Sam Altman, que intentó organizar a las tecnológicas contra Trump y le comparó con un dictador, se rinde al republicano: «Será increíble para el país»
Trump anuncia una alianza de OpenAI, Oracle y Softbank para invertir 500.000 millones en inteligencia artificial
Es tiempo de volantazos en Silicon Valley. El antiguo bastión demócrata y gran foco de resistencia interna durante el primer mandato de Donald Trump muestra ahora un apoyo incondicional al republicano, especialmente entre los más altos ejecutivos. El último en desdecirse de años de críticas ha sido Sam Altman, consejero delegado de OpenAI, la compañía de inteligencia artificial que creó ChatGPT.
Hasta este verano, era común entre los grandes empresarios de Silicon Valley desempeñar un activismo activo contra Trump, su figura y sus políticas. Altman llegó a ser uno de las caras más visibles de ese movimiento. Fue donante demócrata, encabezó protestas, firmó artículos críticos e intentó que las empresas tecnológicas se unieran para dar la espalda al republicano.
Así ocurrió, por ejemplo, en 2017, cuando en su primer período como presidente, Trump quiso restringir la entrada de musulmanes en el país. Altman —entonces presidente de Y Combinator, una de las incubadoras de startups más importantes de Silicon Valley— encabezó una de las protestas que se dieron en el aeropuerto de San Francisco.
“Espero que este sea uno de los momentos decisivos en que la gente se una contra esta administración”, le dijo durante la protesta a un periodista de Forbes. “Es una acción inaceptable y debemos hacer oír nuestra voz”, insistió.
“No es simplemente irresponsable, es irresponsable como lo son los dictadores. El racismo, la misoginia y las teorías conspirativas de Trump no tienen precedentes entre los principales candidatos presidenciales”, escribía Altman en aquellos días en su blog. “Al invocar repetidamente teorías conspirativas sin fundamento (como la de los 3 millones de votos ilegales), está deslegitimando a sus oponentes y sigue dañando a nuestra sociedad”, aseveraba en otra publicación.
La oposición de Altman al republicano no se relajó durante su mandato y continuó incluso cuando este ya había finalizado. Lo demostró en 2021 cuando agradeció a Reid Hoffmann, fundador de LinkedIn, todos los esfuerzos que hizo para frenarle. “Muy pocas personas se dan cuenta de cuánto hizo y gastó Reid Hoffman para impedir que Trump fuera reelegido. Es probable que Trump todavía siguiera en el cargo sin sus esfuerzos. ¡Gracias, Reid!”, tuiteó Altman.
500.000 millones y un cambio de opinión
Altman se ha arrepentido de toda esa trayectoria de oposición a Trump este jueves. “Observar al presidente con más atención últimamente realmente ha cambiado mi perspectiva sobre él”, ha publicado en X: “No voy a estar de acuerdo con él en todo, ¡pero creo que será increíble para el país en muchos sentidos!”.
En su mensaje, Altman llega a explicar que su anterior oposición a él se debió a haberse dejado llevar por la opinión dominante o falta de personalidad. Se compara incluso con un “personaje no jugable” (NPC, por sus siglas en inglés), un término de videojuegos que se usa como metáfora para describir a personas que actúan de forma automática o predecible, sin pensamiento crítico propio, como los personajes secundarios programados en un juego.
“Desearía haber pensado más por mi cuenta y definitivamente haber caído en la trampa de los NPC”, dice Altman en su post en X.
Este cambio de postura llega un día después del anuncio de Trump de que invertirá hasta 500.000 millones de dólares para construir infraestructura para inteligencia artificial en el país. La propia OpenAI es una colaboradora directa en el proyecto junto a SoftBank y Oracle. La iniciativa se denomina “Stargate” y comenzará con la construcción de un centro de datos en Texas y se expandirá a otros estados.
No obstante, el acercamiento de Altman a Trump comenzó desde su misma victoria. Donó un millón de dólares de su bolsillo para su toma de posesión y fue uno de los magnates tecnológicos invitados a la ceremonia, aunque Trump no le premió con un lugar central en el acto como a algunos de sus colegas.