La decisión llega después de que el presidente y altos cargos del gobierno hayan negado que se compartió información clasificada a través de una plataforma comercial
La filtración de planes militares de EEUU en un chat grupal desata una crisis política que Trump intenta minimizar
La revista The Atlantic ha publicado este miércoles los planes para bombardear objetivos hutíes que el jefe del Pentágono, Pete Hegseth, compartió en un grupo de Signal donde se añadió por accidente al periodista Jeffrey Goldberg. El medio ha tomado esta decisión después de que la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, y el director de la CIA, John Ratcliffe, quienes también estaban en el chat, negaran ante el Senado que se hubiera enviado información clasificada a través de la plataforma. El presidente Donald Trump también ha intentado minimizar el escándalo que podría provocar la primera gran crisis de su administración.
“Las declaraciones de Hegseth, Gabbard, Ratcliffe y Trump, junto con las afirmaciones de numerosos funcionarios de la administración de que estamos mintiendo sobre el contenido de los mensajes de Signal, nos han llevado a creer que la gente debería ver los mensajes para sacar sus propias conclusiones”, expone la revista, que recuerda que todos los expertos con los que han hablado les aseguraron que usar Signal para discutir dicha información suponía “una amenaza a la seguridad nacional”.
El medio explica cómo, después de que Ratcliffe, Gabbard y otros altos funcionarios negaran que se había compartido información clasificada en el chat, escribieron a la Casa Blanca, la CIA, el Departamento de Defensa y otras agencias del gobierno relacionadas con la cuestión, exponiéndoles que se planteaban publicar dichos planes. La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, respondió en un correo electrónico donde seguía insistiendo que no se trataba de información clasificada, pero que “eso no significa que alentemos la publicación de la conversación”.
El chat publicado, tal como ya había asegurado la revista en su artículo inicial, contiene las horas de los bombardeos, los cazas usados para dicha operación (“Despegue de F-18, primer grupo de ataque)”), así como los drones y los objetivos. The Atlantic hace notar cómo la información del primer grupo de ataque se compartió en un chat donde había un número de teléfono desconocido para el resto de miembros “31 minutos antes de que despegaran los primeros aviones de combate estadounidenses y dos horas y un minuto antes del inicio de un período en el que se esperaba que un objetivo principal, el ”Terrorista Objetivo“ hutí, fuera eliminado”.
En la conversación también se pueden leer los comentarios de otros altos cargos que estaban dentro de ese chat, como el vicepresidente JD Vance, quien, después de los primeros mensajes de Hegseth con la información detallada sobre el bombardeo, respondió: “Voy a rezar una plegaria por la victoria”. Poco después, el consejero de Seguridad Nacional, Mike Waltz, quien incluyó al periodista de The Atlantic por error, compartió actualizaciones sobre los blancos acertados, así como el nombre del comandante a cargo del comando central.
En el chat también estaba la jefa de gabinete de la Casa Blanca, Susie Wiles; el secretario de Estado, Marco Rubio; el asesor del presidente, Stephen Miller; y el enviado especial, Steve Wiktoff. Además, había un agente de la CIA cuyo nombre The Atlantic ha decidido mantener bajo anonimato. En el Senado, Ratcliffe aseguró que el oficial no está encubierto y dijo que era “completamente apropiado” compartir su nombre en la conversación de Signal.
La revelación de los chats es una respuesta a la constante negación por parte de la administración Trump de que el error de seguridad no es grave. Este martes, durante una reunión en la sala de gabinete, el presidente minimizó los hechos e incluso se permitió hacer una broma sobre el caso y aseguró que lo que allí se discutía era “tan aburrido” que el periodista de The Atlantic abandonó el grupo. “No hubo peligros, no hay despidos”, afirmó en medio de la crisis interna dentro de la Casa Blanca, donde altos funcionarios creen que Waltz no puede seguir en el cargo.
Del mismo modo, Trump evitó responder quién le había dicho que la información que se discutió en el grupo no era clasificada. El presidente ha esquivado la pregunta: “Siguiente pregunta, por favor”.
Días antes de la filtración del chat de Signal, el Pentágono ya había advertido de la vulnerabilidad de la aplicación ante posibles hackeos en un comunicado al que ha tenido acceso la radio pública