La estrategia de la Comisión Europea para competir con EEUU y China aborda la Inteligencia Artificial como la «economía del mañana», a pesar de que la carrera ya está en marcha y las otras potencias llevan años y miles de millones de ventaja
Von der Leyen presenta su plan para competir con EEUU y China sin abrir el melón de la financiación
La Unión Europea tiene una brecha de productividad con Estados Unidos del 20%, que es especialmente preocupante en el sector tecnológico que ahora mismo mueve el mundo. Y China ha emergido como un competidor que ya no sólo desafía al Viejo Continente sino también a Donald Trump y la corte tecnológica de Silicon Valley. Europa ni está ni se le espera en esa batalla. Primero era una cuestión de inversiones en las que los 27 quedaban a la zaga respecto a sus adversarios del otro lado del Atlántico. Ahora DeepSeek ha demostrado que no es necesario un plan multimillonario para sacar la cabeza en el sector mientras los burócratas de Bruselas piensan en el desarrollo de estrategias que tardarán años en ponerse en marcha para lo que denominan la “economía del mañana”.
Ursula von der Leyen ha presentado este miércoles la ‘Brújula de Competitividad’, una hoja de ruta para competir contra Estados Unidos y China, pensada para toda la legislatura y que, por tanto, requiere un tiempo para su implementación en el que las otras potencias ya aventajan a los europeos. En su segundo día en la Casa Blanca, Trump firmó una orden ejecutiva para un acuerdo con OpenAI, Oracle y Softbank para invertir 100.000 millones de euros, que llegará a 500.000 millones en los próximos cuatro años.
En Bruselas, Von der Leyen ha presentado una estrategia en la que ni siquiera se habla de inversiones más allá de recordar que se necesitan unos 800.000 millones de euros al año para poder mirar de igual a igual a Washington y Pekín. La financiación, que es el tema más peliagudo para los 27 que están divididos sobre cómo abordarla (sobre todo ante la posibilidad de emitir deuda conjunta a través de eurobonos), queda para más adelante. La Comisión Europea esbozará un proyecto presupuestario este verano para el periodo 2027-2034 que tendrá que ser negociado con las capitales. Es ahí donde la alemana pretende incluir parte de las inversiones necesarias. O sea, al menos dos años más de retraso.
Años que se suman al letargo en el que ya está sumida la UE respecto al desarrollo de la Inteligencia Artificial. “Los objetivos de la Unión en IA para la inversión pública y privada fueron de 20.000 millones de euros durante el período 2018-2020 y de 20.000 millones de euros al año durante el siguiente decenio; la Comisión se propuso aumentar la financiación de la UE en IA a 1.500 millones de euros en el período 2018-2020 y a 1.000 millones de euros anuales durante el período 2021-2027”, recogieron los auditores de la UE en un informe en el que advertían de que estaba quedando a la zaga en esa competición. Y es que en el periodo 2018-2020 la brecha con Estados Unidos era ya del doble (más de 10.000 millones de euros).
“Los objetivos de inversión de la UE siguen siendo demasiado vagos y han quedado obsoletos, pues no han cambiado desde 2018, y su falta de ambición contrasta con el objetivo de construir un ecosistema de IA competitivo a escala mundial”, regañaba el Tribunal de Cuentas de la UE.
“Europa necesita las infraestructuras informáticas, de la nube y de datos que el liderazgo en Inteligencia Artificial requiere”, admite la ‘Brújula’ de Von der Leyen: “La Comisión movilizará la iniciativa pública y privada para establecer nuevas Gigafactorías de IA especializadas en la formación de modelos de IA muy grandes que permitan ecosistemas clave de IA en toda la UE”. A ese proyecto sí parece que se le imprimirá más rapidez porque figura planificado para el primer cuarto de este año. No obstante, el resto de iniciativas relacionadas con ese tipo de tecnologías se desarrollarán en la parte final de 2025 y 2026, según la propia estrategia.
Lagunas en la regulación
En lo que la UE sí ha sido pionera ha sido en la regulación de la propia Inteligencia Artificial con una ley que establece límites al uso de sistemas, como ChatGPT, o la utilización para la vigilancia biométrica. La normativa incluyó un régimen sancionador para las empresas que la incumplan y que se enfrentarán a multas de entre 35 millones de euros o el 7% de la facturación global y 7,5 millones o el 1,5% de la facturación, dependiendo de la infracción y el tamaño de la empresa. La Asociación de la Industria Informática y la Comunicación la criticó al considerar que “impone obligaciones estrictas a los desarrolladores de tecnologías punteras en las que se basan muchos sistemas derivados, por lo que es probable que frene la innovación en Europa”.
La implementación de la ley se ha quedado coja para algunos sectores, como el de los creadores, que precisamente este miércoles han estado en Bruselas para reclamar que se introduzcan más requisitos de transparencia que obliguen a las empresas de IA generativa a revelar la fuente de los datos y a cumplir la legislación de propiedad intelectual. En otras palabras, que los contenidos generados a través de IA estén sometidos al pago de los correspondientes cánones.
“Esto permitiría a las entidades de gestión colectiva recibir la remuneración adecuada para las creadoras y creadores por el uso de sus obras protegidas mediante, a través de la obtención de licencias por parte de las empresas de la IA”, recogen en una nota de prensa sobre el evento organizado en el Parlamento Europeo por el Grupo Europeo de Sociedades de Autores y Compositores Europeos (GESAC), que representa a más de un millón de autores y autoras a través de 32 sociedades en la Unión Europea, Islandia, Noruega y Suiza, entre ellas la española SGAE.