Tenemos que hablar de Mapi León

El revuelo sobre lo sucedido el domingo ha ido creciendo, pero ¿procede de una auténtica preocupación por Daniela Caracas y por la violencia en el fútbol o más bien es fruto de una reacción al #SeAcabó justo cuando los acusados del caso Luis Rubiales han declarado ante el juez?

Luis Rubiales es el tío que me arruinó aquella fiesta

Este domingo, había derbi en la Liga F: el Barcelona y el Espanyol se veían las caras en la Ciudad Deportiva Dani Jarque. Pero no ha sido el resultado lo que más ha trascencido del encuentro sino el gesto de una de las jugadoras, la culé Mapi León. En una jugada de córner, León, pegada a la blanquiazul Daniela Caracas, le toca con los dedos la vulva. El tocamiento sucede en apenas dos segundos y, después, la jugada y el choque entre las jugadores prosigue.

Al final del partido, el Espanyol publicaba un comunicado condenando el hecho que, dicen, “vulnera la intimidad” de Caracas, quien “no pudo reaccionar a causa del impacto”. Horas más tarde, Mapi León se pronunció a través de los canales de comunicación de su club y negaba tanto el tocamiento íntimo como la intención de vulnerar la intimidad de su compañera. El revuelo sobre lo sucedido el domingo ha ido creciendo, pero ¿procede de una auténtica preocupación por Daniela Caracas y por la violencia en el fútbol o más bien es fruto de una reacción al #SeAcabó justo cuando los acusados del caso Luis Rubiales han declarado ante el juez?

Hay quienes no vieron nada grave ni alarmente en aquel beso forzado de Rubiales a Jennifer Hermoso, quienes sirvieron, incluso, de altavoz para desacreditar o cuestionar a la futbolista y, de paso, a algunas compañeras. Hay quienes siguen escandalizados de que aquello haya tomado la dimensión de un juicio como el celebrado estas dos semanas. O quienes han moderado su tono y comentarios, aunque más forzados por las circunstancias que por convicción. Hay quien considera que el fútbol jugado por mujeres es de segunda categoría y quien justifica su precariedad. Ahora, en medio del juicio a Rubiales, lo sucedido con Mapi León ha sido la coartada perfecta para el ‘y tú también’.

El malestar que la futbolista Daniela Caracas ha mostrado (en un primer momento manifestó, incluso, que se planteaba denunciar), o las dinámicas agresivas del fútbol que también se extienden a la competición femenina parecen quedar en un segundo plano. La primera fila está tomada por un discurso que compara lo sucedido con el caso Rubiales y es desde ahí que se piden consecuencias, se difunden bulos como que, de haber sido un hombre ya estaría en la cárcel, y se reproduce cierto victimismo masculino.

¿Queremos hablar de por qué los tocamientos íntimos y los insultos están normalizados en el fútbol?, ¿ponemos sobre la mesa cómo es posible que no haya a día de hoy una crítica interna en los clubes sobre los comportamientos de jugadores y jugadoras en los campos?, ¿nos preguntamos si existen protocolos eficaces contra el acoso en todos los equipos y si se cumplen?, ¿reflexionamos sobre por qué algunos tienen el empeño de equiparar la violencia machista con cualquier otro tipo de violencia?, ¿pensamos en si quienes sufren acoso o agresiones tienen los recursos que necesitan?

Una trampa

Una experta en violencia de género y sexual que prefiere no ser citada confirma que Daniela Caracas, como cualquier otra persona que hubiera sufrido un tocamiento, podría poner en marcha los protocolos internos de su club contra el acoso y también interponer una denuncia. La ley funciona para todos y todas. “La trampa, eso sí, es querer comparar y poner al mismo nivel social un hecho que es anecdótico en cuanto que poco frecuente [que una mujer lo ejerza sobre otra mujer] con una violencia sistémica, estructural, normalizada, como la que sufren las mujeres por parte de agresores hombres”, añade.

La presidenta de la Asociación para Mujeres en el Deporte Profesional, Mar Mas, constata que Caracas “está en su derecho de denunciar o de poner en marcha un protocolo”. Más allá de cómo se defina el tocamiento de Mapi León a Daniela Caracas, la presidenta de la asociación tiene la sensación de que hay quien está intentando “llevarlo a otro terreno” para “desacreditar” tanto a jugadoras como a asociaciones, activistas o personas que desde distintos ámbitos criticaron con dureza lo sucedido con Rubiales y trabajan para llevar la igualdad al deporte.

“Es muy frecuente ver partidos donde los jugadores se tocan, se empujan, se escupen, se tocan el culo. El fútbol es un territorio donde la gente da rienda suelta a muchos comportamientos muy distintos a los valores del deporte, desde las gradas hasta lo que sucede en el campo. Pero intentar sacarle punta a algo para decir ‘ves, vosotras sois iguales’, o para que muchos señores del fútbol puedan quitarle gravedad a otros hechos, como el de Rubiales, no sirve para mejorar la situación”, explica Mas, que también pone el énfasis en que en el caso de Jennifer Hermoso, Rubiales era su superior y se armó toda una estrategia para, posteriormente, presionar y desacreditar a la futbolista.

Así que tenemos que hablar de Mapi León sin que Mapi León sirva para tapar el bosque. Porque quien dice que la jugadora le ha hecho un “flaco favor” al fútbol femenino parecen obviar unas cuantas cuestiones. Por ejemplo, que la inmensa mayoría de agresiones sexuales de todas las intensidades las cometen hombres contra mujeres. O que el convenio de las jugadoras de fútbol marca sueldos similares al salario mínimo interprofesional. Que, hasta hace nada, pocos equipos hacían contratos profesionales a sus jugadoras. Que las futbolistas, pero también las árbitras o las entrenadoras, sufren comentarios machistas mientras trabajan. Que la selección que terminó ganando un mundial tuvo que plantarse para conseguir condiciones dignas, desde más sesiones de fisioterapia hasta poder viajar con su familia.

Y que la violencia, los gestos soeces, los tocamientos, las agresiones sexuales, el machismo o el racismo son un mal profundamente enrededado con el fútbol que no se soluciona con un “y tú más”, “y tú también”, “ellas también lo hacen”.

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