Las Galeries Maldà, a pesar de estar en el barrio más turístico de Barcelona y del cierre de algunos locales, se mantienen con fuerza como punto de reunión de artesanos y tiendas de juegos de mesa y vestimenta fantástica
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Las redes sociales sentenciaron el pasado noviembre a las históricas Galeries Maldà, en el centro de Barcelona, a una nueva decadencia. Después de resurgir en 2017 como las ‘galerías frikis’ de la capital catalana por sus tiendas de juegos de mesa, vestimenta fantástica y merchandising de anime y películas, los rumores sobre una posible crisis por el cierre de varios locales del grupo Reino de Juguetes, uno de los principales arrendatarios, crecieron. Pasado un tiempo, los comerciantes aseguran que no ha sido así y ya se habían abierto varios comercios nuevos.
“Que se haya ido un comerciante es más estético que a nivel de descenso de clientes”, explica Mari Carmen Richart, propietaria de la tienda Kutuleras. Para esta trabajadora de las Maldà desde el año 2018, “hubo un poco de confusión al principio, pero la galería sigue abierta”.
“Hay gente que lleva mucho tiempo luchando y trabajando para que esto siga adelante”, agrega Oriol, de 53 años, propietario de La Casa Mágica de U12 Miniatures. Este comerciante, que lleva ya nueve años en las galerías, es optimista. “De aquí a la primavera los locales que quedan vacíos se alquilarán y volverá a estar todo lleno”, pronostica.
Richart asegura que la pérdida de poder adquisitivo ha influido en una bajada de ventas general en toda Barcelona, no solamente en las galerías, y que, con los conflictos internacionales, la subida de la luz y el precio de la vivienda, los barceloneses ya no tienen el mismo margen para permitirse caprichos. Aun así, reafirma que el espacio no es la razón del cierre y rotación de locales, sino una situación comercial difícil en toda la ciudad. “Me molesta bastante que nos llamen galerías fantasma”, añade, “porque hemos luchado mucho para seguir aquí”.
La inicial mala prensa que recibió el espacio el pasado noviembre no frenó la entrada de nuevos comercios que en los siguientes meses abrieron sus puertas. “Se está recuperando bastante bien y a buen ritmo”, confirma Sonia Gutiérrez, una de las administradoras del espacio. “Los mismos comercios que ya hay traen a más gente y me está sorprendiendo positivamente”, añade.
Un espacio históricamente difícil
Gutiérrez, que lleva más de dos décadas al frente de la administración del espacio, pudo ver cómo las galerías cambiaban con el paso del tiempo. “Antes eran todo comercios pequeñitos y había muchos contratos indefinidos”, recuerda la administradora. Las sucesivas crisis llevaron a la rescisión de los primeros contratos. La situación se agravó con el cierre en 2010 de las tres tiendas que tenía Muebles Maldà, que su día fue “el motor” de las galerías, rememora Gutiérrez. “Entonces creció la rotación de negocios”, explica.
El emblemático espacio comercial, abierto en 1942, cuenta con 1200 metros cuadrados. Para muchos comercios supone un reto: los locales son pequeños y sin almacén y, además, al estar escondidos dentro de un recinto, les resulta más difícil atraer clientes. En 2016, hubo un intento de reavivar el espacio y alquilar en conjunto diversos locales al grupo de restauración Tragaluz, pero ese mismo año el Ayuntamiento de Barcelona suspendió todas las nuevas licencias relacionadas con el turismo y el ocio en la zona de Ciutat Vella y se puso fin al proyecto, dejando de nuevo las galerías vacías.
Entrada de las galerías
Fue entonces cuando llegó la iniciativa de Reino de Juguetes, que abrieron en octubre de 2017 una tienda temática de Harry Potter. “Funcionó porque el espacio es muy propicio para otro tipo de negocio más relacionado con la fantasía, el misterio y todo este mundo más artesanal”, valora la administradora. Además de ese comercio, la compañía abrió otros negocios tematizados como Thronestore BCN, Funko Barcelona o Kame Hame Shop que se centraban en la venta de merchandising.
El inicio de las ‘galerías frikis’
Además de los locales del grupo Reino de Juguetes, ahora ya cerrados, también llegó Costurero Real, una marca de ropa alternativa inspirada en la Edad Media y los cuentos de hadas. Su propietaria, Mariángeles Guisado, más conocida como Alassie, inició su negocio en internet y su tienda en las galerías Maldà fue el primer local físico que inauguró. “Hasta que no conocí las Galeries no me plantee abrir tienda física”, explica esta comerciante, que resalta que en las Maldà “hay precios que no se encuentran en otro sitio en el centro de Barcelona y locales pequeñitos pero económicos, algo que se puede permitir un artesano”.
Alassie, después de su primer año en el recinto comercial, convenció a otros artesanos y artistas para darle una oportunidad al espacio y presentaron a los propietarios de las galerías un proyecto para crear una suerte de Camden de tiendas temáticas. Afirma que por la peculiaridad de los locales que, al estar en el centro de Barcelona, tienen muy pocas horas de carga y descarga, los propietarios se encontraban con dificultades para alquilarlos, pero para los artesanos no suponía ninguna pega. “Encontramos el tándem perfecto”, asegura la comerciante.
Finalmente, en diciembre de 2018 Alassie abrió su segunda tienda, Uchronic Time, juntamente con otras cuatro de diferentes comerciantes: PropCorn, Geek Skin, Cadmium Rose y Kutuleras. Reino de Juguetes también siguió abriendo nuevos locales como Super Friki Market en 2019 y Power Magic Girls y Trolls en 2020, lo que ayudó a consolidar la imagen de ‘galerías frikis de Barcelona’, un mote que los colectivos y la comunidad habitual de clientes de las Maldà ha hecho suyo.
El fin de este boom del frikismo pareció asomarse durante el año 2024, cuando Reino de Juguetes cerró diversas tiendas tanto en Madrid como en Barcelona por causas propias de la empresa. Actualmente, en el recinto comercial catalán, solo queda un único local del grupo inspirado en el mundo mágico de Harry Potter.
Pese a la pérdida de uno de los operadores con más locales, las Maldà rápidamente han vuelto a acoger nuevos artistas y pequeños comerciantes con tiendas como NekoNook y Mystika de productos artesanales o BukiBoom de juguetes, peluches y coleccionables.
No son los únicos que apuestan por un segundo renacer de las galerías. También lo ha hecho la empresa ReVolution LARP, una empresa dedicada a la organización de eventos de rol en vivo. Este grupo eligió el espacio de la planta superior de las galerías para celebrar en febrero un gran baile ficticio donde los invitados puedan transportarse por un día a la corte del Rey Cisne. Lo hace aprovechando la arquitectura del edificio histórico, el Palau Maldà, que fue construido en el siglo XVII, pero también teniendo en cuenta la simbiosis que los participantes de eventos de rol en vivo tienen con las galerías. “El espacio de las Galeries Maldà es frecuentado y está consolidado en la comunidad”, explicaron Marc y Rachel, los organizadores. Las entradas para la primera jornada se agotaron en pocos días.