La Fiscalía General de Cagliari se suma así a la defensa de la granadina, que ya en febrero emitió un recurso ante la Corte de Casación pidiendo que la sentencia que le otorgaba la custodia en exclusiva a Francesco Arcuri fuese revocada
Hemeroteca – La Justicia italiana deniega a Juana Rivas la custodia de su hijo menor y ordena que vuelva con su padre
La Fiscalía de Cagliari ha movido ficha en favor de Juana Rivas. El Ministerio Público ha elevado un escrito ante la Corte de Casación solicitando que se anule la sentencia por la que Francesco Arcuri, expareja de Rivas y padre de sus hijos, tiene la custodia en exclusiva de Daniel, el menor de los niños. Lo solicita alegando el interés superior del niño ante las acusaciones e investigaciones por “malos tratos” que recaen sobre el padre. Si bien el joven, que en enero cumplió 13 años, vive en Granada junto a su madre, después de que la justicia española frenase su vuelta a Italia, este movimiento judicial supone un nuevo giro procesal que los abogados de la granadina confían en que pueda ser un paso decisivo para que Daniel no tenga que volver con su padre.
En concreto la Fiscalía, según la documentación a la que ha tenido acceso este medio, pide revocar la sentencia de la Corte de Apelación de Cagliari que en febrero volvió a otorgar en exclusiva la custodia del niño a Francesco Arcuri, después de que la Corte Suprema la anulase en marzo de 2024 y pidiese que se celebrase un nuevo procedimiento. Lo que solicita el Ministerio Público es que se anule de nuevo porque no se ha tenido en cuenta el riesgo que el menor corre si sigue a cargo de su padre. De hecho, los abogados de Juana Rivas recuerdan que la Fiscalía ya ha emitido una acusación formal contra Arcuri por presuntos malos tratos, que en Italia tienen una pena de prisión máxima de siete años.
Al mismo tiempo, la Fiscalía también avala la medida cautelar que adoptó en enero el Juzgado de Instrucción 4 de Granada para que no volviese a Italia junto a su padre tras las vacaciones de Navidad. El tribunal granadino lo hizo tras escuchar al menor, algo que no había sucedido en España hasta entonces, lo que para el Ministerio Fiscal es otro motivo para que le sentencia con la custodia exclusiva para Francesco Arcuri quede anulada, alegando el “interés superior del menor”.
Esta petición de la Fiscalía General de Cagliari contra la Corte de Apelación de la misma ciudad se suma al recurso interpuesto por los abogados de Juana Rivas en cuanto se dictó la resolución sobre la custodia. De hecho, el Ministerio Público es tajante alegando que ni se ha valorado la situación de peligro actual a la que puede verse expuesto el niño ni se ha respetado el principio de bigenitorialidad, que conlleva el contacto efectivo con los padres o que se han ignorado decisiones judiciales como precisamente la cautelar del Juzgado de Instrucción 4 de Granada.
En el documento de la Fiscalía, fechado el pasado 26 de mayo, se denuncia también una visión punitiva contra Juana Rivas por parte de la Corte de Apelación de Cagliari al privarla del contacto con su hijo menor, así como a este con su familia y hermano mayor. A su vez, hace mención la resolución de la medida cautelar dictada por la jueza Susana Álvarez Civantos en enero: “El menor ha manifestado un temor serio y convincente por su integridad física en caso de regreso con el padre. Por tanto, debe protegerse su interés y suspenderse el retorno”.
“El padre ha adoptado una actitud obstruccionista y psicológicamente desestabilizadora, impidiendo incluso las llamadas telefónicas entre Daniel, su madre y su hermano Gabriel”, escribe también la Fiscalía de Cagliari ante la Corte de Casación. Argumentos legales que amparan a Juana Rivas que sigue viviendo con sus dos hijos en España, después de que el mayor decidiese voluntariamente volver a Granada en 2022 y aprovechando la cautelar que permite que Daniel siga con su madre, estando escolarizado desde el pasado mes de enero.
Meses claves para Daniel
Esta nueva decisión de la justicia italiana se enmarca en unos meses que están resultando claves para la situación del menor de los hijos que tienen Juana Rivas y Francesco Arcuri. Daniel, que en enero cumplió 13 años, podrá decidir libremente a partir de los 16 con quién quiere vivir, pero en estos momentos está en Granada, a la espera de que la cautelar que le permite seguir con su madre siga vigente o no. En todo caso, el menor ya ha expresado en varias ocasiones su temor a regresar con Francesco Arcuri, que fue condenado en 2009 por malos tratos contra Rivas. Algo, esto último, que también recoge la Fiscalía de Cagliari en su recurso.
Desde que Daniel volvió a España para pasar la Navidad junto a su familia materna, las denuncias cruzadas entre Rivas y Arcuri se han repetido. Juana denunció que estaba siendo víctima de malos tratos y amenazas por parte de su expareja, de la que aportó un listado de llamadas que le había hecho en repetidas ocasiones en apenas unos días para amedrentarla y Arcuri mantiene una denuncia contra ella por sustracción de menores al entender que la permanencia del niño en España es una irregularidad.
Cabe recordar que Rivas ya fue condenada en primera instancia a cinco años de prisión por marcharse con sus dos hijos del domicilio que compartía con Francesco Arcuri en Italia y estar un año desoyendo las órdenes judiciales que le obligaban a devolver a los menores. Llegó a estar un mes en paradero desconocido en el verano de 2017 y acabó devolviendo a los niños con su padre, no sin continuar denunciando episodios de malos tratos. Finalmente, una reducción de pena y un indulto parcial hicieron que Rivas no pisara la cárcel y estuviese tan solo unos días en un centro de inserción social.
Desde entonces, no ha dejado de buscar la forma de que sus hijos vuelvan a vivir con ella, logrando que Gabriel, el mayor de ellos, que llegó a emitir un comunicado y un vídeo contando episodios de malos tratos contra él y su hermano, viva de forma definitiva en España desde hace ya tres años. Mientras espera que la situación de Daniel se aclare definitivamente, la decisión de la Fiscalía de Cagliari supone un impulso en sus ambiciones, pero aún sigue todo en el aire.