Condenado a 21 meses de cárcel un profesor de la Universidad de La Laguna por abusos sexuales a siete alumnas

El acusado, Pedro José Domínguez, admitió los hechos y antes de que se celebrara el juicio consignó en los juzgados 24.500 euros para indemnizar a las víctimas

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Un profesor de Filología Inglesa de la Universidad de La Laguna (ULL), Pedro José Domínguez, ha sido condenado a 21 meses y siete días de cárcel como autor de siete delitos de abusos sexuales a otras tantas alumnas. En el juicio oral, celebrado el pasado 13 de enero, el acusado admitió los hechos que se le imputaban: haber realizado tocamientos a sus víctimas sin que mediara consentimiento y haber proferido comentarios de tipo sexual hacia ellas.

La defensa solicitó que se dictara una sentencia de conformidad con la petición de pena que en esa misma vista formuló la Fiscalía y a la que se adhirió la acusación particular, ejercida por la abogada de las víctimas y por los servicios jurídicos de la propia universidad. 

El Ministerio Público calificó los hechos, ocurridos entre marzo de 2014 y diciembre de 2017, como constitutivos de siete delitos de abuso sexual, un tipo penal que desapareció en 2022 con la entrada en vigor de la denominada Ley del Solo Sí es Sí. 

La Fiscalía pidió como pena principal una condena de tres meses y un día de cárcel por cada uno de los delitos, al apreciar las atenuantes simples de dilaciones indebidas y reparación del daño. Entre el auto de transformación de las diligencias previas en procedimiento abreviado (el paso previo a la apertura de juicio) y la celebración de la vista oral transcurrieron cinco años y medio. Antes de sentarse en el banquillo, el acusado consignó en los juzgados la cantidad de 24.500 euros en concepto de indemnización por los daños morales infligidos a sus víctimas (3.500 euros para cada una de ellas). 

Domínguez, que lleva más de treinta años en la ULL y carece de antecedentes penales, no tendrá que ingresar en un centro penitenciario. En el mismo acto del juicio, la defensa solicitó la suspensión de la pena de prisión y ninguna de las partes se opuso, con la condición de que no delinca en el plazo de tres años.

Como medida de “libertad vigilada”, la sentencia de conformidad prohíbe a Domínguez ejercer la profesión docente durante cinco años, pero “fuera del ámbito universitario”, por lo que, en principio, puede seguir vinculado a la ULL. También le obliga a realizar un curso de educación sexual. 

Hechos probados

Según los hechos probados de la sentencia, el 14 de marzo de 2014, sobre las 17.40 horas, el profesor de Filología Inglesa, “con ánimo de satisfacer sus deseos libidinosos, sin que mediara consentimiento y en el ámbito de sus relaciones con alumnas, al ser profesor de la Universidad de La Laguna”, tocó las manos y los muslos y abrazó a una de sus víctimas cuando se encontraba a solas con ella en su despacho de la facultad. 

Ese mismo día, apenas 50 minutos después y en el mismo lugar y situación, repitió esos abusos con otra alumna, “estrechándola entre sus brazos y rozándose con ella”. El tercer episodio, similar a los dos anteriores, ocurrió el 25 de marzo, nueve días después.

Los otros cuatro delitos fueron cometidos en 2017. El primero, en enero, con una alumna que había acudido al despacho del profesor a hacer un examen. En ese lugar, Domínguez “tocó de manera insistente” a la estudiante, “entrelazando sus dedos” con los de ella y diciéndole que “era conveniente” que acudiera a las tutorías. 

En otra ocasión, “le tocó los muslos frotando desde la rodilla hasta la ingle”, al tiempo que le decía: “Imagínate que somos dos amantes nosotros y nos despertamos por las mañanas con los rayos de sol”. Según los hechos probados, el profesor le dio besos en la mejilla y, antes de que ella pudiera irse, también la abrazó sin su consentimiento. 

En mayo de 2017, en la cafetería de la misma facultad, el acusado se dirigió a otra estudiante y, con el pretexto de decirle que “había mejorado mucho en el segundo examen”, le tocó las manos y el muslo “subiendo hasta la ingle” mientras la invitaba a acudir a su despacho. 

El sexto delito de abuso sexual tuvo lugar en octubre de 2017 en los pasillos de la facultad. Al ver a una alumna con un vendaje, comenzó a toquetearle toda la espalda “hasta llegar casi al trasero” mientras le preguntaba “si se lo había hecho en la cama” porque “ella era una salvaje en la cama”. En otro momento, el condenado abordó a esta misma estudiante cuando estaba almorzando en unos bancos de la universidad, le preguntó si tenía pareja, le cogió de las manos y le tocó las rodillas.   

Los últimos hechos se remontan a diciembre de 2017, cuando agarró del brazo y acarició la nuca de una alumna que estaba entregando una prueba al final de una clase. 

La sentencia del Juzgado de lo Penal 4 es firme e impone al acusado el pago de las costas procesales.

La ULL estudia “en profundidad” la sentencia

Fuentes oficiales de la ULL han señalado a este periódico que la sentencia se va a estudiar “en profundidad”, aunque entienden que, según el tenor literal del fallo, “no se puede inhabilitar” al profesor para el ejercicio de la actividad docente universitaria.

Desde la universidad señalan que desde el momento en que se tuvo conocimiento de los hechos se abrió un expediente disciplinario contra Domínguez. El protocolo de acoso sexual y sexista aprobado por esta institución en diciembre de 2014 (actualizado en mayo de 2018) estipula que si se observan conductas que pudieran ser constitutivas de delito, el Rectorado tendrá que ponerlo en conocimiento de la Fiscalía y, si se admite a trámite judicial la causa, la ULL debe personarse como acusación particular.

Según este protocolo, las sanciones a aplicar en caso de infracción por motivos de acoso sexual y sexista serán las recogidas en el artículo 96 del Estatuto Básico del Empleado Público. El alcance de estas sanciones, que van desde el apercibimiento hasta el despido, se establecerá “teniendo en cuenta el grado de intencionalidad, descuido o negligencia que se revele en la conducta, el daño al interés público, la reiteración o reincidencia, así como el grado de participación”, recoge la norma.

Desde la ULL lamentan la “tremenda dilación” de la causa, ya que los hechos por los que acaba de ser condenado Domínguez se iniciaron en 2014, y afirman que ninguna de las víctimas continúa en la universidad.

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