Los puertos españoles que más pasajeros reciben son los de Barcelona, Illes Balears y Canarias, en una actividad que no solo satura áreas de las ciudades, sino que tiene un alto impacto ambiental
¿Está España preparada para recibir 100 millones de turistas extranjeros al año?
El turismo ha sido uno de los motores para conseguir que España se convierta en la locomotora de Europa en cuanto a crecimiento económico. En el último año, los extranjeros que visitaron España se dispararon un 10% y hacen vislumbrar que este año se reciba la cifra icónica de 100 millones de viajeros internacionales. Gran parte de ellos, la mayoría, vienen en avión, pero cada vez son más los que llegan en barco, en crucero. Una actividad, que se autodenomina como ‘turismo azul’, que tensiona las ciudades con puerto, sobre todo las que ven cómo sus calles se llenan de visitantes, solo por unas horas, hasta que parten a otro destino.
A lo largo de 2024, España recibió más de 12,8 millones de cruceristas, según las últimas estadísticas publicadas por Puertos del Estado. Un dato que incluye temporadas altas muy diferentes, porque mientras el Mediterráneo atrae a viajeros en verano, Canarias hace lo propio en invierno.
Como comparación, los datos del último año representan un crecimiento del 6,7% respecto a 2023 y señalan un despegue en el número de viajeros que llegan en estos barcos vacacionales de más del 20% desde 2019, cuando ya se alcanzaron cifras récord en cuanto al turismo, que tardaron varios años en recuperarse tras la pandemia, como se ve en el siguiente gráfico.
Puertos del Estado, que depende del Ministerio de Transportes, solo publica datos desde 2012. De esta forma, en algo más de una década, el número de viajeros que opta por estos tours por el mar, con España como punto de partida, destino o parada, se ha disparado en un 69% y el número de cruceros, más de un 26%. En datos brutos, hay 978 cruceros más que hace trece años y 5,2 millones de cruceristas más que en aquel momento. En el siguiente gráfico se resume la evolución a lo largo de estos ejercicios.
En 2024, casi la mitad de esos 12,8 millones de cruceristas llegaron o bien a Barcelona o bien a Illes Balears. El primer destino sumó 3,65 millones de personas. El segundo, 2,49 millones, porque Puertos del Estado no aporta más desgloses en cuanto al archipiélago.
Por detrás quedan Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife, con 1,87 y 1,31 millones de cruceristas, respectivamente.
Esos casi 13 millones de personas llegaron, durante 2024, a los puertos españoles en 4.700 buques. Un número de barcos que crece un 4,4% en comparación a 2023. Eso significa que cada crucero que llegó a un puerto estatal a lo largo de 2024 transportaba, de media, a más de 2.730 personas. Los casi 791 buques que arribaron a Barcelona, de media, llevaban más de 4.600 turistas; y los de Illes Balears, más de 3.200, según los citados datos de Puertos del Estado. Como comparación, el crucero más grande del mundo, el Icon of the Seas, tiene capacidad para más de 7.500 personas.
En el siguiente mapa se resume la evolución por puertos, cuáles recibieron más cruceros y más pasajeros a lo largo del pasado año. Hay que tener en cuenta que el número de buques incluye no solo los que viajan con pasajeros a bordo, también los que arriban a un puerto por razones de reparación, de avituallamiento o, incluso, que puedan ir al desguace, porque Puertos del Estado incluye todas esas variables.
Presión sobre las ciudades e impacto medioambiental
Los datos ponen de manifiesto el crecimiento de los cruceros y del número de viajeros que transportan, algo que impacta en las ciudades, tanto en cómo gestionan esta presión turística, como a escala medioambiental. También tiene un efecto en lo económico. Por ejemplo, el Port de Barcelona calcula que los cruceros aportan al PIB de Catalunya más de 560 millones de euros anuales, además de 9.000 puestos de trabajo, de los que el 60% está directamente ligados a la actividad turística.
En cuanto a la aportación económica, Asun Blanco, profesora de Geografía en la Universitat Autònoma de Barcelona, diferencia entre si se trata de puertos donde solo se hace una escala o aquellos que son inicio o final de los viajes. En estos últimos, como ocurre en la capital catalana, “es donde se obtiene mayor margen económico, porque si es escala, las ciudades reciben miles de turistas a la misma hora, que están un tiempo muy reducido. Siendo principio o final, los turistas vienen o se van en vuelos y pasan varias noches en hoteles”.
Estas ciudades flotantes, reflexiona Blanco, conllevan que lleguen de golpe varios miles de personas, sin que los ayuntamientos tengan capacidad de intervención en la gestión de los puertos, para decidir cuántos buques pueden llegar y de qué capacidad. “Son turistas que tampoco hacen un gran consumo en las ciudades, porque lo tienen todo pagado en los barcos. Al final es un tipo de turismo monopolizado por unas pocas navieras”, argumenta. “Con los cruceros se generan dinámicas donde las ciudades tienen que ponerse al servicio de estos turistas”, apunta Raül Valls, investigador del ‘think tank’ Alba Sud. “Implican infraestructuras en los puertos que salen del erario público, son exigencias que acaban repercutiendo en las infraestructuras que tenemos que construir, por el tamaño que tienen los barcos y porque cada vez son más grandes”.
Un negocio que, además, tiene un alto impacto medioambiental. Greenpeace calcula que un turista que viaja en tren y se aloja en un hotel genera cinco veces menos emisiones de CO2 que uno que hace lo mismo en crucero. Estos buques, además, suponen otros contaminantes, como el dióxido de azufre y los vertidos de desechos tóxicos al mar. “Un viaje promedio de estas naves consume tanto gasoil como 12.000 coches, con emisiones que son 100 veces más tóxicas, debido al alto contenido en azufre del combustible utilizado”, indica esta organización.
Respecto a esas emisiones, la organización Transport & Environment (T&E) calculó que, en 2022, “los cruceros europeos emitieron la misma cantidad de óxidos de azufre (SOx) que 1.000 millones de coches”. También, que Barcelona fue, en ese año, el puerto más contaminado de Europa; seguido de Civitavecchia, próximo a Roma, y del ateniense del Pireo. Sin embargo, T&E calculó que la decisión de Venecia de prohibir los cruceros de mayor tamaño redujo en un 80% los contaminantes atmosféricos.
Al margen, el consumo de agua. Sobre este, la Universitat de Illes Balears ha calculado que cada crucero con base en el Puerto de Palma consume, de media, 628.000 litros por amarre. Estos valores son muy superiores a las recargas que hacen los barcos mercantes (178.000 litros por amarre) o los cruceros en tránsito (69.000 litros). Como referencia, cada hogar español consume 128 litros por persona al día o 46.700 litros en el conjunto del año, según los datos que publica el Instituto Nacional de Estadística.
En cuanto a si hay que poner límites, Raül Valls considera que los cruceros no deberían ser “uno de los modelos turísticos a impulsar”. “Las regulaciones tienen que ir a no dar más facilidades, exigir que se cumplan los derechos de los trabajadores, que pueden llegar a hacer jornadas semanales de 70 horas. Las ciudades no deben estar al servicio de estas compañías, que no siempre dejan valor, porque pasan por la ciudad y no se quedan”. Por su parte, Asun Blanco cree que los ayuntamientos tienen que “llegar a acuerdos con las autoridades portuarias” y negociar un máximo de terminales, del número de barcos y de su tamaño. No solo limitar el uso de estos puertos turísticos, sino también gestionar sus movimientos por las urbes para que los cruceristas se repartan por diferentes zonas y evitar así la saturación de determinadas áreas.
Un negocio que va viento en popa
La actividad de los cruceros despega en España y a escala global y las empresas que operan esos buques ven disparar sus resultados económicos. Una de las más grandes es Royal Caribbean que acaba de publicar las primeras cifras de cómo ha cerrado el ejercicio 2024 y como le va a ir este año. Sus ingresos totales despegaron más de un 18%, hasta 16.484 millones de dólares (el equivalente a cerca de 15.800 millones de euros) y crecieron tanto en los billetes como en lo que se gastan los cruceristas a bordo. Por lo primero ingresó casi 11.500 millones de dólares y, por el gasto de los viajeros durante los trayectos, otros 5.000 millones.
La multinacional con sede en Florida reconoce que el último año fue excepcionalmente bueno, según explicó en su presentación a inversores, por la alta demanda y porque le fue bien en todas las áreas donde opera –incluida España y otros destinos del Mediterráneo– y adelanta que en 2025 le va a ir aún mejor porque está registrando niveles de reserva récord. Además, va a dar un nuevo giro al negocio porque, de cara a 2027, operará cruceros fluviales a través de la marca Celebrity River Cruises, para la que, de entrada, contará con 10 buques.
Otro de los grandes operadores que cotiza en el mercado y desvela cómo le va es Carnival Corporation, dueño, por ejemplo, de Costa Cruceros. De nuevo, habla de cifras de ingresos históricas. En el último ejercicio alcanzó una facturación de 25.000 millones de dólares. “Ha sido un final de año memorable”, admite la empresa en su presentación de resultados. Destaca el tirón de los cruceros a pesar de que hayan subido los precios y que las reservas para este 2025 son superiores a las que tenían aseguradas hace un año. De hecho, también está “batiendo récords” en cuanto a las reservas a largo plazo, ya de cara a 2026. En cuanto a los operadores europeos –uno de los grandes, MSC, no publica resultados– también hay cifras positivas. Norwegian Cruise aún no ha dado datos del conjunto de 2024, pero hasta octubre sus ventas crecían más de un 10% y anticipaba que iba a cerrar uno de sus mejores años.
En resumen, sobre la evolución en los últimos meses, el análisis de los datos que publica Puertos del Estado permite conocer cómo evoluciona la llegada de turistas marítimos mes a mes. En Illes Balears aumentan los pasajeros en los meses de verano; en Barcelona, el pico más alto se encuentra en septiembre y lo mismo que ocurre en València.
En Canarias, en cambio, la situación se invierte. En los puertos del archipiélago hay más operaciones durante noviembre, diciembre y enero. En el siguiente gráfico puedes conocer, mes a mes, cómo embarcan y desembarcan pasajeros en los principales puertos españoles.
¿En qué meses aumenta la demanda de cruceros en cada puerto?
Puertos de España donde los pasajeros de crucero
han embarcado, desembarcado o estaban en tránsito mes a mes. Datos desde 2012 hasta noviembre de 2024
Fuente: Puertos del Estado – Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible