La posibilidad de que el texto fuera aprobado por primera vez con los votos de la ultraderecha había causado indignación en el país y una avalancha de críticas contra los democristianos de Friedrich Merz
Conservadores y ultras aprueban en el Parlamento alemán una moción contra la migración a un mes de las elecciones
Derrota de los conservadores alemanes en una jornada que podía consagrar su acercamiento parlamentario a la ultraderecha. Tras un intento de último minuto de los partidos para frenar la votación y un acalorado debate, la cámara baja ha rechazado este viernes un proyecto de ley para endurecer la política migratoria impulsado por la Unión Cristianodemócrata (CDU), favoritos en los comicios del próximo febrero, que ha causado polémica por la posibilidad de que fuera aprobado con los votos de Alternativa para Alemania (AfD).
La medida buscaba el fin de la reagrupación familiar en algunos casos y ampliar las competencias de la policía en el cumplimiento del derecho de residencia, aunque tenía un carácter más bien simbólico, puesto que era poco probable que pudiera superar los trámites en la cámara territorial antes del fin de la legislatura. Lo que verdaderamente ha centrado la atención y ha caldeado los ánimos en Berlín es que se trataba del primer texto vinculante que podía salir adelante con los votos de AfD, resquebrajando el consenso entre los partidos tradicionales sobre no cooperar con la ultraderecha, el célebre como “cordón sanitario”.
Finalmente, la CDU no ha obtenido la mayoría necesaria, situada en 367 votos: el Bundestag ha rechazado el proyecto de ley con 338 votos a favor, 349 en contra y cinco abstenciones. AfD había manifestado de antemano su apoyo y la líder de los ultras ha asegurado que no ha habido disidentes en sus filas. Solo con los apoyos de los liberales, de la izquierda conservadora de Alianza Sahra Wagenknecht (BSW) y de AfD, el bloque conservador podía haber logrado la aprobación de su proyecto de ley. Según el líder de la CDU, Friedrich Merz, el fracaso del proyecto se debe sobre todo al escaso apoyo de los liberales del FDP, mientras que 12 diputados de las filas de los conservadores no votaron a favor.
En contra se han posicionado los socialdemócratas, así como los verdes y La Izquierda, que han expresado su “alivio” por el resultado.
Partidos enfrascados durante horas
La posibilidad de que por primera vez una ley se aprobara con el apoyo de la ultraderecha, segunda en las encuestas de intención de voto, había causado indignación en el país y una avalancha de críticas contra Friedrich Merz. Y esto se ha trasladado el debate parlamentario de este viernes, que se ha retrasado durante varias horas debido a un intento de última hora del resto de partidos para hallar un compromiso. Los diferentes grupos parlamentarios se han reunido para deliberaciones que se han prolongado durante al menos tres horas y media. Varios diputados de los liberales e incluso de los propios conservadores habían dado a entender que no apoyarían ya el proyecto de ley.
Según algunos medios alemanes, el principal partido del Gobierno, los socialdemócratas del SPD, se había mostrado dispuesto a llegar a un compromiso para apoyar el plan de Merz si se aplazaba la votación y aquel era devuelto temporalmente a la correspondiente comisión –esta propuesta ha sido rechazada luego en el Bundestag–, mientras que el FDP ha acusado al SPD y los Verdes de rechazar una oferta del partido liberal.
Según estos medios es el propio líder de la CDU el que ha insistido en que la votación debía producirse en el día de hoy a cualquier precio, aunque el borrador no contara con mayoría suficiente para ser aprobado, como ha acabado ocurriendo.
Durante un bronco debate parlamentario, el líder de la CDU ha negado haber tendido la mano a AfD y ha intentado marcar distancia con los ultras, asegurando que son gran medida “un partido de extrema derecha radical” que busca socavar la democracia, pero se ha se negado a dar marcha atrás. Antes, el canciller socialdemócrata, Olaf Scholz, había advertido de que Merz estaba rompiendo su palabra de no cooperar con la ultraderecha, y ha deslizado que no se puede excluir ya la posibilidad de que tras las elecciones emerja un Gobierno de conservadores y AfD.
Críticas por la ruptura de un tabú
La nueva votación llega apenas dos días después del revuelo causado por la aprobación en el Bundestag de una moción con los votos de los ultras de AfD, derribando un tabú histórico. En aquella ocasión, se trataba de una resolución no vinculante para cerrar las fronteras a los solicitantes de asilo, impulsada por los conservadores a raíz de los atentados más recientes y también recibió el apoyo de los liberales y BSW, mientras que los partidos del Gobierno (verdes y socialistas) y La Izquierda se pronunciaron en contra. La moción pedía de forma permanente controles fronterizos y el rechazo sin excepciones a personas sin papeles, aún cuando expresen su intención de solicitar asilo –en contravención de la normativa europea–, así como a detener de forma indefinida a las personas pendientes de deportación, entre otras medidas.
El movimiento ha desencadenado protestas en la calle y fue condenado por socialdemócratas y verdes como la “ruptura de un tabú” existente hasta ahora, en referencia al cordón sanitario erigido contra la ultraderecha. Este viernes, alguien había colocado la biografía de Angela Merkel entre los asientos de Scholz y el vicecanciller Robert Habeck en el Bundestag, un recordatorio después de que la excanciller criticara al líder y candidato a canciller de la CDU por tolerar el respaldo de AfD. El superviviente del campo de exterminio de Auschwitz Albrecht Weinberg, de 99 años, anunció que devolverá la Orden del Mérito de la República Federal de Alemania por el mismo motivo, así como el fotógrafo italo-alemán Luigi Toscano, recoge la Agencia EFE.
Según informa el portal de noticias de la cadena ARD, al menos hasta antes de la larga interrupción, la llamada Ley de Limitación de la Afluencia este viernes contenía tres partes principales. En primer lugar, consagraba en la ley de nuevo como objetivo primordial no solo el control, sino también la “limitación” de la afluencia de extranjeros, una palabra que se elimina en 2023. Por otro lado, se suprimía la reagrupación familiar para las personas que necesitan protección subsidiaria y ampliaba las competencias de la Policía Federal para que pueda rescindir ella misma permisos de residencia.
De cara a las elecciones generales, los conservadores lideran las últimas encuestas de intención de voto con hasta un 30% del apoyo del electorado, por encima de AfD, a la que se atribuye en torno al 21% en los sondeos. El Partido Socialdemócrata de Alemania obtendría entre un 16%, mientras que a Los Verdes se sitúan en torno al 13%. No obstante los medios alemanes informan de que la primera encuesta desde lo ocurrido en el Bundestag del miércoles muestra que la CDU/CSU ha caído levemente, mientras que el SPD de Scholz remonta ligeramente mejor resultado desde finales de diciembre.
Según las encuestas, está por ver si Alianza Sahra Wagenknecht (BSW) y el partido liberal (FDP) superan por poco la barrera del 5% necesario para lograr representación parlamentaria o se quedarían cerca de alcanzar ese porcentaje.
Con información de EFE