Varios miembros del sector más ultra de la Iglesia, con altavoces mediáticos y relacionados con la actividad de ciertas diócesis, aparecen en la denuncia presentada contra estas prácticas que defienden la necesidad de «curar» a gays y lesbianas: «Me sorprende que los obispos hagan la vista gorda con esto»
Denuncian la práctica de terapias de conversión para personas homosexuales en varias diócesis españolas
Son miembros de la ‘fachosfera clerical’, el grupo de sacerdotes que utiliza las redes sociales para arremeter contra las reformas del papa Francisco, atacar cualquier atisbo de reforma en la Iglesia o desear “el infierno” a los que no piensan como ellos. Han sido cuestionados –con más o menos éxito– en sus diócesis, pero ello no les ha impedido hacer su propia iglesia ‘paralela’ a través de la red. Pese a sus diferencias, mantienen algunos puntos en común. Uno de ellos, el rechazo a cualquier apertura al colectivo LGTBIQ+ en la Iglesia, y su apoyo a las terapias de conversión, condenadas por Roma y, al menos sobre el papel, por la Conferencia Episcopal.
De hecho, aparecen juntos en la denuncia presentada el pasado 30 de diciembre por la Asociación Española contra las Terapias de Conversión y el Ministerio de Igualdad, y que también afecta a siete diócesis: Barcelona, Madrid (que se han desmarcado públicamente de estas prácticas), Getafe, Sigüenza-Guadalajara, Valencia (cuyo Arzobispado, a preguntas de elDiario.es, asegura que “no está en ese tipo de prácticas”), Alcalá de Henares y Málaga, así como a dos instituciones: Media Salud Comunicación SL, dirigida por Marta Sanz Lovaine; y la Fundación Nueva Evangelización para el siglo XXI, editora de uno de los medios que les da cobijo, Religión en Libertad.
¿Quiénes son? Ni más ni menos que el sacerdote argentino, e hijo del conocido como ‘carnicero de Salta’, Javier Olivera Ravasi; quien fuera hasta hace unos meses delegado de Medios del Obispado de Getafe, Julián Lozano; el sacerdote e influencer de Madrid, Jesús Silva; o el valenciano Juan Andrés Talens, ya implicado este verano en la denuncia a un profesor de Valencia por intentar “curar la homosexualidad” de sus estudiantes, que además es el director del Secretariado para la Defensa de la Vida del Arzobispado de Valencia.
Entre los implicados también aparecen algunos miembros de Courage, una institución que defiende que la homosexualidad es una enfermedad y que, como tal, tiene cura. Implantada en las diócesis de Getafe y Alcalá, de momento no ha conseguido permiso de actuación diocesana en Madrid. En total, a lo largo de 94 páginas de denuncia, se señalan al menos 13 actos organizados en torno al proyecto Transformados en cinco comunidades autónomas.
Algunos centros, como Buenafuente del Sistal (Guadalajara), se han desmarcado de las terapias, asegurando que ellos no han organizado nada parecido. Cuestión distinta es que en sus instalaciones se hayan podido producir, sin que se hubiera solicitado permiso para ello, aducen.
Transformados se define como un apostolado dirigido a “aquellas personas con tendencia o atracción hacia el mismo sexo que pueden, por medio de un camino de conversión o de cambio de vida, volver de vuelta a sus orígenes biológicos”, según se detalla en la denuncia. En este sentido, Transformados insta al rechazo y negación de la orientación sexual propia por considerar la homosexualidad como un resultado de traumas, confusiones, heridas emocionales o presión social por los medios de comunicación y la cultura.
Julián Lozano es uno de los protagonistas absolutos de las sesiones llevadas a cabo en Getafe. Ha llegado a colgar en su canal de YouTube varias de las ‘charlas’ denunciadas. La primera de ellas se llevó a cabo en la parroquia Santa Maravillas de Jesús de Getafe el 20 de junio de 2023; la segunda el 12 de marzo de 2024 en la iglesia Santa María Magdalena de Ciempozuelos. En declaraciones a la cadena Ser, fuentes de la diócesis de Getafe reconocieron la celebración de los dos eventos, pero han negado categóricamente que se tratara de terapias de conversión porque, por ejemplo, “no se hacía acompañamiento”. Además, aseguran que “solo fueron testimonios de acercamiento a la fe de personas que previamente no eran católicas”. Posteriormente, la diócesis emitió un comunicado, de apenas una frase, en el que “reitera y subraya su rechazo a las terapias de conversión para personas homosexuales”.
Lozano ha ‘contestado’ a la denuncia en un hilo de X en el que asegura que se compartieron “dos testimonios de conversión”. “Se trata de una conversión a la fe en Cristo. No se habla para nada de ningún tipo de terapia”, añade, subrayando que hablaron “dos personas que experimentaron atracción al mismo sexo, que vivieron múltiples relaciones homosexuales, y a las que el encuentro con Cristo ordenó el corazón y la vida entera”. El sacerdote finaliza asegurando que cuenta en su canal de YouTube con otros vídeos similares porque “no hay nada que esconder. No hay odio. Hay libertad para exponer la mirada de la Iglesia y la acción de Dios”.
Con respecto a Juan Andrés Talens, según la denuncia, el 28 de junio de 2023, día del orgullo LGTBIQ, la Parroquia de San Miguel y San Sebastián de Valencia, de la que es párroco, acogió un evento donde dos “exgays sanados” relataron sus testimonios ante 150 personas para afirmar que es posible “iniciar una terapia de conversión de la orientación sexual basada en la abstinencia y la práctica religiosa”. Talens también presentó el libro de otro sacerdote, Óscar García Mulet, Crecer como niños, crecer como niñas, que justifica todas estas terapias. Un volumen prologado, por cierto, por el omnipresente obispo Munilla.
Por su parte, el editor de Religión en Libertad, Álex Rosal, publicaba en su web un escrito en el que calificaba la denuncia de “disparatado bulo” que“ ha generado una grave difamación” y negando que las conferencias incluyan “ningún tipo de terapia”.
Saúl Castro, presidente de No es Terapia y responsable de la denuncia, asistió a tres eventos organizados por Transformados. Dos de ellos en la parroquia de San Ildefonso de Madrid, y otro en Ciempozuelos. “Me parecieron esperpénticos”, recuerda en conversación con elDiario.es. “Se escuchaba una versión absolutamente sesgada y estigmática de lo que sería ‘la vida gay’, como una existencia inherentemente infeliz, marcada por la violencia sexual, las drogas y la promiscuidad, así como por las malas relaciones familiares y el rechazo social”, explica.
“Me pareció horrendo que usaran esos testimonios para justificar que el apostolado de castidad transformado ofrece una alternativa a la vida de desgracias e infelicidad que nos tocaría a los homosexuales si vivimos con libertad y normalidad nuestra identidad”, recalca Castro, quien muestra su preocupación por el número de asistentes, más de un centenar, y las preguntas que se hicieron “a los ex homosexuales intervinientes, sobre cómo ayudar y convencer a sus amigos gays para salir de esa vida”.
Obispos progresistas “hacen la vista gorda”
“Claramente, eran unos eventos para captar a víctimas y promover entre ellas estas terapias religiosas de conversión”, sostiene Saúl Castro, quien ve “normal” que muchos de los sacerdotes implicados pertenezcan a la ultraderecha eclesial. “Lo que me sorprende es que obispos socialmente vistos como más progresistas hagan la vista gorda y no implementen medidas para garantizar que estos eventos no se lleven a cabo en sus instalaciones y bajo su abrigo”.
Parroquia de San Isidoro y San Pedro Claver
Sobre los comunicados de Lozano y Religión en Libertad, que “vienen a reconocer abiertamente que promovieron el apostolado ‘Transformados’ pero se escudan en que no promueve ninguna terapia de conversión porque los métodos para anular y modificar la sexualidad no implican tratamientos médicos ni psicológicos”, Saúl Castro reitera que el concepto ‘terapias de conversión’ también incluye, según Naciones Unidas, “los enfoques religiosos”, como los que se planteaban en las charlas.
De hecho, la propia Marta Sanz “reconoce que este enfoque es ilegal y que no puede decir abiertamente que ofrecen acompañamiento para salir de la castidad porque si no, en España, le quitan el vídeo”, recalca el presidente de No es Terapia, quien muestra su confianza en que la denuncia tenga su recorrido porque “es irrefutable que difundían terapias religiosas de conversión basadas en la castidad. Es tan irrefutable que, de hecho, hasta algunos de los propios denunciados lo reconocen”. Pese a no tratarse de un delito penal en España, las penas a las que se pueden enfrentar los denunciados es al cierre de las mercantiles y de sus webs, la prohibición de contratar con la administración y multas de entre 10.001 y 150.000 euros.
Castro no está solo: el pasado viernes, CRISMHOM, el colectivo cristiano LGTBI+H de Madrid, emitió un comunicado en el que manifiesta “su pleno rechazo a cualquier práctica que busque la supuesta conversión o reversión de la identidad o la orientación de las personas LGTBI”, al tiempo que, “agradecemos y apoyamos la labor realizada por No es terapia en la defensa de nuestros derechos fundamentales como seres humanos”. “Oramos por todas las personas que son víctimas de estas situaciones, y por la conversión de quienes son victimarias”, concluye el comunicado de los cristianos LGTBI de Madrid.
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