«Ha canalizado todas mis discrepancias con las decisiones de la dirección del partido, cuando han aflorado, con el mayor nivel de reserva posible», señala
Vox expulsa a dos parlamentarios de Castilla y León por exigir a Abascal más democracia interna
El que fuera exvicepresidente de Castilla y León y líder de Vox, Juan García-Gallardo en esa autonomía ha anunciado este lunes que deja todos los cargos en el partido (seguirá como militante) y que abandona la actividad política para volver a la abogacía. La renuncia de García-Gallardo se produce entre críticas a la dirección nacional del partido, una constante que se ha producido en más territorios y que en Castilla y León ha propiciado una crisis interna en el Grupo Parlamentario en la que dos procuradores han criticado a la ejecutiva nacional por “falta de democracia interna”.
“Entré en política activa con grandes dosis de ilusión y entusiasmo. Entré en un proyecto unido, pero ancho, en el que existían y cabían pluralidad de liderazgos y carismas. Esa situación ha cambiado. La dirección del partido ha ido ocupando cada vez más espacios en detrimento de los demás”, ha señalado García-Gallardo.
En la misiva, García-Gallardo ha lanzado un dardo a los dos procuradores disidentes para aclarar que “no es necesariamente malo por sí mismo” que la ejecutiva nacional ejerza todo el control frente a lo que dicen “los entusiastas de la democracia interna absoluta y las primarias para la selección de los candidatos a cargos electos”.
“La ley de hierro de la oligarquía, definida por Dalmacio Negro, es inevitable en cualquier organización, incluidos, por supuesto, los partidos políticos. El intento por acabar con las oligarquías dentro de los partidos es una quimera; una acción estéril que sólo conduce a la melancolía. En lo que no cabe el conformismo es en la exigencia de una conducta ética a quienes integran las oligarquías que gobiernan los partidos políticos”, prosigue la carta.
El exvicepresidente de la Junta ha aclarado que su decisión es “independiente” de la adoptada por “quienes han desafiado públicamente a la dirección del partido con exhibiciones de rebelión en Salamanca” o “constituyendo plataformas de afiliados para cuestionar decisiones relevantes de la dirección en política internacional”.
García-Gallardo ha defendido que sus discrepancias con la dirección del partido “no tienen que ver con la forma de selección de los candidatos, ni con la participación en uno u otro grupo político europeo”. La decisión “es personal e independiente”, ha apostillado.
El ahora exportavoz de Vox en las Cortes ha matizado que ha sido “leal” a Santiago Abascal y “su equipo más próximo” pero añade un matiz: “Lealtad toda, mientras exista reciprocidad”. “Lealtad y apoyo siempre y ante todo al programa político de VOX, sin matices, que espero poder seguir contribuyendo a que triunfe, con mi humilde aportación, por el bien de España”, ha apuntado en la carta.
Asimismo, también reconoce que “ha canalizado” todas sus discrepancias con las decisiones de la dirección del partido “con el mayor nivel de reserva posible”.
El exlíder de Vox acaba su comunicado remarcando que “en cuestiones de conciencia no cabe el cálculo, solo la acción firme y desinteresada, con respeto a las normas, especialmente para quienes pudiera parecer que no merecen ese amparo”. Cierro esta carta recordando que, para algunos, el éxito no se mide por el poder o el dinero, sino por ser digno de ser imitado por nuestros hijos y compatriotas“.