Los magistrados se limitan a considerar «desafortunadas y extravagantes» algunas expresiones utilizadas por el juez para insistir en investigar la causa pese a que lo tenía prohibido
El juez Aguirre se jubila tras perder el prestigio entre sus compañeros y sin saber si será imputado
Carpetazo antes de empezar. El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha archivado la querella que interpuso el expresident de la Generalitat Carles Puigdemont contra el juez Joaquín Aguirre (jubilado este mes de enero) por su polémica reactivación de la investigación de la trama rusa del procés.
Los magistrados de la máxima instancia judicial catalana se limitan a considerar “desafortunadas y extravagantes”, además de “innecesarias”, algunas expresiones utilizadas por el juez para insistir en investigar la trama rusa pese a que lo tenía prohibido por la Audiencia de Barcelona. Con todo, descartan que su argumentación rebase la línea del Código Penal.
El TSJC toma la decisión de acuerdo con la Fiscalía, que había respaldado la actuación del magistrado con la investigación de la trama rusa del procés al considerarla “totalmente razonable y sostenible”.
El aval de la Fiscalía contrastó con la contundente censura al juez Aguirre realizada por la sección de la Audiencia de Barcelona encargada de revisar las decisiones del instructor. Los magistrados tildaron de “fraude de ley” y de “irregular maniobra procesal” la decisión de Aguirre de desoír la orden de sus superiores y seguir investigando la trama rusa en vez de archivarla.
Frente a la censura al juez realizada por la Audiencia de Barcelona, el magistrado ha hallado más comprensión en el TSJC. El alto tribunal catalán rechaza que la maniobra del magistrado sea, por sí sola, “una injusticia suficiente para poder apreciar la eventual existencia de un delito de prevaricación judicial”.
Los hechos se remontan al pasado mes de junio, cuando el juez Aguirre abrió una nueva pieza para investigar la trama rusa después de que la Audiencia de Barcelona le ordenara archivar o enviar a juicio el caso. La maniobra sirvió al magistrado para imputar a Puigdemont y no amnistiarlo por unos hechos en los que llevaba indagando casi cinco años sin haber investigado formalmente al expresdient. Después el instructor envió el caso al Supremo, que todavía no ha decidido si asume la trama rusa.
Para el expresident, el hecho de que el juez Aguirre abriera una nueva pieza sobre unos hechos que la Audiencia de Barcelona había ordenado archivar o enviar a juicio suponía un delito de prevaricación y otro de malversación (por los recursos policiales públicos destinados a indagar en la trama rusa).
El magistrado admitió que seguir investigando la trama rusa suponía una “solución alternativa a las objeciones” que le había puesto la Audiencia de Barcelona. El juez Aguirre también reconoció que la orden de la instancia superior “abocaba a un sobreseimiento de la injerencia rusa por falta de instrucción suficiente”.
La “solución alternativa” que halló el magistrado fue abrir una pieza separada nueva, a partir de otra distinta a la que le habían tumbado, para investigar los mismos hechos que sus superiores le habían impedido investigar. Esta “interpretación jurídica” del magistrado resulta “totalmente razonable y sostenible”, a juicio de la Fiscalía y no supone una resolución injusta, como mantenía Puigdemont.
Así lo cree también el TSJC en un auto que firman su presidente, Jesús María Barrientos, y los magistrados Carlos Ramos y María Eugenia Alegret. Los magistrados lamentan el uso del juez Aguirre de la expresión “solución alternativa”, pero descartan que sea un delito.
Según la argumentación del TSJC, la reactivación de la trama rusa en junio por parte de Aguirre fue “producto del caos y del retraso en la tramitación” de la causa así como de la “repentina preocupación” del magistrado “por reordenar y reubicar” las diligencias pendientes de realizar desde hacía casi un año. El TSJC omite el hecho de que la reactivación de la causa por parte del juez coincidió con la aplicación de la amnistía, que negó a Puigdemont y el resto de investigados.
“Al margen de las irregularidades procesales a depurar por la vía de recursos”, concluye el TSJC, la insistencia del juez Aguirre en investigar la trama rusa pese a lo ordenado por la Audiencia de Barcelona “no constituye” los delitos de prevaricación y malversación que le atribuía el expresident.