Josep Torrent tiene tiene fecha de desalojo este viertes de esta finca modernista propiedad de un fondo de inversión y símbolo de la crisis de la vivienda en Barcelona
La lucha de 20 familias de una finca modernista de Barcelona para que un grupo inversor no las eche
“Soy Josep, uno de los vecinos de la Casa Orsola, y después de vivir 22 años en la finca, tengo fijada la fecha para mi desahucio el próximo viernes 31 de enero. Pero he decidido quedarme pacíficamente en casa cuando me vengan a echar”. Con estas palabras, Josep Torrent, un maestro de 49 años, se ha dirigido al alcalde de Barcelona, Jaume Collboni; al president de la Generalitat, Salvador Illa; y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pocos días antes de su desalojo.
Si hay una finca que simbolice la resistencia vecinal contra la especulación con la vivienda y la gentrificación, esta es la Casa Orsola, un edificio modernista en el barrio del Eixample cuya propiedad quiere desalojar.
El inmueble lo adquirió Lioness Inversiones, un fondo inmobiliario catalán cuando ya se conocía la intención del gobierno de Ada Colau de peatonalizar su calle, Consell de Cent. Hoy esa vía está entre las diez mejores del mundo, según la guía del ocio Time Out, y los 19 vecinos que quedan se resisten a aceptar que deben irse.
Algunos de ellos tienen contratos indefinidos, a otros les vence en unos pocos años y otros ya están fuera de contrato, como Josep, pero siguen viviendo en sus casas (pagando sus alquileres en los juzgados).
“Si en el momento de la compra, en las dos fincas había 27 familias inquilinos viviendo (entre contratos indefinidos y alquileres de duración habitual), por ahora sólo hay 18 pisos habitados, 5 de los cuales tenemos procedimientos judiciales abiertos donde se pide nuestro desahucio. En los pisos donde han conseguido echar a nuestros vecinos y vecinas, se han hecho alquileres de temporada a unos precios que triplican lo que pagamos nosotros. Esto es la prueba clara de cuáles son las intenciones de la propiedad”, explica Josep en su carta a los responsables políticos.
Su misiva es el útimo gesto antes de que se lleva a cabo la expulsión, que tiene fecha para este viernes. Pero él mismo asegura que de Collboni, Illa y Sánchez, ya no espera nada. “Si hoy es posible y sale a cuenta formar una SICAV para ahorrarse impuestos, comprar un edificio entero, expulsar todo el vecindario, hacer alquileres de temporada y triplicar sus precios es por las decisiones que usted ha tomado. Son los responsables”, señala Josep.
El suyo es el primero de los desahucios que vendrán, pero este inquilino cuenta con un gran apoyo de la sociedad, movilizada a partir del Sindicat de Llogateres, que ha convocado una concentración frente a la finca. “Sé que no estoy solo”, asegura Josep.
El de la Casa Orsola es un ejemplo paradigmático de la situación de la vivienda en Barcelona y ha concentrado una gran atención. Un año después del cambio de titularidad, y tras varias concentraciones, intentos fallidos de negociación y una reciente y también fracasada mediación del Ayuntamiento, cinco de los vecinos de la Casa Orsola llevan años fuera de contrato. Pero se resisten a abandonar la finca.