El reto de los próximos cuatro años es cómo sobrevivir a la tensión y a la vez no caer en la apatía, siempre buena aliada de los tiranos. La experiencia puede ayudar, pero sólo si nos tomamos en serio la misión de hacerlo mejor
Historia de dos tomas de posesión: por qué el segundo mandato de Trump pinta mucho peor para el país
El tono de Shepard es una ilusión auditiva que crea la percepción de un tono que sube o baja sin fin, y así la sensación de tensión e inquietud que nunca se resuelve. Salió de un experimento de Roger Shepard, un científico cognitivo estadounidense, y es un truco porque en realidad el sonido está estable, no asciende ni desciende como parece.
Incluyo aquí un enlace para que entiendas mejor qué es si no lo sabes, pero no te aconsejo escucharlo entero porque da cierto agobio. Unos pocos segundos bastan para entender por qué es una banda sonora adecuada para estos tiempos, y en particular para el Gobierno de Donald Trump. El programa sobre medios de la radio pública de Estados Unidos, On the Media, empezó a utilizar el tono de Shepard en el primer mandato de Trump como metáfora de aquellos años de constantes alertas de noticias, grandes y pequeñas, sobre el comportamiento del presidente, a menudo sin precedentes, a menudo grave, a menudo provocador de caos infructuoso.
El programa volvió a utilizar el tono hace unos días para intentar resumir los primeros días de Trump en el poder y lo que viene. Micah Loewinge, copresentador, contaba que pase lo que pase con todo lo que Trump dice que hará, lo inevitable será la avalancha de información e indignación que producirá: “Escándalos, troleo, desregulación, abusos de poder, ruptura de las normas, amenazas contra minorías, ataques contra los medios, indignación mediática creciendo, creciendo, creciendo, creciendo”. La cuestión, una vez más, tal vez más que nunca, es cómo gestionar ese torrente.
Desde noviembre, uno de los comentarios que más he escuchado entrevistando a demócratas decepcionados o hablando con amigos en Estados Unidos es el deseo de desconectar de las noticias. Es algo que ya sucedía antes de las elecciones, como han documentado en particular estudiosos del periodismo del Instituto Reuters. Pero ahora la anécdota de personas que desactivan todas las alertas informativas de sus móviles se repite todavía más. La versión opuesta tampoco parece útil. “Algunos intentarán escapar desconectándose de todo. Otros se atiborrarán, cayendo en la ansiedad que produce, pero ninguna de estas tácticas te va a ayudar a navegar la arremetida mediática de los próximos cuatro años”, decía Micah, el periodista de On The Media.
Una de las entrevistas más interesantes del episodio es una de 2018 en la que Eitan Hersh, un estudioso de elecciones y actividad política de la Universidad de Tufts, recordaba que la mayoría de la gente que dice estar activa políticamente se refiere a seguir las noticias y a compartir posts en plataformas sociales, no a la verdadera y útil actividad de involucrarse en proyectos o iniciativas en su comunidad, contactar con sus legisladores u organizar protestas. El consumo obsesivo de trocitos de información de los “aficionados a la política” deriva, como explica Hersh, en agotamiento y poca acción.
Ocho años después deberíamos estar más preparados para la avalancha. De manera interesante, varios medios, y no sólo los más grandes, ya se están enfocando en resumir sólo lo esencial y tratar de distinguir entre el estruendo de Trump y sus acciones con consecuencias serias.
Ese es el espíritu del nuevo boletín de Vox.com, The Log Off, que promete decir claramente cuando no hay noticia o no tiene importancia suficiente. Tangle News, un pequeño medio independiente, intenta apelar a personas de toda inclinación ideológica, en particular a las que desconfían de los medios, y está dedicado a explicar un asunto todos los días con calma y transparencia.
Son dos ejemplos de lo que está ahora en la mente de muchos periodistas y muchos ciudadanos. El reto de los próximos cuatro años es cómo sobrevivir a la tensión y a la vez no caer en la apatía, siempre buena aliada de los tiranos. La experiencia puede ayudar, pero sólo si nos tomamos en serio la misión de hacerlo mejor esta vez.