La carretera «turística» que amenaza el corazón de la Cordillera Cantábrica: el millonario proyecto para unir Potes y Reinosa

El Gobierno cántabro del PP está en proceso de ejecutar una vieja iniciativa que costaría alrededor de 100 millones y que suscita múltiples críticas por sus «consecuencias medioambientales irreversibles»

Antecedentes – SEO Birdlife se opone al proyecto de carretera Reinosa-Potes por el «destrozo ecológico» que supondría

El millonario proyecto para unir las comarcas de Campoo y Liébana lleva tiempo suscitando críticas entre quienes alertan de los posibles problemas medioambientales que acarrearía la construcción de una carretera que atravesase el corazón de la Cordillera Cantábrica. “Es difícil que no haya daños irreversibles”, alertan colectivos ecologistas como SEO Birdlife ante una vieja iniciativa que el Gobierno cántabro del PP ha recuperado esta legislatura tras su llegada al poder hace año y medio.

Y es que en los 90, cuando el expresidente Juan Hormaechea impulsó la puesta en marcha de esta obra, la fuerte contestación ecologista fue uno de los principales obstáculos para que saliera adelante, además de su elevado coste, que a día de hoy rondaría los 100 millones, según las estimaciones del Ejecutivo que dirige María José Sáenz de Buruaga (PP).

De momento, el proyecto se encuentra desde hace meses en fase de información previa al estudio de impacto ambiental –adjudicado a la empresa WSP Spain-Apia S.A.U por 420.000 euros– y prevé la construcción de un nuevo tramo de carretera desde la CA-183, en Brañavieja, hasta el punto kilométrico 20 de la CA-184, en Pesaguero, con dos carriles de 3,5 metros de ancho y arcenes de 1 metro. En total, la carretera tendría una longitud de entre 14 y 20 kilómetros, en función de la alternativa escogida, según anunció el Gobierno autonómico.

Las críticas por las posibles afecciones medioambientales de esta obra todavía son más contundentes cuando se aborda la utilidad del nuevo tramo. “No va a suponer ninguna ventaja para los vecinos, simplemente va a ser una carretera fundamentalmente turística, porque todo el mundo va a querer ir por ahí a ver este espectacular paisaje sin bajarse del coche”, ha asegurado el delegado en Cantabria de SEO Birdlife, Felipe González, en conversación con elDiario.es.

Y es que la propia justificación del proyecto recoge el carácter “turístico” de la carretera: “La actuación permitirá la conexión entre Potes y Reinosa, beneficiando sustancialmente a tres comarcas (Liébana, Saja/Nansa y Campoo-Los Valles con una población total superior a los 60.000 habitantes) mejorando la conectividad entre ellas (que actualmente es totalmente deficiente con un tiempo mínimo cercano a las dos horas) y con la meseta, y al mismo tiempo permitirá impulsar el turismo y la economía en este ámbito favoreciendo su crecimiento”, señala el documento consultado por este periódico. 

Al respecto también se ha pronunciado la agrupación socialista de Potes, en palabras de la edil María José Bustamante Montero: “Entendemos que el enorme coste medioambiental ni puede ni debe asumirse, pues el único móvil que encontramos para haber puesto en marcha este proyecto faraónico, tantas veces anunciado, no es otro que el turístico, y de eso ya vamos servidos en Liébana, pues el turismo nos llega por el desfiladero de La Hermida”, señala en declaraciones a este medio, resaltando también que cuando la estación de esquí de Alto Campoo esté abierta por nieve la carretera estará cerrada por ese motivo, porque “la nieve no es selectiva”.

“Hay espacios naturales que tienen que estar libres de este tipo de infraestructuras”, afirma González, incidiendo en que, además, “no atiende a razones objetivas porque no va a ser una vía de comunicación rápida ni para Campoo ni para Liébana”. De hecho, según hace hincapié el integrante del grupo ecologista, entre las alternativas contempladas se encontraba llevar a cabo la carretera por la zona de Palencia, pero el propio informe del Ejecutivo la descarta porque la normativa de Castilla y León impide construir nuevas carreteras en su espacio rural. Y es que esta comunidad autónoma ya se opuso décadas atrás a que este ramal discurriera por su territorio.

“Esta infraestructura amenaza con destruir un corredor ecológico de altísimo valor que incluye cuatro espacios de la Red Natura 2000, un marco de protección europeo que garantiza la conservación de los hábitats más valiosos. Además, se verían comprometidos hábitats críticos para la biodiversidad, incluyendo robledales y hayedos de interés comunitario. Este entorno alberga especies protegidas que dependen de estos ecosistemas para su supervivencia, y la carretera supondría una barrera insalvable que fragmentaría sus hábitats, caso de la perdiz pardilla o el oso pardo”, ha sentenciado.

La Consejería de Fomento que dirige Roberto Media (PP) retomó este proyecto que califica de “largo recorrido” 17 años después de que se realizaran los primeros estudios. Cuando anunció la adjudicación del estudio informativo y de impacto ambiental, Media aseguró que estarían concluidos a principios de 2025. Asimismo, afirmó que el tiempo necesario total para contar con la obra ejecutada oscilaría entre los 92 y los 120 meses, es decir, cerca de una década.

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