Brecha de género en matemáticas: un estudio revela que las diferencias aparecen en el primer año de primaria

Tras analizar los datos de más de dos millones de estudiantes de entre 5 y 7 años en Francia, una investigación concluye que niñas y niños parten con el mismo nivel en matemáticas, pero que la diferencia aumenta con los años de escolarización

Hemeroteca – De los 10 años hasta el trabajo, radiografía de la (angustiosa) relación de las chicas con las matemáticas

Un estudio publicado en la revista Nature arroja luz sobre la existencia de una brecha de género en el rendimiento matemático y lingüístico de estudiantes de primero y segundo de primaria (de 5 a 7 años) en Francia. Las principales conclusiones de la investigación, realizada con los datos de más de dos millones de niños y niñas entre el periodo de 2018 a 2022, es que esta brecha aparece tras unos meses del primer curso de primaria y aumenta con los años de escolarización, no con la edad.

Los alumnos, provenientes de un programa nacional de evaluación realizado durante el periodo de estudio, no experimentaban una diferencia en el rendimiento promedio en matemáticas entre hombres y mujeres al inicio de la escuela. Sin embargo, después de solo cuatro meses, apareció una brecha notable entre ambos géneros, a favor de los niños. Esta brecha se había cuadriplicado al inicio del segundo grado.

Pauline Martinot y el resto de autores de la investigación señalan que la variación en las calificaciones de los estudiantes se observó en toda Francia y fue independiente del nivel socioeconómico, el tipo de prueba de matemáticas administrada y si la escuela era pública o privada. “Nuestros hallazgos respaldan estudios anteriores que, basados en muestras más pequeñas, encontraron que la brecha de género en matemáticas surge ya en primer o segundo grado”, concluyen los autores.

Trabajos anteriores han mostrado que los estereotipos condicionan las percepciones de las niñas desde edades muy tempranas. Un estudio publicado en el año 2017 en la revista Science sobre la percepción de las ciencias en niñas y niños de entre 4 y 6 años reveló que a los 5 años las niñas ya piensan que las ciencias son más difíciles y a los 6 años ya han interiorizado que estas materias son más para los niños.

Una cuestión social

A Clara Grima, profesora del Departamento de Matemática Aplicada de la Universidad de Sevilla (US), estos datos no le sorprenden. “En España también pasa, no se trata de una cuestión económica sino de un estigma social”, asegura. “Una de las observaciones del estudio es que las chicas son mejores en comprensión lectora lo que resulta paradójico, ya que la base de las matemáticas es precisamente entender el problema y saber razonarlo a partir de una buena lectura analítica y comprensiva”.

Marta Macho Stadler, profesora del departamento de Matemáticas de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), cree que es importante entender cómo el comportamiento de los y las docentes en el aula influye en la manera en la que los alumnos perciben sus propias capacidades matemáticas. “En el caso particular de las chicas, las prácticas docentes cargadas de estereotipos las pueden llevar a autolimitarse”, explica Macho en declaraciones a SMC.

En el caso particular de las chicas, las prácticas docentes cargadas de estereotipos las pueden llevar a autolimitarse

Marta Macho Stadler
Profesora del departamento de Matemáticas de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU)

La presión de grupo, unida al estigma social son también para Grima cuestiones clave. “Si las niñas escuchan o presienten de alguna forma que no son buenas pierden el interés”, sostiene. “Además, muchas veces destacar en estos campos se ve como una rareza lo que influye también en esa autolimitación por la necesidad de ser parte de un grupo”.

El sesgo de brillantez

Jodie Hunter, investigadora del Instituto de Educación de Massey University de Nueva Zelanda, destaca el concepto de sesgo de brillantez, la idea de que “obtener buenos resultados en materias como matemáticas, física y otras ciencias tiene que ver con tener talento natural o ser brillante por naturaleza”, indica. Según cuenta la investigadora a SMC, lo interesante es que los niños más pequeños suelen creer que su propio género o grupo es el más inteligente en estas materias, pero a medida que crecen y avanzan en su educación, esto comienza a cambiar. “Empiezan a asociar el éxito en matemáticas y ciencias con ciertos grupos, pero, lamentablemente, esos grupos no suelen incluir a las niñas ni a los estudiantes de comunidades marginadas”, explica.

Una de las limitaciones que señalan los autores de este trabajo es que solo se observaron datos tomados en tres momentos: al inicio del curso escolar, cuatro meses después y un año después. Por ello, según indican, no es posible obtener detalles sobre cómo evoluciona la brecha de género en matemáticas con el tiempo, lo que limita la posibilidad de identificar los mecanismos específicos que la causan. Una de las recomendaciones que sugieren es abordar este problema en las etapas más tempranas del estudiante, como en la escuela infantil.

Pese a ello, para Clara Grima, se trata de un estudio muy completo y destaca la importancia de seguir poniendo el foco en este problema. “Si se ataja desde edades tempranas, podremos evitar que este estigma siga existiendo en secundaria o a la hora de elegir qué carrera estudiar”, expresa. Hunter coincide en la necesidad de seguir estudiando, también sobre el papel de los docentes. “Sería beneficioso que se realizaran más investigaciones sobre cómo podemos ayudar a los profesores y a los alumnos a considerar que todo el mundo es capaz de hacer matemáticas”, añade.

Publicaciones relacionadas