El Gobierno ya ha avanzado que en 2025 el avance del PIB superará el 2,5%. De nuevo, batiendo todas las expectativas
España, locomotora de Europa: aporta el 40% del crecimiento económico
El INE (Instituto Nacional de Estadística) ha confirmado este miércoles que la economía creció en 2024 un 3,2%. España se reafirma así como la locomotora de Europa, tras el 2,7% de 2023 y el 6,2% de 2022. De hecho, el Gobierno ya ha avanzado que en 2025 el avance del PIB (Producto Interior Bruto) superará el 2,5%. De nuevo, batiendo todas las expectativas. Por ejemplo, la última proyección para el próximo año del FMI, de hace un par de semanas, se quedó en el 2,3%.
“España sigue liderando el crecimiento de sus socios, con un aumento del PIB que es cuatro veces superior al de la eurozona”, destaca el Ministerio de Economía. Según los mismos datos de la Contabilidad Nacional publicados por el INE, el crecimiento en el cuarto trimestre se mantuvo en el 0,8%, destacando la positiva evolución del consumo privado, con un aumento del 1%, y la importante aceleración de la inversión, con un incremento del 2,8%, el mayor en los últimos tres años.
Con la actividad económica estancada en Alemania, y con Francia asediada por las incertidumbres, España es la excepción positiva en la Unión Europea (UE) y esa fortaleza se refleja en el mercado laboral. Según la última Encuesta de Población Activa (EPA) conocida este martes, con cifras de todo 2024, nuestro paías volvió a tener un año de intensa creación de emple, con 468.100 puestos de trabajo, lo que supone un aumento del 2,19%.
Además, el pasado ejercicio, fue especialmente relevante la reducción del paro, que disminuyó en 265.300 personas, de manera que la tasa de desempleo bajó hasta el 10,6%, el nivel más bajo desde el segundo trimestre de 2008. Y otro ejercicio más se ha conseguido romper un récord de personas ocupadas, con un ejercicio histórico de 21.857.900 personas con empleo.
El presidente Pedro Sánchez aprovechó la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este martes para destacar estos datos y proyecciones, después de cerrar un acuerdo con Junts para aprobar el decreto del escudo social que revaloriza las pensiones, y que el Congreso tumbó la semana pasada en una de las derrotas parlamentarias más duras de la legislatura.
La fragmentación del Congreso no merma la solidez macroeconómica de España, principalmente gracias a “la apertura al exterior”, con el turismo como motor, pero, además, con una nueva fortaleza: el incremento exportaciones de otros servicios, de más valor añadido (consultoría, relacionados con la tecnología, con el transporte…).
El avance del PIB también se nutre de otros ejes. Uno es la llegada de inmigrantes y de su incorporación al mercado laboral. Otro, las políticas económicas de los últimos ejercicios de apoyo a familias y empresas. Medidas de protección de rentas —desde la financiación pública de los ERTE en la pandemia, a la subida del SMI desde 2018, pasando por la reforma laboral o de las pensiones— que han conseguidos dos cosas.
En primer lugar, cambios estructurales como la reducción de la temporalidad en la contratación. Segundo, junto a medidas más específicas, han logrado paliar las consecuencias de la crisis energética y de inflación de los últimos años, impulsando el consumo y sosteniendo la inversión de las empresas. Por último, el despligue de los fondos europeos del Plan de Recuperación estimula este último componente, aunque sigue siendo el más retrasado desde 2019.
Exactamente, según los datos del INE, en el último año, el crecimiento ha venido impulsado por la demanda nacional, con una aportación de 2,8 puntos al avance del PIB, superior en más de un punto al del año anterior, y el buen comportamiento del sector exterior, que aportó cuatro décimas al crecimiento anual.
Con la moderación de la inflación, “los asalariados continúan recuperando capacidad adquisitiva, con un crecimiento de la remuneración por trabajador con nómina de en torno al 5% interanual en los últimos trimestres”, resalta, por otra parte, el Ministerio de Economía.
Los positivos datos macroeconómicos siempre chocan con una crítica fundamental, que las cifras agregadas y la Contabilidad Nacional esconden historias de precariedad y vulnerabilidad, y que no miden bien la evolución del bienestar de todas las familias y el desarrollo de todas las empresas y autónomos.
En una entrevista concedida este fin de semana a elDiario.es, el profesor y consejero del Banco de España, Carles Manera, explica que “hay mucho trabajo por hacer, sobre todo en la eliminación de la pobreza y en el abordaje decidido del problema de la vivienda. Pero imaginémonos por un momento que si no se hubiera crecido a una tasa de cercana al 3% no se hubiera tenido la posibilidad de hacer la política redistributiva que se ha hecho en forma de incremento del salario mínimo (SMI), de ayudas como el Ingreso Mínimo Vital (IMV) u de otras parcelas del gasto público”.
En el mismo sentido, en otra entrevista con elDiario.es, publicada este martes, el portavoz de Economía y Hacienda de Sumar en el Congreso, Carlos Martín Urriza, incide en que “el futuro de la economía española es un futuro brillante, siempre y cuando la política económica que se ha venido haciendo hasta ahora, y que ha tenido su origen en el Ministerio de Trabajo, la sigamos desarrollando y extendiendo a otras áreas de gobierno”.
“Y es una política económica que no es muy compleja de entender. Nosotros lo que hemos hecho es algo muy sencillo, es elevar los estándares laborales, homologarlos con Europa en la estabilidad del empleo, en el salario mínimo, en la gestión de las crisis a través de los ERTE, en que no puede haber trabajadores que sean falsos autónomos… Vamos a seguir avanzando en esa línea con la reducción de jornada, y esta elevación de estándares laborales lo que ha hecho es que el capital no se pueda rentabilizar en las malas condiciones de trabajo”, explica.