Los bancos éticos son más solventes e igual de rentables que la banca convencional

Después de cuatro años de ligero descenso, en 2023 hubo en España un crecimiento de más del 3% en el número de personas involucradas en las finanzas éticas

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Los bancos éticos, aun trabajando con modelos distintivos (de inversión, transparencia o gestión, entre otros), logran resultados de estabilidad equiparables a la banca tradicional, son más resilientes a largo plazo -especialmente en tiempos de crisis- y consiguen unir dos elementos fundamentales para el sistema bancario: solidez patrimonial y una gran propensión a la concesión de créditos, especialmente a los sectores más débiles de la sociedad. Así lo demuestran los datos del último Informe sobre las finanzas éticas en Europa, que elabora la Fundación Finanzas Éticas y FEBEA, la patronal europea de bancos éticos, que representa a 33 entidades de 16 países, entre ellas Crédit Coopératif (Francia), Triodos (Países Bajos), GLS Bank (Alemania) o Fiare Banca Etica (con 17 oficinas en Italia y tres en España). Caixa de Pollença (Mallorca) también forma parte de esta patronal.

En España, las finanzas éticas, un sector que agrupa a muchas más entidades y actividad que el análisis de FEBEA, van según qué se mida y donde se ponga el retrovisor para comparar. El ahorro depositado en entidades éticas se situó en casi 2.400 millones de euros en 2023. Esta cifra duplica el valor de hace 10 años, pero está bajando desde hace dos, cuando superó los 2.600 millones de euros, “afectado por la tasa de ahorro de las familias”, según el Barómetro 2024 de las finanzas éticas, que elabora cada año la asociación FETS -Financiación Ética y Solidaria.

En cuanto a los préstamos, ocurre algo muy parecido. Alcanzaron casi los 1.900 millones de euros, cifra que es 2,5 veces superior a la de hace una década, pero 2023 fue el primer año que no aumentó, disminuyó el 2%. La banca tradicional cerró aún más el grifo, un 3,16%, según datos del Banco de España recogidos en el informe de FETS. La vivienda (con uno de cada cuatro créditos), el sector social (con el 22%), el medio ambiente (19,8%) y la cultura (17,6%) fueron los ámbitos donde se financiaron más proyectos.

Aun así, después de cuatro años de ligero descenso, en 2023 hubo un crecimiento de más del 3% en el número de personas involucradas en las finanzas éticas.

En cuanto a los seguros, las entidades éticas gestionaron casi 4 millones de pólizas, con un volumen de primas de 1.300 millones de euros, lo que representa un magro 1,7% de todo el sector asegurador español, según la Dirección General de Seguros. Los seguros éticos están formados por las entidades registradas en el sello EthSI (Seguros Éticos y Solidarios, por sus siglas en inglés), como Reale, Seguros Lagun Aro o Arç Cooperativa. FETS registra 30 entidades de finanzas éticas en España, entre bancarias, parabancarias (como Coop 57, Oikocredit o Microfides, entre muchas otras), aseguradoras y mutualidades.

El estudio se elabora con la metodología internacional para la evaluación de posibles riesgos en las instituciones bancarias CAMEL, acrónimo a partir de los cinco parámetros que usa: adecuación de Capital, calidad de los Activos (morosidad), Management (calidad de la gestión), Beneficios (rentabilidad) y Liquidez. Y, junto a las entidades de FEBEA, tiene en cuenta para su comparativa los 60 principales bancos europeos; de España, los seis mayores: Santander, CaixaBank, BBVA, Sabadell, Bankinter y Unicaja.

Rentabilidad a largo plazo

En cuanto a eficiencia, medida en términos de rentabilidad, los bancos éticos son incluso un poco más rentables a largo plazo que los bancos tradicionales, que el estudio llama ‘significativos’. Se mide con el ROA, que es la relación entre los beneficios y todos los activos que tiene un banco (efectivo en caja, créditos, inversiones en valores, participaciones, etc.). Este indicador fue en 2022 (últimos datos analizados) muy similar, del 0,50% para las entidades éticas y del 0,65% para las convencionales. Pero en la última década, la rentabilidad siempre ha sido mayor entre las primeras, como puede verse en el primer gráfico. Excepto en 2021, que se igualó, y en 2022, que fue superior para los bancos tradicionales. Jordi Ibáñez, director de la Fundación Finanzas Éticas y uno de los autores del informe, explica que cuando las recuperaciones económicas son muy rápidas, como la pospandémica, la banca tradicional acostumbra a recuperarse más rápido.

“No son mucho más rentables, pero sin aprovechar las economías de escala de la banca significativa y con un modelo de inversión distinta, obtenemos más rentabilidad de nuestros activos”, sentencia Ibáñez, para quien hay dos indicadores que hacen este resultado más meritorio: los mayores costes operativos de la banca ética (la gestión) debido a un mayor porcentaje de créditos y algunos de ellos deteriorados (morosidad), conocidos en el mundo bancario como NPL. En ambos casos los indicadores son superiores en la banca ética, pero con una salvedad en el caso de la mora: por dos bancos griegos muy lejos de la tendencia promedio, como consecuencia de la grave crisis financiera que azotó a Grecia a partir de 2009. Sin estos, subraya el estudio, el dato del NPL sería del 3,24%, acorde con los bancos significativos (3,53%). El trabajo recuerda que las entidades financieras tradicionales de Grecia también tienen créditos deteriorados por encima de la media, de entre el 8% y el 10%, y ello a pesar de haberse desprendido de parte de su cartera de activos tóxicos.

Esta es, justamente, una de las diferencias en la gestión entre ambos modelos financieros. Mientras la banca convencional ha “eliminado” parte de los activos de dudoso cobro vendiéndolos a fondos de inversión o intermediarios especializados con descuentos importantes, la banca ética acostumbra a gestionar los créditos deteriorados, los NPL, “de forma más responsable y personalizada, según las necesidades del cliente”.

Esta diferencia tiene un impacto en los costes de gestión, así como la mayor propensión a la concesión de créditos, que es lo que caracteriza en gran parte a la banca ética. Muchos bancos significativos se centran en la venta de fondos y valores, por ejemplo. Así, los créditos sobre el total de activos son del 68,84% en el caso de la banca ética y del 51,64% en el resto.

Los bancos éticos europeos pertenecientes a la patronal FEBEA concedieron créditos por valor de 58.200 millones de euros en 2022, casi el doble que los 29.300 millones de 2016, el primer año que se realizó el informe. El volumen de activos gestionados también se ha duplicado en este periodo, al pasar de 39.800 a 79.200 millones de euros.

Seguridad frente a los riesgos

Para FEBEA y los autores del informe, “la ética y la solidez financiera van de la mano, lo que garantiza una mayor seguridad frente a los riesgos”. Se mide mediante la adecuación del capital (la C de la metodología CAMEL) y se obtiene comparando el capital del banco (los fondos propios disponibles desembolsados por los accionistas) con el patrimonio; es decir, con los activos que tiene el banco y ponderados en función del riesgo: no es lo mismo invertir el dinero en bonos del Estado alemanes, que tienen un coeficiente de riesgo igual a cero, que en la financiación de familias y empresas, que se ponderan por un coeficiente de riesgo más alto. La Tier1 mide esta relación y cuanto más alta, mejor. Las directrices sobre los requisitos de capital de los bancos, conocidos como Basilea III, exigen a los bancos una ratio Tier 1 mínimo del 11%. La de los bancos tradicionales es del 17,23% y la de los éticos del 23,32%.

¿Por qué la banca ética es más solvente y sólida en términos de capital pese a no acudir a los mercados financieros? Porque “posee un núcleo duro de accionistas, muy fieles, que no buscan maximizar beneficios, y porque hay mayor reinversión del excedente y menos distribución de dividendos”, explica Jordi Ibáñez.

Finalmente, la quinta y última joroba del camello analítico es la liquidez (LDR), que mide la relación entre créditos concedidos a los clientes y el dinero recaudado en forma de depósitos. Si es demasiado baja significa que el banco podría estar ganando menos de lo que podría, y si es demasiado alta, el banco podría no tener suficiente liquidez. El sector considera el rango ideal entre el 80% y el 90%. Durante la última década el índice de liquidez de la banca ética se ha mantenido en el 81,4%, frente al 100,2% de la tradicional, que en los tres últimos años ha corregido hasta el 78%.

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