‘Wolfgang (Extraordinario)’, una comedia familiar para romper los prejuicios sobre el autismo

Javier Ruiz Caldera adapta el éxito literario en una película para todos los públicos que mezcla con acierto comedia y un punto canalla

Crítica – ‘Estado eléctrico’, un bodrio carísimo a cargo de los directores de ‘Los Vengadores’ para certificar el ocaso del espectáculo Netflix

En apenas una semana de diferencia podrán verse las nuevas películas de Borja Cobeaga y Javier Ruiz Caldera. El primero estrenará el viernes 21 Los aitas, mientras que el segundo ha hecho lo propio este fin de semana con Wolfgang (Extraordinario). Su coincidencia en el calendario con dos cintas que incluso apelan al mismo público hace también pensar en aquella generación de directores que allá por el año 2010 iban a revolucionar la comedia española. 

Ambos debutaron en el largometraje en 2009. Cobeaga con Pagafantas; y Ruiz Caldera con Spanish Movie, aunque su consagración sería en 2012 y 2013 cuando encadenó dos comedias como Promoción Fantasma y Tres bodas de más. Eran películas que tenían claros sus referentes humorísticos, pero que sonaban frescas y diferentes en España. Parecía que llegaba un momento de una cierta renovación en el cine español, en donde la comedia siempre se ha regido por patrones muy marcados de lo que funciona o no funciona. 

Sin embargo, en 2014 llegó un fenómeno creado por el mismo Borja Cobeaga (junto a Diego San José). Se llamaba Ocho apellidos vascos y lo que ocurrió después lo sabe todo el mundo. Aquella comedia de tópicos culturales fue el filme español más taquillero de la historia en nuestro país, y provocó que las cadenas privadas apostaran solo por un tipo de comedia: aquella que repetía el patrón del pelotazo escrito por Cobeaga y San José. Así hasta que la fórmula se agotó de tanto usarla y Santiago Segura encontrara otra, la de la comedia blanca familiar que ha explotado en Padre no hay más que uno y sus secuelas; en A todo tren, y que tanto Telecinco como Antena 3 siguen usando.

Por eso, que ambos estrenen dos comedias familiares que se salen de las pautas marcadas por las cadenas es una buena noticia. Tanto Los aitas como Wolfgang (Extraordinario) tienen personalidad propia, no acuden al gag constantemente y no tratan a los adultos (ni a los niños) como idiotas. Tienen ritmo, y un director detrás que cuida el material con el que trabaja, y eso se nota. 

Wolfgang (Extraordinario) es la adaptación de un éxito literario que habla de un niño de diez años con un coeficiente intelectual de 152 y trastorno del espectro autista que, tras la muerte de su madre, se ve obligado a vivir con su padre, un actor que se enfrenta a la paternidad de forma repentina. Aunque pudiera parecer un encargo, fue Ruiz Caldera quien leyó el libro por consejo de un amigo y pensó que dentro había “una película superoriginal y diferente que trataba temas que no son habituales en el cine español”.

Cuenta que la novela es de lectura obligatoria en muchos colegios de Catalunya, y que por eso el filme nació en catalán. Así se ha rodado, y aunque se estrene también de forma doblada, su estado natural es la lengua catalana. Por eso al director le sorprendió que entrara Telecinco. “Es la primera vez que Telecinco hace una película en lengua catalana”, recuerda calificándolo como “insólito” y reconociendo que la entrada de la cadena y de Universal hizo que la película se levantara de forma rápida.

Te venden como familiares cosas que son infantiles y me siento engañado, porque te tragas tostones

Javier Ruiz Caldera
Cineasta

Ruiz Caldera encuentra el tono adecuado para la historia, ese que hace que los padres se emocionen y los chavales no se aburran, y puede que sea su experiencia como padre que va al cine con sus hijas lo que le ha ayudado a lograrlo: “Me venden como familiares cosas que son infantiles y me siento engañado, porque te tragas tostones. O eso o son comedias descerebradas, que ahí hay divertidas, pero yo echo de menos un cine que en España no se ha hecho tanto, que es de una tradición más europea o del indie de EEUU, esas películas con una apariencia más ligera, con un niño protagonista y que es accesible para ellos, pero que debajo pueda abordar temas más profundos o incluso dramáticos”.

Aquí los hay para elegir, “el autismo, la salud mental o el duelo, que están contados de una forma que puede parecer ligera, pero que hará que los padres vean capas por debajo”. Eso sí, sin infravalorar a los niños. “Son más inteligentes de lo que creemos y a veces los sobreprotegemos en una burbuja de temas. A mí me gustaría que ocurriera algo que estoy viendo en algún pase que hemos hecho, que genera una conversación después. Los niños preguntan cosas a sus padres. Qué mejor que poder ver una película con tu hijo, con tu familia y poder hablar luego del tema, eso es lo que tiene el cine, que luego tienes un trayecto a casa para poder comentarla. Eso me parece maravilloso y es lo que yo hacía cuando iba al cine con mis padres”, recuerda.

La coincidencia con Los aitas va más allá de los vínculos entre ambos como directores, ya que ambas películas reflexionan sobre la paternidad. No son un padre caótico como el que interpreta Santiago Segura en sus películas, sino que hay una mirada de dos cineastas que han sido padres y que empiezan a hablar de ello en sus filmes, algo que hasta ahora no aparecía en el cine español. Cuando se le menciona a Javier Ruiz Caldera lo primero que le sale es que esto “debería ser más habitual”.


Miki Esparbé, Anna Castillo y Jordi Catalán en ‘Wolfgang (extraordinario)’

“Igual que en los últimos años hemos empezado a ver historias superpotentes de cómo se gestiona la maternidad, lo normal es que los que somos padres nos apetezca contar cómo vivimos la paternidad, la gestión de tiempos, la conciliación… y no solo desde la perspectiva del padre desastre, el conflicto puede estar en otros temas. Creo que ahora mismo, por generación y por lo que nos toca a nivel personal, contamos historias que nos interpelan, y seguramente es lo que me interpeló de la novela y por eso quería hacer una película de ello”, opina el director.

En su carrera se siente afortunado, porque el éxito de sus películas, que casi siempre han funcionado en taquilla, ha hecho que pueda alejarse de las fórmulas de comedia que han dominado la industria, de hecho puede enorgullecerse de no haber dirigido nunca una secuela ni un remake: “Te voy a decir la verdad, los productores que me conocen saben que no acepto eso. No hago remakes ni secuelas. O al menos de momento, que todo sea que luego me trague mis palabras, pero yo soy defensor de las películas originales, sobre todo porque como director lo que más me estimula es encontrar la mejor manera de contar esa historia, y si existe ya un precedente no me estimula tanto. Como director lo que me gusta es el reto de una historia nueva”.

Publicaciones relacionadas