Las familias conviven en un complejo turístico paralizado en 2005 por el ‘caso Yate’, que investigó la concesión masiva e ilegal de licencias para construir proyectos turísticos
Hemeroteca – Los esqueletos de hormigón de Canarias: cuando la corrupción se convierte en parte del paisaje
Un nuevo desahucio masivo amenaza a más de cien familias en Lanzarote. Uno de los hoteles abandonados que siguen en pie en el núcleo turístico de Costa Teguise será desalojado. En su lugar, se construirá un complejo hotelero de cuatro estrellas y 407 plazas. “Aquí hoteles hay en cantidad, lo que no hay es vivienda”, subraya Rosa, una de las personas que habita en esta urbanización inacabada. Las dificultades para poder alquilar una casa la llevaron a vivir en los apartamentos abandonados Club del Rey junto a su pareja y sus dos hijas pequeñas.
“Nosotros no queremos que nos regalen nada ni quedarnos a vivir aquí, sino una solución”, plantea Rosa. Para ella y su familia ha resultado imposible encontrar una vivienda estable: “Hay sitios que te piden dos meses de fianza, las nóminas… Algunos, al darse cuenta de que teníamos dos niñas, tampoco nos querían alquilar”. La emergencia habitacional también empujó a Julián, a su pareja y a su niño de tres años a vivir en esta urbanización. Él y su familia pasaron años durmiendo en sofás y en habitaciones cedidas por conocidos.
Durante un tiempo, Julián encontró trabajo en Fuerteventura. De lunes a viernes, pernoctaba allí en una caravana. Los fines de semana volvía a Lanzarote para reunirse con su familia, que tenía alquilada una habitación, hasta que decidió renunciar a su trabajo para quedarse en la isla con su familia y “enfrentar la situación”. Un día escuchó a otro hombre decir que entraría a vivir en este esqueleto de Costa Teguise. “Fuimos y nos gustó porque no estábamos rompiendo la casa de nadie. Estaba abandonado, sin puertas, ni muros. Nosotros no somos personas que vayamos a meternos de apartamento en apartamento”, asevera.
Desde el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) indican que aún se desconoce cuántas familias serán desalojadas y cuándo se producirá la desocupación. El proceso está en fase de emplazamiento y, por tanto, no se sabe aún quiénes residen. Al no saberse quiénes residen, el inmueble no puede desalojarse sin darle audiencia a los afectados, añaden. El último informe de la Policía Local de Teguise estima que actualmente viven entre 90 y 128 familias en este esqueleto de hormigón. Fuentes del Ayuntamiento de Teguise matizan que la cifra puede variar, ya que ha habido movimientos constantes de entrada y salida de familias en la zona.
Julián tapió la casa, creó una fosa séptica y la amuebló para vivir ahí con su familia. “Poco a poco se ha ido poblando y hemos formado una comunidad”, cuenta. Los moradores se organizan para pedir agua por cubas e incluso algunos han colocado placas solares. Ahora planean levantar un parque para los niños de la urbanización. “Nos hemos buscado la vida. He invertido aquí 5.000 euros. Sé que es dinero que se va a perder, pero necesitaba darle comodidad a mi familia”, insiste.
El vecino asegura que el Ayuntamiento no les ha permitido empadronarse en la urbanización y denuncia que la corporación ha hecho “caso omiso” a las peticiones de ayuda de las familias. Además, critica que la alcaldesa, Olivia Duque, no les haya recibido directamente. Por el contrario, asegura que técnicos de Servicios Sociales sí han asistido al lugar. Fuentes del Ayuntamiento aseguran que se ha estado proporcionando ayuda “especialmente a los usuarios en situación de vulnerabilidad que residen en el esqueleto”. “Esta labor no es reciente, sino que se ha llevado a cabo desde que comenzaron a ocupar el espacio”, dicen.
Para el resto de residentes, el Ayuntamiento “ha facilitado información y orientación sobre el acceso a viviendas sociales”. “Es importante destacar que algunas de las personas que viven allí cuentan con solvencia económica, pero se enfrentan a dificultades para acceder a una vivienda en el mercado actual”, destacan desde la corporación municipal. “Lo único que nos dicen es que esto no es un lugar para vivir, que hay que tener un ‘plan b’. Yo les digo que si tuviera un plan b, no estaría aquí”, insiste Rosa.
Un hotel inacabado
La urbanización en la que viven las familias son los restos de otro complejo turístico que se proyectó en la zona hace más de dos décadas: los Apartamentos Club del Rey. La obra nunca finalizó porque su licencia fue concedida de manera ilegal. En 1999, el Ayuntamiento de Teguise, con Juan Pedro Hernández (CC) como alcalde, otorgó la licencia a Explotaciones Hoteleras Canarias y Lanzagal Promotores para crear 157 apartamentos con un total de 461 plazas. El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) anuló esta autorización en 2005.
La licencia no tenía proyecto de ejecución, un requisito indispensable para poder llevar a cabo los trabajos de construcción. Además, la autorización de 461 plazas turísticas iba en contra del Plan Insular de Ordenación del Territorio (PIOT) de la isla, que establecía que el máximo de plazas turísticas a ejecutar entre 1996 y 2000 era de 3.750. Cuando se concedió la licencia para estos apartamentos, ya se habían autorizado al menos 3.864 camas en la isla. Sumadas a las 461 de Club del Rey, hacían un total de 4.325 (575 más de las permitidas).
El exalcalde de Teguise fue condenado a nueve años de inhabilitación en una de las ramas del caso Yate, que investigó la concesión ilegal de licencias hoteleras en los municipios de Yaiza y Teguise. Hernández fue condenado por un delito continuado de prevaricación urbanística al conceder licencias para la construcción de cuatro hoteles con 1.800 plazas en el municipio sin informes técnicos ni jurídicos que lo avalaran. Algunos de estos complejos sin acabar siguen en pie en Costa Teguise a pesar de las órdenes judiciales de derrumbe. Otros sí han sido demolidos recientemente.
La Justicia ordenó en 2015 la ejecución inmediata de la sentencia y, por tanto, la demolición del esqueleto. Los retrasos en la destrucción de los apartamentos Club del Rey hicieron que la Justicia advirtiera de la posibilidad incluso de imponer multas contra el patrimonio personal del entonces alcalde de Teguise, Oswaldo Betancort, ahora presidente del Cabildo de Lanzarote. En noviembre de 2022, la actual alcaldesa y entonces responsable de Urbanismo, Olivia Duque, anunció la contratación del proyecto de demolición de este esqueleto de hormigón. “Ha sido un proceso muy largo, en el que se ha procurado que los propietarios se hicieran cargo del derribo, pero ante su negativa estamos iniciando la redacción del proyecto de demolición”, aseguró la dirigente de Coalición Canaria. Sin embargo, hasta ahora no se ha ejecutado.
407 camas turísticas
Por el contrario, sí se ha avanzado en la autorización de un hotel cuatro estrellas en esta parcela. En noviembre de 2023, el Gobierno de Canarias autorizó la construcción de este complejo, que se proyecta sobre un solar de 50.600 metros cuadrados y tendrá 407 plazas distribuidas en 176 villas de lujo. La Ley de Renovación y Modernización Turística de la comunidad autónoma establece que es necesaria la autorización del Ejecutivo autonómico para la edificación de hoteles nuevos. Una vez obtenido el permiso del Gobierno regional, el Cabildo insular debía dar también su visto bueno. Así lo hizo en noviembre de 2024, cuando el Consejo de Gobierno insular dio luz verde a este complejo turístico, impulsado por la entidad Toscolanz S.L y denominado Hotel Body, Mind & Health.
Mientras tanto, decenas de familias viven en la incertidumbre y temen que les suceda lo mismo que ocurrió en enero de 2024 en Playa Blanca. Cerca de 90 personas, 75 adultos y 24 menores, fueron desahuciadas de un residencial inacabado. Entre ellas había personas con discapacidad y un paciente oncológico. Una empresa adquirió el solar para construir 68 viviendas unifamiliares adosadas. Algunas de ellas serán para venta y arrendamiento, otras serán la residencia vacacional de los inversores. “Sabemos que el desalojo es como la muerte, que te puede pillar durmiendo, trabajando o mientras te bañas”, dicen los vecinos.