Jorge Olcina, catedrático en Geografía Regional: «Tras la DANA habría que paralizar todos los planes urbanísticos»

El experto de la Universidad de Alicante insiste en que hay espacios inundables que no deberían haberse ocupado nunca y de los que se tendría que desalojar a la gente porque están en peligro: «Las zonas donde ha muerto gente por la riada no se deberían reconstruir»

La Comunitat Valenciana regresa en 2025 al macrourbanismo del siglo XX pese al aviso de la DANA

“No hay que reconstruir en los lugares donde ha habido crecidas y donde ha muerto gente. Hay que sacrificar espacios y las plantas bajas con inmuebles no deberían ser habitables. Se deben revisar las obras que se han hecho para prevenir inundaciones, como las presas de contención”. Jorge Olcina, Catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Alicante, protagonizó la última sesión de la primera conferencia de expertos sobre cambio climático y territorio en el Mediterráneo Ibérico organizada por Ana Camarasa y Joan Romero, dos profesores de la Universitat de València, en el Centre Cultural la Nau.

Durante el inicio de su ponencia, el experto usó cinco titulares de prensa- uno de ellos de este medio- como ejemplo de enganche para desgranar punto por punto la necesidad de una gestión integral y eficaz sobre los eventos extremos y naturales que están moldeando las formas de convivencia de la sociedad, como fue la pasada DANA que asoló la provincia de València y que ha dejado ya 227 muertos, o aquella gota fría del 2019 en la comarca de la Vega Baja, en Alicante, y que dejó tres fallecidos y supuso la pérdida de más de 1.300 millones de euros.

Y es que, según el experto en geografía regional, el cambio climático está en un proceso de “significación especial”, especialmente en la zona del mediterráneo, y cuyas administraciones públicas “no están garantizando la vida humana” con la tramitación de planes que no se adaptan a zonas inundables y en las que se sigue edificando: “Estamos en un territorio de riesgo desde época histórica. Ahora existen más complejidades que en los años 60, como el aumento del riesgo del litoral donde los niveles de vulnerabilidad y exposición de calor se han disparado por el desarrollo económico y el ‘boom’ turístico con la ocupación de espacios indebidos. Además, a partir de los 2000, se suma otro factor que es el efecto del cambio climático. Hemos ido empeorando y la única solución es aplicar medidas completas con mucha pedagogía, sacar adelante legislaciones y saber comunicar a la ciudadanía”.


Jorge Olcina en la mesa sobre eventos extremos y gestión integral del riesgo de la I Conferencia de Expertos sobre el Cambio Climático y Territorio en el Mediterráneo Ibérico celebrada los días 30 y 31 de enero en el Centre Cultural la Nau

En este sentido, Olcina también manifestó su preocupación por el aumento y la normalización de los discursos negacionistas, así como la obligación de transformar la planificación territorial, económica y de emergencia, junto a “la gestión del dominio público marítimo-terrestre e hidráulico” por los efectos del cambio climático, como las sociedades más desiguales y el medio ambiente “incierto”, que contribuyen al aumento del calentamiento.

El también investigador principal del Grupo de la Universidad de Alicante de Clima y Ordenación del Territorio puntualizó que fenómenos como la riada del pasado 29 de octubre se irán convirtiendo en una realidad más habitual debido al aumento de temperaturas en aguas mediterráneas: “Se ha calentado el doble en 40 años que el aire superficial, alterando las intensidades porque el agua del mar es cálida la mayoría del año”, subraya.

En referencia al último informe IPCC, las conclusiones demuestran que hay que desarrollar lugares resilientes al clima, tal y como expuso el catedrático. “Para reducir la peligrosidad, es necesario una obra civil que lo mitigue, así como una planificación del territorio con antelación, en la que protección civil, tanto de Europa como de España están trabajando”, asevera el experto en geografía. A su vez, añade que, el sistema del Consorcio de Compensación de Seguros es uno de los “mejores que hay en el mundo”, y cuyo modelo sirve de guía en algunos países.


Propuestas de gestión integral para evitar catástrofes en la zona mediterránea y asegurar el bienestar civil

“Hay que repensar los planes urbanísticos”

Jorge Olcina recalcó que los Planes Generales de Ordenación Urbana (PGOU) anteriores al 2000 no ofrecen ninguna seguridad para la sociedad ante la deriva que está tomando el cambio climático y en cuyos modelos no se contemplaba. El catedrático aboga por “paralizar todos los planes urbanísticos”, un deseo inconcebible a ojos del gobierno de Mazón, tal y como se demostró el pasado mes de noviembre con los apoyos de PP y Vox de la posibilidad de construir a 200 metros de la costa mediante un decreto de simplificación administrativa, o su insistencia en continuar urbanizando suelo en zonas inundables, haciendo caso omiso a las advertencias de los expertos. “Las instituciones deben cuidar el bienestar social. Solo 1231 tiene planeamiento urbanístico posterior al año 2000; 623 posterior al 2008; y solamente 278 posterior al 2015”, manifiesta.

En líneas similares, Olcina puntualiza que los planes de orientación urbana están “presentando mapas de peligrosidad e inundación”, lo que implica una “mala interpretación de la cartografía”: “En el mapa de riesgos hay muchas peligrosidades y necesita técnicos y especialistas en esta cuestión”.

Asimismo, recuerda que la Comunitat Valenciana se encuentra en un territorio de “alta exposición”, en el que actualmente existen 200.000 viviendas en zonas inundables: “Es necesario que haya una cartografía en forma de síntesis donde se refleje esas zonas de alto riesgo de inundación. Además, faltan planes de adaptación al cambio climático para los diferentes sectores económicos, y paralizar proyectos urbanísticos que contemplen edificación en dichos lugares”. Además, insiste en que el aviso meteorológico tiene que llegar a toda la población, y tener en cuenta a la población extranjera, mandándoles la alerta “en su idioma de origen”: “Hay espacios que nunca debieron ser ocupados y habría que desalojarlos cuanto antes. Corre alto riesgo la vida de las personas que viven allí dentro”.

Sobre el Decreto Ley 20/2024, de 30 de diciembre, aprobado por el Consell para la reconstrucción de los municipios afectados por la DANA, Olcina considera que habría que aplicar una visión más holística, y no solo de “tipo urbanístico”. “Los planes estratégicos están muy bien, pero cuando cambia el partido político que gobierna se quedan sin efecto. Habría que incorporar en la ley valenciana de ordenación del territorio una figura para la reconstrucción de zonas dañadas por grandes siniestros, que tendrían fuerza normativa para poder desarrollarlas, independientemente del poder político que gobernara”, resalta.

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