Feijóo intenta copiar el viaje “al centro” de Aznar mientras avala pactos con Vox

El líder del PP plantea “volver a reunir a la mayoría de españoles” dos días después de los desplantes institucionales y a las lenguas cooficiales de Ayuso, y después de que tres de sus barones asuman la agenda ultra para sacar los presupuestos

Feijóo renueva sus votos con Abascal tras los pactos de presupuestos de PP y Vox en Murcia, Valencia y Baleares

“Sé cuál es mi sitio. Nadie me va a mover de la centralidad, el único espacio capaz de volver a reunir a la mayoría de españoles que otros se han empeñado en dividir. ¿O qué pensáis que hizo [José María] Aznar con la refundación del partido? Volver a poner al PP en la centralidad de la vida política. Y esto es lo que vamos a hacer”. Así verbalizó este domingo el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, su repescada intención de volver a hacer de su partido el gran aglutinador de masas que un día fue. Un mensaje interno que lanzó en Madrid ante decenas de miles de personas en una concentración para pedir elecciones anticipadas.

Feijóo clausuró el evento con un discurso que tuvo como telonera a la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien apenas 48 horas había protagonizado un inédito plantón institucional. Inédito porque nunca una presidenta autonómica se había levantado de la Conferencia de Presidentes mientras uno de sus homólogos hacía uso de la palabra. En el pasado hubo boicots de dirigentes independentistas, pero nunca en vivo y en directo.

Y fue doble, porque no solo plantó a sus colegas y al Gobierno, sino que lo hizo expresamente cuando el ‘lehendakari’, Imanol Pradales, utilizó el euskera, lengua cooficial. Ayuso se levantó en mitad de la alocución del jefe del Ejecutivo vasco y regresó cuando su compañero de partido y presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, explicaba a los presentes el “honor” de poder usar dos idiomas diferentes. En medio, la líder madrileña se perdió también el discurso en catalán del ‘president’ de la Generalitat, Salvador Illa.

En 1996, cuando Aznar ganó por la mínima las elecciones generales tuvo que pactar su investidura con la CiU de Jordi Pujol y el PNV de Xabier Arzalluz. El PP pasó de gritar en la puerta de la sede nacional del partido el “Pujol, enano, habla castellano” a intentar colar en las crónicas periodísticas que el candidato a presidente hablaba catalán “en la intimidad” o leía a Manuel Azaña.

El del viernes no es el primer boicot institucional de Ayuso, quien ya se ausentó de la ronda de reuniones que abrió Pedro Sánchez con los presidentes autonómicos antes de la anterior Conferencia, la del pasado mes de diciembre. Entonces, la jefa del PP madrileño intentó que los demás barones la secundaran en su plante, pero fue la única que lo llevó a cabo. El pasado viernes también fue Ayuso la única a la que el uso de idiomas españoles le pareció un desagravio tal como para levantarse de la reunión y marcharse.

Barones en manos de Vox

“No tiene sentido tener un pinganillo para entenderme en mi casa”, se justificó luego Ayuso a preguntas de los periodistas, quien denunció que el Gobierno quiere poner en marcha un “estado plurinacional y plurilingüe desde el punto de vista autonómico”, que hace que “los españoles” se sientan “extranjeros”, y que la para la próxima conferencia de presidentes podrían “ir vestidos sin etiqueta” porque “total qué más da”.

Ayuso se desmarcó y tapó la acción unitaria de todos los barones del PP, quienes pidieron elecciones anticipadas. Un gesto de apoyo a la concentración del domingo que, para lamento de los jefes autonómicos del partido, la lideresa madrileña diluyó.

Pero Ayuso también opacó los recientes acuerdos presupuestarios cerrados por el PP con Vox en Murcia, Baleares y Comunitat Valenciana, y en los que asume las principales reivindicaciones ideológicas del partido ultra, especialmente recortar las políticas medioambientales y eliminar recursos públicos para atender a las personas migrantes, incluidos los niños que llegan solos a España.

En Murcia, Fernando López Miras y el que fuera su exvicepresidente en el arranque de la legislatura, José Ángel Antelo, han firmado un documento con los 20 objetivos ideológicos de los presupuestos. Entre otros, acabar con el Pacto Verde Europeo o con la llamada “inmigración ilegal”.

Esto implica, por ejemplo, rebajar la protección del Mar Menor. De hecho, Vox ya planteó abrir las compuertas que separan esta albufera del agua del Mediterráneo, lo que acabaría de por sí con la esencia de la laguna. Otra de las propuestas estrella de las cuentas pasa por el cierre de centros de menores o retirar las ayudas públicas a las ONG que, en opinión de la extrema derecha, son en realidad “mafias” que “trafican” con personas.

El acuerdo sellado en Baleares entre PP y Vox ataca al uso del catalán, plantea la derogación de las leyes de memoria democrática que no solo condena la dictadura franquista, sino que rechaza también cualquier totalitarismo y régimen antidemocrático. En Vox, envalentonados, quieren ahora entrar en el gobierno de la ciudad de Palma.

En materia migratoria Baleares, igual que Murcia y la Comunitat Valenciana, boicotearán la acogida de menores migrantes, lo que dificulta cumplir con la ayuda a Canarias, desbordada con la llegada de chavales en los últimos meses. Feijóo se había comprometido a colaborar con un Gobierno del que el PP tiene la vicepresidencia, pero al final se ha impuesto la agenda ultra.

En la Comunitat Valenciana, además de imponer sus postulados ideológicos, Vox se ha convertido en el principal garante de la continuidad de Carlos Mazón al frente de la Generalitat.

Inmigración y delincuencia

El nuevo giro hacia la “moderación”, una consigna que aparece en los argumentarios del PP de forma cíclica, ha venido acompañado en los últimos meses no solo de desplantes institucionales patrocinados por máximos dirigentes del partido o por la firma de acuerdos con Vox, sino también por la campaña interna de Feijóo para un segundo mandato al frente del partido.

Pese a que no tiene ninguna oposición interna, Feijóo ha presionado para lograr un número de avales nunca antes conseguido por ningún candidato y protagoniza una gira por todos los territorios que incluye uno o dos actos diarios.

“Sé perfectamente cuál es mi método”, se justificó el domingo Feijóo ante los suyos. “El que me ha permitido plantar cara y ganar durante toda mi vida al socialismo y al nacionalismo”, añadió, recordando sus tiempos de presidente de la Xunta. “Y el que va a permitir que Sánchez vuelva al lugar del que nunca debió de haber salido”, añadió.

Ese “método” incluye desde el año pasado, por ejemplo, relacionar la inmigración con la delincuencia. Lo hizo en la campaña de las elecciones catalanas, tras las que el PP volvió a resultar irrelevante en la configuración de mayorías, en las europeas, que ganó, y mantiene la estrategia.

Entre los planteamientos que ha lanzado Feijóo ante el debate ideológico del congreso del PP previsto para julio está la de exigir que se respeten unos supuestos “valores” españoles para las personas extranjeras que quieran asentarse en España.

En Euskadi, por ejemplo, el elegido por Feijóo para liderar el partido, Javier de Andrés, recoge firmas contra el centro de refugiados de Vitoria bajo la premisa de no querer “delincuentes” en la ciudad. El presidente autonómico, quien sustituyó a Carlos Iturgaiz, alentó la existencia de un “efecto llamada” desde provincias cercanas al País Vasco.

El portavoz del PP, Borja Sémper, tuvo que responder este lunes sobre el retorno a la “centralidad” anunciado por Feijóo. “Esto es un partido de corte reformista, un partido de centroderecha, de corte liberal y reformista que lo que pretende es liderar una mayoría social de españoles. Y esto lo comparte la Dirección Nacional”, concluyó.

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