El ‘amor moderno’ en tiempos de apps e incels: «No sé cómo se van a lograr entender»

Este miércoles hemos presentado en la redacción de elDiario.es en Madrid nuestra nueva revista ‘El poder del amor moderno’, en un encuentro exclusivo con socias y socios en el que hemos reflexionado sobre el amor desde la mirada de lo romántico, pero también de lo social o lo político

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Este miércoles hemos presentado en la redacción de elDiario.es en Madrid nuestra nueva revista ‘El poder del amor moderno’, en un encuentro exclusivo con socias y socios en el que hemos reflexionado sobre el amor desde la mirada de lo romántico, pero también de lo social o lo político así como de las formas de amor que van más allá de la pareja o la familia tradicional o de la brecha emocional cada vez mayor entre los chicos y chicas más jóvenes por las nuevas formas de relacionarnos que han traído los móviles y las redes sociales.

El debate ha estado moderado por Gumersindo Lafuente, periodista y editor de la revista de elDiario.es, al que han acompañado Delia Rodríguez, periodista especializada en nuevas narrativas y viralidad, Mikel Herrán, doctor en Arqueología, artista y creador de contenido más conocido como PutoMikel, y Ana Requena Aguilar, redactora jefa de género en elDiario.es. Puedes volver a ver la presentación a continuación en este vídeo:

Delia Rodríguez, colaboradora entre otros medios de este periódico, ha arrancado el debate con una descripción sobre el cambio que se está apreciando en las nuevas generaciones. La periodista explica que ellas son ahora “muchísimo más abiertas política y sexualmente que ellos”, mientras que los chicos más jóvenes son cada vez más conservadores, una tendencia que observamos más allá de nuestro país, a nivel europeo e incluso mundial.

Destacaba Rodríguez que, por primera vez, los chicos jóvenes son “el grupo más a la derecha” y cómo ya superan al grupo tradicionalmente más conservador, que eran las mujeres de más de 65 años. Sin embargo, este fenómeno solamente se produce en los varones; una bifurcación que de acuerdo con la periodista e investigadora se inicia en España con el caso de la manada, en 2018. Una situación social que genera muchas dudas y que “tiene a todo el mundo muy intrigado”, según explica la periodista, que reconoce que no conoce la solución: “No sé cómo se van a lograr entender”.


La periodista Delia Rodríguez durante la presentación de la revista.

Mikel Herrán, que ha escrito en la última revista sobre la manera de relacionarse en la época medieval y de los caballeros y las damas para conectar esas ‘tradiciones’ amorosas con la actualidad, ha explicado a los socios y socias de elDiario.es que estaba interesado fundamentalmente en cómo creamos los roles a la hora de pensar en el romance o en el amor.

“Se habla mucho de la figura activa mientras que la otra parte es receptora o incluso pasiva”, señalaba Herrán, que enfatiza que estas metáforas están “siempre marcadas por el género”. “Son los hombres los que inician la acción y las mujeres esperan. Es un poco cómo se concebía el amor medieval, el amor cortés”, recuerda el arqueólogo, quien afirma que estas metáforas siguen estando muy presentes en los hombres que acaban recurriendo a coaches de seducción o a las diferentes dinámicas que se pueden apreciar entre hombres y mujeres en las aplicaciones para ligar.

En ese momento, el youtuber PutoMikel ha mencionado el caso del “mundo incel” y la “epidemia de soledad masculina”, y Sindo Lafuente le ha pedido que explicase en qué consiste. “Son célibes involuntarios ( acrónimo de involuntary celibate, en inglés), una subcultura de internet que ha derivado en un mundo de odio”, detalla Mikel Herrán, quien apunta que hay personas que han acabado cometiendo atentados tras adentrarse en estos grupúsculos.

El mundo de los incel parte de la premisa de que hay un mercado del amor en el que “tú tienes un valor según tu físico” y en el que las mujeres “son hipergámicas (bucan un hombre de mayor valor que ellas) e hipersexuales”. El artista lo resumía así a las socias y socios: “si tú eres de valor uno, no cumples los cánones de belleza, que estarían representados por los ‘chad’, y a estos chads se les acercarán mujeres de mayor nivel que ellos o similar mientras que estos incel no podrán nunca acceder a una mujer”, es decir, que “las mujeres nunca les van a querer” y están “condenados” a la soledad.


El arqueólogo y creador de contenido Mikel Herrán, PutoMikel.

En este mundo, la única forma aceptable de relacionarse con las mujeres es a través del odio más asoluto, explica el doctor, que señala ideas como que “el feminismo ha arruinado la sociedad” o fundamentadas en el odio a las mujeres, ya que se trataría de un odio “marcado por la frustración al concebir a las mujeres únicamente como objeto de deseo. ”Es un objeto a conseguir a través de la seducción, hasta que se dan cuenta de que no lo van a conseguir nunca y se radicalizan hasta que llegan a puntos como atentados“, añade Herrán.

Ana Requena Aguilar, nuestra redactora jefa de género, explicaba que en esta revista ha querido hablar sobre el amor porque es un tema “que atraviesa completamente” nuestras vidas “y que empapa todo lo demás”. Sin embargo, en nuestras cabezas tenemos una serie de premisas como que el amor es “para siempre” o “para toda la vida”, ya sea por influencia religiosa o cultural. La periodista se pregunta en el último número de la revista de elDiario.es hasta qué punto este tipo de premisas “no solo no tienen sentido sino que nos hacen daño o nos impiden construir relaciones más acordes con lo que queremos”.

Explicaba Requena que no nos hacemos muchas veces preguntas como “qué necesito para estar a gusto”, “cuál es el amor que yo quiero” o “qué quiero para mi” porque se dan por hechas muchas cosas. “Se da por hecho que va a haber una fusión de vidas y que te vas a entender casi casi sin tener que hablar y sin tener que mirarte. Y que vas a cumplir una serie de pasos en esa escalera del amor”, explicaba la periodista, que hacía referencia a cómo “si todo va bien”, esa relación “normal” va a ser “cerrada, monógama, que en un momento dado vas a convivir con esa persona, que vas a tener hijos con esa persona…” y añadía: “Todos esos dar por hechos y todas esas normas creo que nos alejan de ese amor gozoso”.

Gumersindo Lafuente reconocía en ese momento que él no había recibido ningún tipo de educación sentimental por su edad y se preguntaba qué reproducen los chicos más jóvenes a los que están “influyendo y educando” los algoritmos de las aplicaciones y las redes sociales. Delia Rodríguez recogía el guante y rápidamente señalaba cómo están reproduciendo “un sistema político y económico muy determinado” y que “lo que pasa en las redes, lo que nos llega, sigue una agenda política” porque existe una corriente interesada en dirigir a las masas “de alguna manera”.

Asimismo, la periodista señalaba que existe una tendencia reciente por la cual los chicos tienen un internet y las chicas reciben otro internet diferente. “A los hombres, especialmente a los hombres jóvenes, les ofrece un menú de porno, gimnasio, inversión, cripto, estoicismo, como una búsqueda de un poder y una masculinidad que no encuentra muy bien su sitio”, detalla. Mientras tanto, para las mujeres, por un lado existe un tipo de discurso relacionado con el feminismo, de empoderamiento, al mismo tiempo que otro de una serie de vídeos dedicados al cuidado, a la superficialidad, “para que te pases todos los días dos horas en el baño”. Rodríguez describía este ‘doble internet’ como la división del colegio por géneros: “Tenemos una escuelita para las chicas, otra escuelita para los chicos, y luego cuando entras en esos submundos, como el de los incels, la cosa puede desvariar mucho”.

Requena Aguilar añadía que se ha generalizado un lenguaje moderno o nuevo “para referirse a lo de siempre” y ejemplificaba con el ‘bodycount’ [esta tendencia consiste en contar el número de personas con las que alguien se ha acostado], que comparaba con “lo que era la ‘honra’ para nuestras abuelas”. A continuación, se debatía sobre los coaches para mujeres, que tratan de ofrecer fórmulas simples para problemas románticos. “Estamos a un paso de la magia, los amarres…”, incidía Delia Rodríguez, a lo que la redactora jefa de género apuntaba que le parecía mejor eso “a cursos que te cobran un dinero: sigues una serie de recetas y ya está hecho. El amor, vincularte, los afectos… no es verse un curso en Instagram y solucionarlo”. “El amor es un gran problema y hay un mercado infinito de recetas que vender”, sentenciaba Rodríguez.


Ana Requena Aguilar interviene durante la presentación de la revista ‘El poder del amor moderno’ en la redacción de elDiario.es

Mikel Herrán también hizo hincapíe en la necesidad de seguir cambiando el lenguaje del amor y para hablar de relaciones: “seguimos diciendo conquistar”, señalaba el youtuber, que incidía en que “se sigue utilizando el ‘he follao’ como una marca de prestigio”. A continuación, hacía una descripción de la diferente forma de utilizar las aplicaciones para ligar de hombres y mujeres: mientras unos priman “la pesca de arrastre”, otras buscan “seguridad”: “no acabar con una persona que me pueda hacer daño”.

PutoMikel afirmaba también que “estamos convirtiendo el amor en un juego. Es la gamificación del amor”, lo que en su opinión crea unas dinámicas que nos van a generar un problema social. Delia Rodríguez mencionaba en ese momento el libro ‘El algoritmo del amor’, en el que una periodista francesa estudia cómo funciona la aplicación Tinder y cómo las personas ya se conocen mayoritariamente a través de estas aplicaciones y no mediante amigos comunes, familiares o en ambientes de ocio.

También trajo a colación Ana Requena la cuestión del heteropesimismo, que considera una premisa “un poco preocupante” pero que está calando también en las generaciones jóvenes. Requena señaló cómo le preocupa que pueda convertirse en un posicionamiento político, en relación con la protesta que se generó en Corea del Sur por parte de grupos de mujeres que decidieron hacer una huelga en la que negaban el sexo, el parto, el matrimonio o las relaciones románticas a los hombres. “Colectivamente no me parece una forma de enfocarlo. Además siempre hablamos de que nosotras les vamos a quitar algo a ellos: no les vamos a dar sexo. Como si nosotras no quisiéramos también tener sexo”, apuntaba la periodista, que considera que “reproduce ideas conservadoras” como la idea de que “en las relaciones con hombres solo encontramos cosas terribles y horribles”.


Delia Rodríguez responde a una de las preguntas planteadas por los socios de elDiario.es

Ya respondiendo a preguntas de los socios y socias asistentes a la presentación de la última revista de elDiario.es, Requena recomendaba evitar aplicar las normas de una empresa al amor y al sexo, citando al sexólogo Miguel vagalume. A una pregunta sobre el deseo y la fidelidad, la periodista recordaba que el deseo “es oscuro y es complejo” y cómo sigue habiendo una norma social “que hace que cierta parte del deseo o ciertos deseos sigan escondidos”.

Una joven preguntaba directamente a nuestra redactora jefa de género cómo hacer frente al heteropesimismo, a lo que ella respondía que “está bien aprender mucho a cuidarnos” y recomendaba evitar la autoexigencia: “tengo que trabajar mi autoestima, tengo que hacer que esto no me importe…”, porque considera que esto “es mentira” y que no hay “algo que hacemos y nos van a dejar de doler y de afectar las cosas”. “hay que aceptar que son cosas con las que tenemos que lidiar”, agregaba.

Otra socia se preguntaba por cuál podría ser un lenguaje positivo acerca del amor o cómo podemos transformar ese lenguaje que utilizamos. Mikel Herrán señalaba que en lugar de hablar de relaciones amorosas, sexuales o románticas, deberíamos considerar que “son encuentros” y que “vamos a caminar con esta persona unos días, unas semanas, unos meses, unos años… Y es un camino que podemos encontrarnos, alejarnos, volvernos a encontrar… y que es algo que estamos haciendo en común”. En este sentido, recomendaba informarse sobre la anarquía relacional porque considera que tiene “mucho de lo que se puede aprender incluso en las relaciones monógamas”.

Otra pregunta iba dirigida a cómo las aplicaciones para ligar pueden estar utilizando ese efecto ‘casi’ de los casinos, es decir, que en realidad nos hagan formar parte de una búsqueda sin fin de pareja… precisamente para que sigamos buscando el mayor tiempo posible. A lo que Delia Rodríguez apuntaba que realmente “no lo sabemos” y señalaba que deberíamos conocer “qué hacen con nosotros, con nuestros datos y nuestro tiempo”. Ana Requena se mojaba y considera que sí, que es el verdadero objetivo de estas aplicaciones y Mikel Herrán describía cómo hacen aplicaciones como Tinder que una vez descargadas las utilicemos el mayor tiempo posible al enseñarnos a personas “con muchos likes” primero, después a alguien con quien haríamos ‘match‘ porque ya nos ha dado ‘like’ antes y luego ya enseñándonos perfiles de acuerdo con un algoritmo que, en definitiva, todavía no conocemos y recordándonos cada cierto tiempo que el amor puede estar en nuestra pantalla.

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