El juez ve indicios de delito y deja a las puertas del juicio al dirigente de Vox que rompió la foto de una víctima de Franco

En contra de la postura de la Fiscalía, que la semana pasada reclamó el archivo del caso, el instructor ha decretado que continúe adelante el procedimiento judicial contra el presidente del Parlament balear, Gabriel Le Senne, al considerar su «clara intención de humillar» a la republicana asesinada Aurora Picornell, a otras dos víctimas y a sus familiares

El fiscal cree que Le Senne “no lesionó la dignidad” de Aurora Picornell, víctima de Franco cuya foto rasgó el dirigente de Vox

El titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Palma, que instruye la causa abierta contra el presidente del Parlament balear, Gabriel Le Senne (Vox), por un presunto delito de odio tras romper, en pleno debate de la derogación de la Ley balear de memoria democrática, el retrato de la republicana Aurora Picornell y de las activistas Maria y Antònia Pascual, asesinadas por los franquistas la noche de reyes de 1937, ha decretado que continúe adelante el procedimiento judicial mediante un auto que deja al dirigente de extrema derecha a las puertas del banquillo al considerar que su gesto lesionó “la dignidad de esas personas y sus familiares y de los partidos políticos de que eran militantes, y acredita la clara intención de humillarlos”.

En una resolución de 12 páginas a la que ha tenido acceso elDiario.es, el instructor subraya que “el ataque llevado a cabo por el investigado con sus actos revela un odio evidente hacia la ideología de las personas que estaban representadas en esas imágenes, causando un evidente daño moral a la memoria de las ‘Rojas del Molinar’ [como se conoce popularmente a las mujeres asesinadas que figuraban en la foto]”. Señala, además, que “todo ello no puede descontextualizarse del signo político del partido al que pertenece el señor Le Senne, Vox, que, como se acredita con las documentales aportadas con las diferentes querellas y denuncias, nunca condenó el régimen franquista”.

Con estos mimbres, el magistrado da un plazo de diez días a la Fiscalía y a las acusaciones particulares para que insten el sobreseimiento de la causa o la apertura de juicio oral y, en tal caso, concreten las penas que solicitan para el encausado. En concreto, el colectivo Estimada Aurora, los descendientes de las republicanas asesinadas, el Partido Comunista (PCE) y el Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE) reclaman que el caso llegue a juicio ante lo que consideran un gesto que “ofendió a todas las víctimas del franquismo”.

En el auto, el juez abunda en que las acciones perpetradas por Le Senne “no sólo menoscaban la memoria de dichas víctimas del franquismo, sino también de los familiares de las mismas, del partido político al que pertenecían, además de la sociedad en general, ya que las mismas tienen concedidos numerosos honores y distinciones públicas por los valores que representan y simbolizan, tal como se puede apreciar con las documentales obrantes en la causa”.

En contra de la postura de la Fiscalía, que la semana pasada reclamó el archivo del caso al sostener que no ha resultado acreditada “la voluntad de lesionar la dignidad de las personas representadas en la fotografía y en general de las víctimas del franquismo y la de sus familiares vivos”, el juez ha acordado que la causa continúe por los trámites del procedimiento abreviado, previo a la apertura del juicio oral. El magistrado señala que existen “indicios suficientes para considerar que los hechos investigados pueden ser constitutivos de un delito” cometido, subraya, “con ocasión del ejercicio de los derechos fundamentales y de las libertades públicas garantizados por la Constitución”. 

Los hechos tuvieron lugar el pasado 18 de junio, después de la vicepresidenta segunda de la Cámara, Mercedes Garrido, eludiese retirar la fotografía que exhibía en la tapa de su ordenador, que mostraba a las más conocidas como las ‘rojas del Molinar‘-, erigidas hoy en símbolo de la lucha antifascista en Mallorca. En un gesto que Le Senne calificó de “accidental”, el presidente acabó desgarrando la imagen y expulsando tanto a Garrido como a la secretaria segunda del Parlament, Pilar Costa, tras la negativa de ambas, además, a cambiarse las camisetas que portaban con las mismas imágenes de las víctimas del franquismo.

Cabe recordar que el pasado 3 de septiembre, y sin desvelar el sentido su posicionamiento hasta apenas unos minutos antes de la votación, el PP salvó a Le Senne de la destitución, instada por los grupos de la oposición (PSIB-PSOE, Més per Mallorca, Més per Menorca y Podemos) a raíz de unos hechos que provocaron una oleada de indignación dentro y fuera de Balears. Con su abstención, los conservadores, quienes el año pasado auparon al dirigente ultra a la presidencia del Parlament a cambio de que los populares pudieran gobernar Balears en solitario -eso sí, con el apoyo externo de Vox-, facilitaron la continuidad del dirigente de extrema derecha.

La postura del PP contradijo las palabras que la presidenta del Govern balear, la popular Marga Prohens, había pronunciado días después del incidente y con las que daba “por hecho” que Le Senne dimitiría dado que, según su punto de vista, era la única manera de que el anuncio de Abascal de romper los acuerdos autonómicos de gobernabilidad tuviera efecto en Balears: “La decisión de Vox de dar por roto sus acuerdos [con el PP] implica también su renuncia a la presidencia del Parlament de las Illes Balears, que obtuvieron fruto de estos acuerdos. Abascal ayer fue muy claro y dijo que se rompían los gobiernos de todas las Comunidades Autónomas y aquí la única contraprestación [de Vox] era la presidencia del Parlament”, señaló en su día la líder autonómica. A día de hoy, Le Senne continúa siendo la segunda máxima autoridad de la Comunidad Autónoma.

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