La batalla desde Asturias para recuperar el cuerpo de un rey senegalés que luchó contra la Francia colonial

La familia de Sihalébé Diatta, rey de la provincia senegalesa de Casamance, lleva diez años intentando que los restos de su antepasado, expuestos en un museo de París desde 1904, puedan volver a casa

‘Los rehenes’, cómo la historia colonial sigue siendo “un tabú” y una “cuestión de bandos”

Una operación quirúrgica hace diez años, en el por entonces recién estrenado Hospital Universitario Central de Asturias, fue lo que vinculó para siempre, aunque él aún no lo sabía, a Michelle Gaspard Diatta con el Principado.

Así fue como, una década después y ya con 29 años, este estudiante senegalés de la provincia de Casamance acaba en el campus de humanidades de la Universidad de Oviedo, estudiando el cuarto curso del Grado de Lenguas Modernas, donde conoce al profesor que da comienzo a un nuevo capítulo en la historia de su vida.

Fue en uno de los debates abiertos en la clase de ‘Cultura de los países de habla francesa’, abordando la restitución de objetos culturales, expoliados durante el período colonial al continente africano, donde Michelle se animó a contar la historia de su familia, algo que hasta entonces nunca antes había hecho, según nos explica su profesor, Vicente E. Montes.

“En ese momento supe que teníamos que ayudarle”, reconoce, para a continuación, poner el caso en conocimiento del grupo de innovación docente, África en el Milán, El Milán en África, que integra junto a otros profesores y profesoras de la universidad asturiana, procedentes de diferentes disciplinas.

Desde ese grupo se han puesto manos a la obra para echarle una mano a Michelle a la hora de prensentar el escrito que deben enviar al gobierno senegalés, explicando su solicitud, así como en la difusión de este caso para lograr que otras personas de Casamance, que en estos momentos puedan encontrarse en la diáspora, sepan de esta historia.


Michelle Diatta en Asturias

Para saber dónde comienza la historia de la familia Diatta hay que remontarse al siglo XV, cuando los exploradores portugueses llegaron a Casamance, una provincia del sur de Senegal y hogar del reino de Kasa, poblado, mayoritariamente, por la etnia ‘diola’. Antes de ser devastados por el comercio de esclavos y la opresión colonial, los ‘diolas’ estaban organizados en estructuras descentralizadas: los reyes sacerdotes, encargados de los vastos arrozales, actuaban como guías espirituales y desempeñaban una función clave en la cohesión social de la región.

A pesar de ser comunidades de gran autonomía y resistencia a autoridades externas, ‘diolas’ y colonizadores portugueses consiguieron vivir pacíficamente durante tres siglos, quizás porque estos últimos, llegaron a entender y a respetar la idiosincrasia de este pueblo, que convertió a la provincia de Casamance en el centro comercial vital para el intercambio de alimentos, ganado, marfil, cuero, cera y oro.

Sin embargo, tras la guerra librada entre Portugal y Francia por la ocupación de este territorio, la firma de un convenio entre ambos países dio entrada al control francés de Casamance y a la progresiva salida de los portugueses, que habían permanecido en la provincia senegalesa durante casi cuatro siglos.


Mujeres de la etnia diola durante el funeral de una anciana de la comunidad, en Casamance

La situación con los franceses cambió radicalmente el día a día de Casamance, y el enfrentamiento con los ‘diolas’ fue inmediato y continuado, debido a la opresión que la nueva colonia ejercía sobre los ‘diolas’, a quienes intentaban someter de todas las formas. En esta situación, lo que intentaron los colonos fue recurrir a los jefes locales como intermediarios, pero estos, tampoco se dejaron doblegar.

A pesar de que en 1901 los franceses lograron fortalecer su control en la región, la resistencia de los diolas dio pruebas de firmeza durante todo el siglo XIX y principios del XX, siendo el rey Sihalébé Diatta y la reina Aline Sitoe Diatta dos figuras emblemáticas de la misma.

Según cuenta Michelle Diatta, fue gracias a las fuentes orales que la historia de este rey, su antepasado, fue transmitiéndose de generación en generación, hasta llegar a nuestros días. A pesar de que son muchos diolas los que desconocen la historia del rey que defendió Casamance de la colonia francesa, costándole, incluso, la vida.

Han sido estas mismas fuentes las que contaron cómo las primeras órdenes coloniales, que consistían en la entrega de siete toneladas de arroz (elemento sagrado para los diolas) destinadas a Francia, fueron sustituidas, por orden del rey Sihalébé, por siete toneladas de excrementos de vacas, para manifestar su desobediencia.

Esta respuesta, según cuenta Michelle Diatta, provocó el enfado de las autoridades francesas, que fueron a buscarle a su domicilio, si saber que él no estaría, ya que pasaba la mayor parte de su tiempo en el ´bosque sagrado», pero amenazaron con matar a toda su familia, si no se entregaba.

Así fue capturado, muriendo 20 días después, ya que, según las costumbres diolas, los reyes no podían ser vistos ni comiendo ni bebiendo, algo que él se negó a hacer como manifiesto de rechazo al poder francés. El hecho de no haber ingerido alimento durante casi tres semanas despertó la curiosidad de los franceses, que decidieron estudiar ese cuerpo y para ello lo enviaron al Museo del Hombre, en París, donde permaneció como parte de la colección de restos humanos coloniales.

La tragedia de la colización

El hecho de que el cadáver de Sihalébé Diatta permanezca desde 1904 en un museo parisino, no solo refleja la tragedia vivida por los pueblos africanos colonizados, sino también la falta de voluntad política de la República de Senegal por la conservación de la historia de figuras heroicas que hicieron frente a las imposiciones coloniales.

Y es que, tras el interés que Francia manifestó recientemente por devolver a África parte de su patrimonio, la familia Diatta envió una carta al por entonces presidente de Senegal, Macky Sall, solicitando la repatriación de los restos de Sihalébé Diatta, “por justicia histórica y cultural”, pero no han obtenido respuesta.

Mientras el Museo del Hombre de París afirma que no tiene inconveniente en devolver los restos solicitados, según explica Michelle, es necesaria la implicación del gobierno senegalés y que este solicite formalmente a su homólogo francés que Sihalébé Diatta pueda volver a Casamance.

Es en este proceso en el que, en estos momentos, se hallan Michelle y su familia, apoyados por el grupo África en el Milán, El Milán en África, de la Universidad de Oviedo y liderado por el profesor Montes.

Se trata de hacer un llamamiento a la unidad y a la acción colectiva, a través de la obtención del apoyo de escritores, periodistas, políticos, investigadores, artistas, activistas y de cualquier ciudadano que secunde la causa. Y es que, uniendo diversas voces, desde diferentes plataformas, cuenta el profesor Montes, será posible generar un cambio real y significativo de la restitución de la memoria y de la justicia histórica de los pueblos africanos.

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