Expertos en salud destacan la importancia de que el calendario vacunal en adultos sea tan respetado como el infantil y destacan que las soluciones pasan por crear una ‘cultura de la vacunación’ sólida al potenciar medidas como ‘sacar’ las vacunas de los centros de salud y llevarlas a espacios de ocio
Guía para entender los virus este invierno: la gripe sigue subiendo, hay mucho norovirus y la covid-19 está en mínimos
Pese a que la pandemia sacó a nuestro país del estancamiento que estaba viviendo en materia de cobertura en vacunas como la de la gripe durante el período 2016-2022 —en el que se registraron datos especialmente bajos respecto a la serie histórica (rondaban el 55%)—, las cifras en adultos se resisten a alcanzar el 75% recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“A pesar de los esfuerzos, las coberturas actuales son insuficientes, especialmente en casos como el de la enfermedad neumocócica”, explicó en el Congreso Virtual en Vacunas de este año María Pilar Arrazola, jefa del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital 12 de Octubre de Madrid.
En el 50 aniversario de la implantación del calendario de vacunación infantil en España, los expertos destacan como gran desafío el de mejorar las tasas de vacunación en adultos hasta el punto de equipararlas con las infantiles. Las coberturas, alertan, son bajas en la gripe y bastante más bajas para la Covid-19.
Un 34% de la población ‘diana’ no se vacunó de la gripe
Fernando Moraga-Llop, pediatra y portavoz de la Asociación Española de Vacunología (AEV), explica que la vacuna de la gripe es un buen medidor para saber dónde nos encontramos. Según datos del Ministerio de Sanidad, en el período 2023-2024 alrededor del 67% de los adultos mayores de 65 años se administraron la vacuna. Esto quiere decir que una de cada tres personas de este grupo poblacional prescindió de la dosis.
España, sin embargo, no se encuentra en una mala posición respecto al resto de Europa y del mundo: somos el segundo país de la Unión Europea (UE) donde más se cumple el calendario vacunal infantil, según un estudio publicado el año pasado en la revista Expert Review of Vaccines y en 2022 éramos el cuarto con más tasa de vacunación contra la gripe en personas de 65 años o más, por detrás de Dinamarca, Portugal e Irlanda (que sí rebasan el 75%).
Alcanzar este famoso porcentaje de inmunización para aquellas enfermedades de transmisión respiratoria de alto riesgo es clave, entre otras cosas, para proteger a aquellos grupos más vulnerables, reducir la circulación del virus y evitar saturación en los sistemas de salud, así como para lograr inmunidad de rebaño, disminuir complicaciones graves y minimizar el impacto económico causado por la enfermedad. Un análisis de la Office of Health Economics de Londres estimó que por cada euro invertido en vacunas se generan 18,30 euros en beneficios para la sociedad y la economía.
Tasas insuficientes también para la Covid-19 o herpes zoster
Respecto a la campaña 2023-2024 de vacunación frente a la covid-19, el Ministerio de Sanidad informó de que el 47,0% de los mayores de 60 años y el 65,3% de los mayores de 80 recibieron las dosis adaptadas pertinentes (dosis modificadas para ofrecer protección contra las variantes o cepas específicas).
La cobertura vacunal más allá de la infancia en herpes zóster, neumococo, así como en DTaP, son otros de los indicadores que conviene mirar al tratar de hacer un retrato fiel del cumplimiento del calendario vacunal adulto
La cobertura vacunal más allá de la infancia en herpes zóster, neumococo, así como en DTaP (difteria, tétanos y tos ferina), son otros de los indicadores que conviene mirar al tratar de hacer un retrato fiel del cumplimiento del calendario vacunal adulto, explican los expertos. Sin embargo, no todas las comunidades publican estos datos, lo que dificulta el dibujo completo.
En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, la población ‘diana’ —el grupo poblacional al que hace referencia el calendario— vacunada respecto al herpes zoster en 2024 con pauta completa fue del 41%. Respecto a neumococo, a finales de 2022, las coberturas de vacunación de la población madrileña de 60 años o más fueron del 50,9% para personas sin condiciones de riesgo, y del 45,3% para aquellos que tenían al menos una condición de riesgo. Estas tasas son insuficientes, advierten los inmunólogos consultados.
Por qué aún no logramos el 75%
“Los problemas de cobertura de la edad adulta no se deben a una cuestión de confianza, porque si no, no vacunaríamos a los niños. Pero falta información para los profesionales y para las personas y estrategias en este sentido”, destacaba. Arrazola en el congreso. Así lo corrobora el recién publicado informe Confianza en la ciencia y Populismo científico en España de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT). El 80,4% de los españoles están de acuerdo en que las vacunas son necesarias para proteger la salud de las personas. Del porcentaje restante, solo un 2,3% está totalmente en contra.
Moraga-Llop explica que una de las razones de que las tasas de vacunación en adultos aún no sean equiparables a las infantiles se debe a causas históricas: “El primer calendario en el Estado incluía solo a los niños de hasta los 12 años”. “Eso tuvo una justificación inicial, porque ese calendario derivó de lo que había empezado hacía 10 años, en 1963, con las campañas de vacunación, primero de la polio, y después de la difteria, tétanos y tos ferina (DTP), que se hacían en niños exclusivamente”, rememora.
No fue hasta 2019 cuando el calendario común de vacunación a lo largo de toda la vida entró en vigor en España. Hasta la fecha, cada comunidad tenía su propio calendario, aunque la mayoría seguían pautas similares. El nuevo programa, sin embargo, marcó un cambio importante en la estrategia de vacunación en España, y se actualiza según las recomendaciones científicas.
Hay estudios que demuestran que, en concreto, la recomendación por parte de las enfermeras aumenta las coberturas vacunales.
Para ese momento, el calendario infantil ya había tejido toda una “cultura de la vacunación” en los profesionales de la especialidad pediátrica que el nuevo programa aún no ha alcanzado conseguir en el resto de áreas: “En los estudios de pediatría, la vacunación es un tema muy importante, que se da mucho. En cambio, en prácticamente el resto de especialidades, se explica mucho menos”, asegura.
Resultado: los sanitarios tampoco predican con el ejemplo. Menos de la mitad se vacunan contra la gripe. A Moraga-Llop este dato le parece “decepcionante y preocupante”. “Una persona que no se vacuna no tiene la capacidad para transmitir al otro la necesidad de vacunarse”, sostiene.
Inmaculada Cuesta, representante del Consejo General de Enfermería y vocal en la Asociación Enfermería y Vacunas (ANENVAC), expresa que hay estudios que demuestran que, en concreto, la recomendación por parte de las enfermeras aumenta las coberturas vacunales, y recuerda el “aspecto ético y moral” que debería estar asociado a este grupo de la población, ya que “si ellos contraen una gripe y la transmiten a una persona con una patología de riesgo, esa persona puede tener una complicación importante”.
Hay que llevar esa cultura a los sitios que frecuentan las personas adultas por ocio, por actividades culturales, por actividades deportivas, porque son personas sanas que muchas veces no acuden al centro de salud
“El segundo motivo de esta diferencia en el cumplimiento del calendario es que el adulto sano banaliza las enfermedades porque, precisamente, se encuentra bien”, explica. “Entonces no piensa que, por ejemplo, un herpes zóster pueda producirle una complicación importante, ni una neumonía, ni una gripe, ni un tétanos”, incide.
Sacar las vacunas de los centros de salud
Por tanto, las soluciones pasan, precisamente, por atajar esos dos factores. Una de ellas, apunta Cuesta, podría ser la de ‘sacar’ las vacunas de los centros de salud: “Es decir, hay que llevar esa cultura a los sitios que frecuentan las personas adultas por ocio, actividades culturales o deportivas. Porque son personas sanas que muchas veces no acuden al centro de salud, al punto de vacunación”.
Desde la AEV abogan, además, por potenciar la vacunología en los estudios de grados sanitarios, además de conseguir que haya cierta formación también en las escuelas porque, sostiene el portavoz, “hay que empezar desde que somos pequeños”.
Queda resumido en la frase de ‘algunos se olvidan de las enfermedades, pero las enfermedades no se olvidan de nosotros’
Inciden, por último, en que se trata de una “labor multidisciplinar”, ya que “las autoridades sanitarias también tienen que pensar en campañas de información atractivas, porque muchas veces no enganchan, y en cómo comunican los mensajes”. “Con la covid ha ido mutando. Por ello, no hay ya que hablar de ‘vacuna de recuerdo frente a Covid-19’. Hay que hablar de ‘vacuna actualizada’”, remata Cuesta.
Las enfermedades no se olvidan de nosotros
Ella, como enfermera, trata de concienciar acerca de que hay enfermedades que se han erradicado, como la viruela, gracias a la vacunación en masa, y que “hay enfermedades que están en proceso de erradicación o que están controladas, pero necesitamos altas coberturas vacunales”.
Pero que se hayan erradicado no quiere decir que hayan desaparecido: “Muchas veces la gente piensa que enfermedades como el sarampión o la polio ya han desaparecido, y no es así, porque cuando dejas de vacunar las enfermedades vuelven. Algunos se olvidan de las enfermedades, pero las enfermedades no se olvidan de nosotros”, sentencia Moraga-Llop.