Grabaciones de seguridad, llamadas, trayectos y ticket del Ventorro: las lagunas de Mazón siete meses tras la DANA

La información que sale del Palau de la Generalitat o de otros departamentos como la Conselleria de Emergencias sobre lo relativo al 29 de octubre se da con cuentagotas y está llena de sombras: no hay apenas documentos oficiales que acrediten qué hizo el presidente desde que se fue a comer hasta que llegó al Cecopi

La jefa de seguridad del Palau borró las grabaciones del día de la DANA a los 15 días pese a las diligencias abiertas y las sospechas sobre Mazón

Siete meses después de la DANA que arrasó las comarcas valencianas y que supuso la pérdida de más de 228 vidas humanas, las incógnitas sobre la gestión del Gobierno valenciano y sobre lo que hizo su presidente, Carlos Mazón, aquel día, siguen sobre la mesa. La información que sale del Palau de la Generalitat o de otros departamentos como la Conselleria de Emergencias sobre lo relativo al 29 de octubre se da con cuentagotas y está llena de lagunas.

El líder de los populares valencianos pretende pasar página políticamente y seguir promocionando la agenda de la reconstrucción. Pasado el debate y aprobación de sus presupuestos, gracias al pacto con Vox, el dirigente ha cogido oxígeno y cambiado de estrategia. Realiza visitas relámpago a las localidades afectadas, convocadas con pocas horas de antelación o incluso por sorpresa, ha prometido que se reunirá con asociaciones de víctimas y centra su discurso en exigir financiación al Gobierno central amenazando con impagos –una financiación que sabe que llegará, como cada año, en verano–. Este viernes incluso se atrevió a exigirle al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la convocatoria de elecciones anticipadas porque, asegura, “no hay dinero para la reconstrucción”, en la Conferencia de Presidentes Autonómicos celebrada en Barcelona.

Pero siete meses después, ni los ciudadanos valencianos, ni los medios de comunicación, ni los grupos de la oposición en las Corts Valencianes disponen de información crucial para trazar una radiografía de lo que ocurrió el día de la mayor tragedia en lo que va de siglo. No se han facilitado ni las grabaciones de seguridad del Palau de la Generalitat o del Centro de Emergencias de l’Eliana –que sí se usaron para tratar de eximir al presidente de responsabilidades–, ni el listado completo de las llamadas de Mazón –como sí ha hecho la exconsellera Salomé Pradas–; se desconocen los trayectos del coche oficial de Mazón y no se ha proporcionado la factura del restaurante en el que afirma que comió cuando algunos cauces ya se habían desbordado. Tampoco la periodista con la que el presidente comió ha querido ofrecer directamente su testimonio.

La información que procede del presidente y su entorno lo hace con numerosos claroscuros. Se da de forma incompleta o no se da, a través de excusas peregrinas. La más reciente, referente a si existen informes sobre las cámaras de seguridad del centro de emergencias, dice que no se puede proporcionar esta información en base a la ley de Transparencia. Una ley de transparencia para justificar la opacidad. Las grabaciones han sido solicitadas a instancias de PSPV y Compromís con el objetivo de conocer a qué hora llegó el presidente al gabinete de crisis, que se convocó a las 17 horas. El Consell defendió en un informe aportado a requerimiento de la jueza de instrucción que lo hizo a las 20.28 de la tarde, cuando ya se había lanzado la alerta móvil tardía. Lo hizo mediante un pantallazo del sistema de videovigilancia, en un informe firmado por un responsable de la Agencia de Emergencias. A las múltiples peticiones de documentación de la oposición se ha respondido con evasivas.

Otra cuestión en la que quedan lagunas es en las llamadas que realizó el presidente valenciano para interesarse por la evolución del temporal. Mazón leyó un listado de llamadas en su acto en el hotel Ritz de Madrid, pero, hasta la fecha, no hay forma de saber si está completa porque no se ha adjuntado la factura ni ningún documento oficial que lo acredite. De hecho, obvió la que le hizo la periodista con la que comió, en la que ella le pidió: “No me metas en un lío”. De nuevo, a preguntas de PSPV y Compromís, que pidieron el desglose, el Palau respondió que “no dispone de un listado de llamadas individualizado correspondiente a cada uno de los usuarios”. El secretario autonómico de Relaciones Institucionales y Transparencia de Presidencia, Santiago Lumbreras, contestó que la compañía telefónica que tiene contratada la Generalitat Valenciana “no emite facturas individuales por cada uno de los teléfonos fijos y móviles cubiertos por el contrato” sino una “factura bimensual global objeto de gestión centralizada, sin desglose de llamadas entrantes y salientes”. Así, Presidencia “no dispone de un listado de llamadas individualizado correspondiente a cada uno de los usuarios”

En todo este tiempo Mazón tampoco ha hecho pública la factura de la comida en El Ventorro, confirmada por diversas fuentes a elDiario.es. Según la versión del Palau, le ofreció la dirección de la radiotelevisión pública valenciana. Para ocultar el documento, el equipo del presidente se ha escudado en que fue al ágape en calidad de presidente del Partido Popular valenciano y que el Ejecutivo no sufragó el gasto. Sigue sin saberse qué hizo el presidente valenciano tras la comida y a qué hora regresó al despacho, si es que lo hizo. Las grabaciones de las cámaras de seguridad del Palau fueron borradas –por superposición de otras imágenes– quince días después, en un procedimiento avalado por la jefa de seguridad, inspectora de la Policía adscrita a la Generalitat.

Tampoco se conocen cuáles son los méritos por los que se ha propuesto condecorar a sus escoltas o a la jefa de seguridad del Palau, responsable de custodiar estas grabaciones; ambos forman parte del reducido núcleo de personas que saben lo que hizo el presidente ese día. Ni los trayectos realizados por el coche oficial, que recogió al presidente a las 8 de la mañana y terminó su servicio sobre las dos de la madrugada. Las peticiones de documentación de la oposición se saldan con documentos escuetos sin apenas información. Otra forma de opacidad. Otro silencio con el que lidian las víctimas.

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