opuesta a estos preceptos, así que ahora tratará de rescatarla de las garras del extremismo. Esta es una historia verosímil y un problema a la orden del día –un informe reciente del Injuve alerta de la radicalización entre jóvenes españoles–, por lo que algunos vecinos de Madrid alzaron la voz cuando vieron en sus barrios los carteles que hablaban de “recuperar la pureza” de España u otro tipo de consignas sospechosas. Pero era una falsa alarma.
En realidad, el padre de este relato es el actor Luis Tosar (La infiltrada, En los márgenes) y su hija, Claudia Salas (Élite, Cerdita). La grabación de una de las próximas novedades de Netflix, Salvador, ha generado suspicacias y algunos ojos curiosos han creído que varias zonas reconocidas de Madrid habían sido “tomadas por los neonazis” y, en definitiva, utilizadas para la propaganda.
En diciembre una vecina que pasó junto al Palacio de la Trinidad, en el distrito de Salamanca, se llevó una “desagradable sorpresa” al encontrar carteles o banderas con discursos antiinmigración o estética ultra. Dio el aviso sin saber que se trataba del atrezzo para rodar una ficción creada por el guionista Aitor Gabilondo y su productora, Alea. “Me parece una tendencia muy preocupante y peligrosa en un edificio emblemático. Estos grupos se apropian del pasado”, reseñó esta mujer, Lola, en declaraciones a Somos Madrid. Lo hacía sin saber que esta simbología nacía, precisamente, de una nueva serie que pretendía indagar en los peligros e idiosincrasia propia de este tipo de movimientos.
Una de las imágenes que preocuparon en el entorno del Palacio de la Trinidad, tomada por una vecina.
Su estupefacción se corresponde con la de otros viandantes. La del Palacio de la Trinidad es una zona muy concurrida en Madrid, pues como ella misma señala se trata de un punto bien comunicado. Está a escasa distancia de la boca de metro en Diego de León, por donde pasa la circular –L6 es la ruta más concurrida de todas– y también la línea 5, que conecta Alameda de Osuna con Casa de Campo. Además, aunque el edificio en cuestión está en manos de propietarios privados desde 2015, fue patrimonio público durante décadas y muchos aún le atribuyen esta titularidad.
No ha sido la única localización donde hubo sorpresa. Meses antes, en octubre, Salvador paseó sus cámaras en pleno centro de Lavapiés. Querían probar allí algunas escenas, así que plantaron un puesto de junto a unos stands en los que podía leerse que su reparto era “solo para españoles”. Un mensaje claramente antirracista que no tardó en correr como la pólvora en una de las zonas más multiculturales de Madrid. El susto duró unos días, hasta que finalmente volvió la calma cuando se confirmó que solo una serie para Netflix.
“No son neonazis: es ficción”
Los vecinos que se percataron de estos escenarios lo compartieron, en un principio, en busca de alguna pista sobre quién podría andar detrás de estos carteles, con lemas conservadores o rojigualdas. Lo propio ha ocurrido en la Plaza de la Prosperidad, en Chamartín, donde comenzaron a rodar en enero ante miradas de extrañeza. Pero Netflix ha confirmado que todo ha sido un simple susto. En respuesta a Somos Madrid, la archiconocida plataforma de streaming aclara que las imágenes difundidas por los viandantes se corresponden con la decoración sus escenas. “No son neonazis, es una serie de ficción”, señalan ante la confusión.
“Presentamos Salvador en un contexto sociocultural en el que muchos debates extremistas que parecían superados se están reavivando”, añade el ideólogo del proyecto, Aitor Gabilondo, sobre la premisa de la obra. “Luis Tosar encarna el desconcierto de los motivos que llevan a muchos jóvenes a sentirse atraídos por un grupo de extrema derecha ante la deriva de su propia hija”, concluye, zanjando la polémica.
Esta clase de confusiones son poco frecuentes, pero no imposibles. Un caso mucho más sonado ocurrió en 2021 en Alginet, un pueblo de Valencia, donde la propia Guardia Civil creyó que una grabación en plena calle era un atraco a mano armada. Madrid es el epicentro de todos estos sets, y cada vez acoge más películas o series que utilizan o cortan calles para impulsar ficciones. El último año, sin ir más lejos, la ciudad ha albergado casi un 20% más de rodajes que en 2023 según los datos de Madrid Film Office, difundidos esta misma semana.
Se trata de un organismo municipal pensado para impulsar la capital como set de rodajes. En 2024 ha tramitado 11.419 solicitudes, casi 300 más que el año anterior. Finalmente se grabaron un total de 41 películas, 53 series –la inmensa mayoría de ficción aunque hubo cinco en formato documental– y más de 430 anuncios de distinta índole, según los últimos datos que arroja el área de Turismo.