A la espera de resolver el concierto para salvar la mutualidad, la entidad acuerda con el INSS volver al modelo de doble permuta, en enero y junio, que suprimió en 2022
Adeslas y Asisa ven viable la continuidad de Muface tras la subida del 41% anunciada por el Gobierno
Con el camino allanado para la resolución de la crisis de Muface, con un nuevo incremento de la prima de un 41% en tres años, el Gobierno lanza ahora guiños a ambos lados de la mesa. La entidad ha acordado con el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) que los funcionarios de la mutualidad puedan saltar entre sanidad pública o uno de los seguros adscritos al concierto en curso dos veces al año, en enero y en junio, en lugar de solo una, como viene ocurriendo desde 2022.
Al margen de la licitación que el Ministerio de Función Pública tiene abierta para la asistencia sanitaria de los funcionarios, Muface suscribió en 2018 otro convenio con el INSS, dependiente de Seguridad Social. En ese acuerdo,entre otras cosas, se determina el tratamiento especial a los mutualistas y beneficiarios que hayan optado por recibir la prestación de asistencia sanitaria a través del sistema sanitario público, en lugar del seguro privado y en qué condiciones pueden solicitar la permuta.
Inicialmente, el convenio entre las dos entidades permitía ese cambio entre sanidad privada concertada y pública, y viceversa, dos veces al año, pero en 2022 una primera adenda al concierto optó por limitarlo solo a enero. “El periodo ordinario de cambio correspondiente al mes de junio supone un porcentaje muy reducido en relación con las solicitudes de cambio producidas en enero por lo que se considera aconsejable su eliminación, si bien se incluye una previsión para el caso de que fuera necesaria su reactivación”, indicaba el texto.
El cambio actual, tres años después, responde, según ha podido saber este medio, a una voluntad de dar mayor flexibilidad a los funcionarios, así como a una mejor gestión del modelo. “Supone recuperar un modelo que ya estuvo en vigor en anteriores conciertos y que facilita a los mutualistas ejercer la libertad de elección en la que se basa Muface”, indican fuentes del sector asegurador, consultadas por elDiario.es.
La medida también es del gusto sindical. “Todo lo que sean facilidades, bienvenidas”, indican fuentes de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), que denuncian, no obstante, que aún no se haya resuelto el concierto en marcha. Desde UGT llevan reclamando la vuelta a la doble permuta desde que se suprimió “de forma unilateral”. De hecho, el tema estuvo sobre la mesa en el Consejo General de Muface del pasado mes de junio, donde la secretaria de Estado de Función Pública, Clara Mapelli, y la directora general de la mutualidad, Myriam Pallarés, avanzaron que estaban barajando esa posibilidad, que se concretará en los próximos días con su publicación en el Boletín Oficial del Estado.
Con el nuevo concierto en el aire, Muface solo habilitó este mes de enero la posibilidad de cambio del seguro privado a la pública, alegando que no tendría sentido dar el salto a una aseguradora que podía quedarse fuera del sistema en unas semanas. Ahora que Adelas y Asisa ven viable la continuidad del sistema, tras una subida de la prima del 41%, una vez que se apruebe la licitación, para lo que todavía queda al menos un mes, se abrirá un periodo adicional de permuta, entre la seguridad social y aquellas compañías que hayan concurrido a la licitación. Y, de nuevo, en junio, de forma ordinaria.
El acuerdo entre Muface y la Seguridad Social se produce en un momento en el que cada vez más nuevos funcionarios rechazan el seguro privado en favor de la sanidad pública. Según los datos que maneja Función Pública, son ya dos de cada tres. Una proporción que no oculta que el 70% del total continúa eligiendo el seguro privado, 12 puntos menos que hace una década. A falta de conocer los datos de este año, en enero de 2024 se produjeron un total de 39.846 modificaciones de adscripción de entidad sanitaria, con un saldo neto positivo para el INSS de 6.416 mutualistas: hubo 13.704 personas que dejaron la privada, frente a 7.288 que pasaron de la pública a una aseguradora.
La medida tiene una doble lectura, que podría beneficiar a las compañías privadas, más allá de la libertad de elección. “Es muy habitual pedir el cambio cuando se dan situaciones de enfermedad crónica grave, alguna operación compleja o, incluso, un accidente cardiovascular sobrevenido”, indicaba en diciembre la portavoz de la Federación de Educación —uno de los colectivos con más mutualistas— de CCOO en Madrid, Isabel Galvín. Esto es, los pacientes más ‘caros’ se pasan a la pública.
La adenda, firmada este miércoles, contempla también la posibilidad de abrir periodos extraordinarios de permuta, ante situaciones sobrevenidas que puedan privar al mutualista de una asistencia sanitaria óptima, ya que cada aseguradora suscribe, a su vez, contratos con centros médicos y hospitales privados, que son quienes dan el servicio. Por ejemplo, un beneficiario podría solicitar el cambio si se traslada a trabajar a otra provincia o isla.