El Supremo procesa al fiscal general por la filtración del correo de la pareja de Ayuso y le acusa sin pruebas de seguir «instrucciones» de Moncloa

El magistrado dicta auto de procedimiento abreviado contra Álvaro García Ortiz y la fiscal provincial, Pilar Rodríguez, a los que responsabiliza de la difusión del email siguiendo «indicaciones recibidas de Presidencia del Gobierno»

La pareja de Ayuso pide juzgar al fiscal general obviando sus contradicciones y los bulos de Miguel Ángel Rodríguez

El magistrado Ángel Hurtado ha decidido procesar y dejar al borde de juicio al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por la filtración del correo con la confesión de fraude fiscal de la pareja de Isabel Díaz Ayuso. El juez también dicta auto de procedimiento abreviado contra la fiscal provincial de Madrid, Pilar Rodríguez. El email, dice el juez, tenía “información sensible” y el fiscal general actuó siguiendo “indicaciones recibidas de Presidencia del Gobierno” para “ganar el relato”, aunque posteriormente no refleja ninguna prueba de que el fiscal general recibiera órdenes de Moncloa para hacerlo.

El juez hace un relato según el cual el fiscal general y sus colaboradores decidieron filtrar el correo en el que la pareja de la presidenta madrileña reconocía haber defraudado 350.000 euros en la noche del 13 de marzo de 2024, para contrarrestar las noticias falsas que se estaban publicando sobre el caso. Pilar Rodríguez, dice el juez, le proporcionó el correo y él se lo filtró, según el juez, a un medio de comunicación. La filtración, según el magistrado, además de ser delictiva y perjudicar a González Amador, “pone en cuestión el prestigio de la institución” que dirige García Ortiz.

El auto de procedimiento abreviado, que ahora queda a la espera de que las partes soliciten la apertura de juicio oral, apunta directamente a la Moncloa: “Paralelamente”, dice el juez, desde la Fiscalía “se envió copia” de ese correo a Pilar Sánchez Acera, directora de gabinete de Óscar López en ese momento, “quien hizo uso de él” haciéndoselo llegar a Juan Lobato, entonces líder del PSOE en Madrid. Según el magistrado, “de Presidencia del Gobierno, se recibieron instrucciones para hacer un uso político de la información de que pudieran disponer”.

El auto de procedimiento abreviado llega ocho meses después de que el Tribunal Supremo abriera la causa contra el fiscal general después de medio año de diligencias en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Una causa que llegó a tener tres imputados –la causa terminó archivándose contra Diego Villafañe, teniente fiscal de la Secretaría Técnica– y en la que han testificado 18 personas. Entre ellas el propio González Amador y su abogado, el jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso, varios fiscales y trabajadores de la Fiscalía y una decena de periodistas.

Desde el principio del caso, el juez Hurtado ha mantenido la misma teoría y la misma sospecha: que en la noche del 13 de marzo de 2024 el fiscal general y sus colaboradores más cercanos obtuvieron del fiscal Julián Salto el correo en que González Amador se ofrecía a confesar su fraude fiscal de 350.000 euros para después filtrar el documento a la prensa. La prueba clave para Hurtado son los mensajes que la Guardia Civil encontró en el teléfono de Pilar Rodríguez, que no aportan datos sobre una posible filtración pero sí revelan con detalle cómo fueron los movimientos internos de la Fiscalía General para obtener esa información.

En este auto va un paso más allá y asegura que el fiscal general filtró esa información a la prensa siguiendo “indicaciones” de “Presidencia del Gobierno”.

La versión que han dado desde el principio tanto el fiscal general como la fiscal provincial de Madrid es que recabaron la información del caso cuando, una vez denunciado, descubrieron que Alberto González Amador era pareja de Isabel Díaz Ayuso. También que en la noche del día 13 de marzo sacaron al fiscal Salto de un partido de fútbol para que les pasara esos correos y poder emitir un comunicado con el que desmentir informaciones falsas sobre el caso que publicaban varios medios y difundía Miguel Ángel Rodríguez. Pero que nunca autorizaron que esa información acabara en manos de los medios de comunicación.

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