La resignificación de Cuelgamuros se decidirá mediante un concurso de ideas y costará 31 millones de euros

El Gobierno prevé lanzar a finales de la semana que viene el concurso internacional con el que prevé intervenir el espacio a nivel paisajístico y arquitectónico y construir un centro de interpretación: hasta septiembre podrán presentarse proyectos y en mayo de 2026 habrá un ganador

El Gobierno pacta con el Vaticano la resignificación de Cuelgamuros, incluida parte de la basílica

El Gobierno avanza en la resignificación del Valle de Cuelgamuros. Tras pactar con la Iglesia no será desacralizado y los benedictinos permanecerán en él, tal y como adelantó elDiario.es, le toca el turno al concurso de ideas con el que el Ejecutivo quiere transformar el mausoleo franquista. Así, a finales de la semana que viene prevé lanzar la convocatoria, abierta a candidaturas a nivel internacional, según fuentes del Gobierno. De ahí saldrá el proyecto ganador con el que se intervendrá la mayor parte del complejo, a excepción del altar mayor y las bancadas de la basílica, que seguirá dedicándose al culto católico.

Con el concurso de ideas el Gobierno busca dar cumplimiento a la Ley de Memoria Democrática, que ya modificó el nombre del antes llamado Valle de los Caídos y estableció su conversión en un espacio que debe dar a conocer las circunstancias y motivos de su construcción y su significado histórico. Con estas bases se lanzará el concurso, que engloba tres encargos: una transformación en clave paisajística y artística, la construcción de un centro de interpretación y un proceso de musealización para explicar a partir de paneles u otro tipo de elementos qué es Cuegalmuros.

A pesar de que está en auge el discurso negacionista que defiende que Cuelgamuros fue hecho para la reconciliación, la realidad es que fue exlcusivamente concebido por Franco como un monumento a los vencedores de la Guerra Civil, tal y como dejó escrito el dictador el 1 de abril de 1940, cuando ordenó su creación como un homenaje a los “hérores y mártires de la Cruzada”. Estas y otras circunstancias –como su construcción por mano de obra republicana– deberán ser explicadas e interpretadas, según fuentes de la secretaría de Estado de Memoria Democrática. También el significado de la gran cruz, que no se derribará y que es “la simbiosis entre religión y política” que representaba el nacionalcatolicismo franquista.

En el lanzamiento del concurso han trabajado a tres bandas el ministerio de Política Territorial y Memoria, el de Vivienda y Presidencia, encargado este último de negociar directamente en el Vaticano los pormenores de la resignificación. El proceso se dividirá en diferentes fases: tras la publicación del concurso, habrá dos meses para presentar propuestas, diez de las cuales pasarán a una segunda etapa en la que las ideas será desarolladas con más detalle. El plan es tener en septiembre un proyecto ganador y en mayo de 2026 iniciar el proceso de licitación de las obras. El presupuesto consignado es de casi 31 millones de euros: 26 para sufragar los trabajos, cuatro de honorarios para el proyecto ganador y 650.000 euros en premios para los diez finalistas.


Sección longitudinal de Cuelgamuros: las intervenciones se harán en todo el conjunto, salvo el altar y las bancadas.

El concurso será anónimo y un jurado será el encargado de seleccionar las propuestas. Estará formado por nueve personas, pero de momento solo se ha elegido a una: la que irá de parte de la Iglesia, el actual delegado de Liturgia del Arzobispado de Madrid, Daniel Alberto Escobar Portillo, según acordó el ministro Félix Bolaños con el cardenal madrileño. A pesar de que la resignificación del complejo lleva años sobre la mesa y ya en octubre de 202 el Gobierno concretó que se haría mediante un concurso internacional, las negociaciones con la Iglesia han sido el paso previo. Fuentes de Presidencia justifican el pacto por “no poder tomar decisiones sobre un lugar de culto de forma unilateral” y poder hacer compatible “los usos del lugar con la resignificación”.

Un centro de interpretación en la explanada

La transformación física y conceptual del espacio debe ser “integral” y estar dirigido al mausoleo propiamente dicho y también a su entorno con el objetivo de “dotarlo de un nuevo significado” y para “abordar la memoria histórica dedse el rigor científico e histórico”, según fuentes del Ministerio de Vivienda. Uno de los requisitos que deben cumplir las propuestas es que sean elaboradas por equipos multidisciplinares que cuenten con arquitectos, artistas, paisajistas e historiadores.

Las mismas fuentes insisten en que la resignificación irá encaminada a “recuperar” el espacio y a que sea un lugar “de uso educativo, cultural y democrático”. El uso religioso, sin embargo, seguirá presente. El acuerdo entre el Gobierno y la Iglesia establece que esta no se quedará al margen del proceso y los monjes benedictinos permanecerán en Cuelgamuros a pesar de que la idea inicial del Ejecutivo era expulsarlos. Sí saldrá el exprior Santiago Cantera, una de las resistencias más férreas a la exhumación de Franco, y le acompañará algún otro monje de perfil franquista.

El concurso reserva el espacio dedicado al altar y las bancas adyacentes para el culto y no se podrán intervenir de ninguna forma. Sí estará sujeto a cambios el resto del interior de la basílica, desde el atrio o el vestíbulo a la cúpula. El concurso de ideas prevé que la explanada de acceso sea el lugar en el que se instale el centro de interpretación o museo, ya sea subtérraneo o en el exterior. Este deberá, además, conectarse con la basílica mediante una entrada independiente a la que da acceso al centro religioso. El Gobierno es consciente de la “complejidad” de la tarea debido a la magnitud del mausoleo y a su deterioro arquitéctonico. De hecho, seis millones de euros estarán reservados para su rehabilitación.

Para lanzar el concurso, el Gobierno se ha fijado en otros procesos similares a nivel global, que han resignificado espacios concebidos como lugares de memoria. Entre ellos, el monumento al Holocausto en Berlín, que también fue fruto de un concurso de ideas, el Monumento por la Paz y la Justicia de Alabama, dedicado a la persecución racial, o el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos en Santiago de Chile, cuyo objetivo es dar visibilidad a las vulneraciones de derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet y dignificar a sus víctimas.

Siguen las exhumaciones de víctimas

La transformación de Cuelgamuros no será la primera intervención que se haga en él. El Gobierno exhumó en 2019 a Franco del lugar preeminente que ocupaba en la basílica desde su muerte y cuatro años después salió también el fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera. Además, en junio de 2023 comenzaron los trabajos de exhumación de las víctimas de la Guerra Civil y la dictadura que fueron enterradas en las criptas sin conocimiento ni consentimiento de sus familias. Franco convirtió así el Valle en la mayor fosa común de España, con más de 33.000 cadáveres.

El Gobierno atiende actualmente las peticiones de 160 familias que buscan a sus seres queridos. De momento, se han exhumado 29 cadáveres de las criptas, de los cuales 16 han logrado ser identificados con nombre y apellidos, según los datos actualizados de la secretaría de Estado de Memoria Democrática. Eso a pesar de que los trabajos han estado sometidos desde que arrancaron al continuo boicot de las asociaciones franquistas, que han intentado paralizarlos en los tribunales. Precisamente este miércoles la Justicia daba luz verde de nuevo al proceso.

Sobre la mesa tiene también el Ejecutivo de Pedro Sánchez el real decreto con el que debe establecerse el nuevo marco jurídico bajo el que quedará Cuelgamuros al extinguirse la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos. Y ahí será clave qué papel tendrán los monjes benedictinos en la gestión de la escolanía y la hospedería. “Iremos viendo”, responden fuentes del Ministerio de Presidencia, que insisten en que con el real decreto se seguirá “el principio mantenido hasta ahora de dialogar con todas las partes” y llegar a soluciones que “tengan permanencia en el tiempo” y sean “consensuadas”.

Publicaciones relacionadas