En las horas que siguieron a la concesión de los indultos se sucedieron los vídeos y las fotos de gente que era liberada en cárceles de todo el país. En un vídeo se ve a un hombre cortando con unas tijeras el grillete electrónico de su tobillo. Otros publicaron fotos de sí mismos o de los papeles de su indulto, celebrando su libertad y dando las gracias a Trump
Un juez bloquea cautelarmente el decreto de Trump que pone fin a la ciudadanía por nacimiento en EEUU
Donald Trump pasó los cuatro años que siguieron a la insurrección del 6 de enero de 2021 tratando de reescribir el capítulo de caos y violencia que inspiró con la irrupción de sus simpatizantes al Capitolio de Estados Unidos. Una reescritura que en el primer día de su nueva presidencia terminó de completar con indultos y reducciones de penas para los implicados en el asalto, entre ellos los cuales hay líderes de milicias de extrema derecha y personas que ese día se enfrentaron a la policía.
Si las repercusiones penales pretendían servir como elemento disuasorio para evitar actos de violencia política en el futuro, los indultos a más de 1.500 personas van en la dirección contraria. “Significa algo más que reescribir lo ocurrido el 6 de enero”, dice Robert Pape, director del centro de investigación sobre amenazas a la seguridad CPOST (por las siglas en inglés de Chicago Project on Security and Threats) en la Universidad de Chicago dirige. “Es la legitimación de nuevos 6 de enero en el futuro”, explica Pape, que ha investigado a los acusados por el asalto al Capitolio.
El lunes, miembros de la organización ultra Proud Boys desfilaron en procesión por Washington enarbolando una pancarta de felicitación a Trump por la victoria, una demostración visible de la buena acogida que la nueva administración tiene entre la extrema derecha. Enrique Tarrio, expresidente de Proud Boys a nivel nacional, fue uno de los que recibieron el indulto total. A Stewart Rhodes, fundador de la milicia ultraderechista Oath Keepers, le conmutaron la pena.
“Esto tendrá consecuencias relevantes para la normalización de la violencia política en el futuro; muchas de las personas a las que se ha concedido el indulto representan una amenaza permanente de violencia política en el futuro”, dice Pape.
También hubo gente que no participó directamente en los actos violentos del 6 de enero pero contribuyó a que ocurrieran. Según la investigación de Pape, entre los condenados por delitos menores, no violentos y de bajo nivel hay casi 500 personas “que participaron de manera consciente y voluntaria en los aspectos violentos del asedio al Capitolio”. “Sin este extenso grupo, el asedio probablemente no se habría producido nunca, o la policía le habría puesto fin rápidamente”, añade.
Según un sondeo publicado el martes por Reuters/Ipsos, los indultos a todos los implicados no cuentan con el apoyo generalizado de la población. Casi un 60% de los encuestados respondió que Trump no debería indultar a todos los ‘J6ers’, como los llaman por una abreviatura de la fecha en inglés. El sondeo de YouGov previo a la investidura reflejaba una opinión similar: la mayoría, también entre los republicanos, se opone a indultar a las personas que habían cometido actos violentos.
“Como reconocen muchos simpatizantes del presidente Trump, sería hipócrita y peligroso que un presidente indultara a cientos de personas condenadas por agredir a las fuerzas del orden, entre otros actos violentos, después postularse como el candidato contra el crimen y por el restablecimiento de la ley y el orden”, dice un comunicado sobre la encuesta.
“Libre al fin”
En las horas que siguieron a la concesión de los indultos se sucedieron los vídeos y las fotos de gente que era liberada en cárceles de todo el país gracias a la firma de Trump. En un vídeo se ve a un hombre cortando con unas tijeras el grillete electrónico de su tobillo. “Libre al fin”, dice. Otros publicaron fotos de sí mismos o de los papeles de su indulto, celebrando su libertad y dando las gracias a Trump.
En la noche del lunes, el multimillonario de la tecnología y aliado de Trump Elon Musk ofreció ayudar a todos los que todavía no hubieran sido liberados. “Por favor, avísenos si tiene alguna dificultad con la liberación de sus seres queridos”, escribió en la red social de su propiedad.
Trump también ordenó al Departamento de Justicia que desistiera en las acusaciones para los casos aún por juzgar, echando por tierra los años de trabajo que el Departamento de Justicia ha invertido en identificar y procesar a los insurrectos del Capitolio.
La cadena NBC News ha informado del nombramiento de Ed Martin como fiscal interino para Washington DC, lo que le convierte en el responsable de todos los procesamientos relacionados con el asalto al Capitolio (la ciudad de Washington está en el distrito). Como abogado conservador, Martin ha defendido a acusados por la insurrección del 6 de enero y forma parte del movimiento ‘Stop the Steal’, que denuncia sin pruebas un pucherazo durante las elecciones presidenciales que Trump perdió en 2020.
Cuando los periodistas preguntaron el martes por los indultos a John Thune, líder de la mayoría republicana en el Senado, su respuesta fue señalar a Biden por los que él había concedido al dejar la presidencia. Otros dijeron en Washington que los acusados habían cumplido tiempo suficiente por sus delitos.
Pamela Hemphill, una de las personas condenadas por su actuación el 6 de enero, dijo que rechazaría el indulto de Trump. Arrepentida por su participación, la que es conocida como la “abuelita MAGA” se ha convertido en defensora del Partido Demócrata y crítica de Trump.
Pero la mayoría celebró la decisión. Jacob Chansley, el ‘chamán Qanon’ y tal vez la cara más visible de los insurrectos, escribió en Twitter/X que su abogado acababa de darle la noticia del indulto en su favor. “¡¡¡AHORA VOY A COMPRAR UNAS ARMAS DE PUTA MADRE!!! ¡AMO A ESTE PAÍS! ¡¡¡¡DIOS BENDIGA A EEUU!!!!”.
Jacob Chansley, conocido como el «chamán de QAnon».
Varios de los que han hablado sobre sus casos en público tienen previsto publicar libros contando su participación en el 6 de enero, o dar charlas sobre el tema. Otros han fundado organizaciones para ayudar a los implicados en el asalto del 6 de enero.
Varias personas implicadas y sus partidarios también han hablado de buscar venganza por lo que consideran un sistema amañado contra ellos debido a sus opiniones políticas. El lenguaje utilizado en el indulto de Trump podría servirles como prueba de un castigo excesivo, dando lugar a posibles demandas civiles contra el gobierno para ser indemnizados o reparados por los cargos o por el tiempo pasado en prisión.
En los indultos de Trump las acusaciones contra ellos son definidas como una “grave injusticia nacional perpetrada durante los últimos cuatro años contra el pueblo estadounidense”.
En los días previos a su investidura, Trump no terminaba de definirse sobre el tema. No se comprometía a un indulto general pero tampoco lo descartaba. Miembros destacados del Partido Republicano, como el vicepresidente JD Vance, rechazaban un indulto a los condenados por los actos violentos del 6 de enero, lo que suscitó una dura reacción por parte de los procesados y de sus simpatizantes.
“Los débiles buscaban una medida hiperesterilizada para los rehenes del 6E”, ha dicho Charlie Kirk, líder del grupo juvenil de derechas Turning Point USA. “Trump quería una medida audaz para salvar a la gente de la tiránica instrumentalización de la justicia; lo ha conseguido; todo esto ha sido por él”.