Inmersa en una profunda cultura mediterránea, Alicante celebra este año su rica tradición arrocera, sus productos emblemáticos y sus platos más destacados con una oferta culinaria que nos lleva por algunos de sus mejores restaurantes
Mercados gastronómicos: un recorrido por los más emblemáticos de España y sus sabores genuinos
La ciudad de Alicante es famosa por su sol, sus playas y su buen clima. El Mediterráneo es infalible cuando buscamos un tiempo agradable y unos días de relax. Pero en 2025, la ciudad alicantina se viste de gala para lucir su máximo orgullo: haber sido nombrada Capital Española de la Gastronomía. Un prestigioso reconocimiento que, más que un título, es una oportunidad que invita a los amantes de la buena mesa a descubrir una cocina llena de historia, sabor y creatividad. Durante todo el año, Alicante será el epicentro de eventos culinarios, rutas gastronómicas y diferentes experiencias que celebran la riqueza de su despensa y la pasión de quienes la transforman en auténticas obras de arte comestible.
La elección de Alicante no ha sido casual. Con una tradición arrocera que se remonta siglos atrás y una despensa mediterránea que combina productos de la huerta, el mar y la montaña, la ciudad se consolida como uno de los grandes referentes culinarios de España. Eso había que reconocérselo y, al mismo tiempo, agradecérselo, porque pasear por sus zonas de bares y visitar sus mejores restaurantes siempre es un plan que nos hace la boca agua.
Arroz negro, una de las especialidades alicantinas.
¿Qué significa ser Capital Española de la Gastronomía?
El título, otorgado por la Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo (FEPET) y la Federación Española de Hostelería (FEHR), destaca anualmente a una ciudad por su excelencia culinaria y su capacidad de atraer al turismo gastronómico. Esto supone una oportunidad para mostrar su riqueza cultural y posicionarse como destino obligado para los amantes del buen comer. De manera que 2025 es el año perfecto para dejarse caer por Alicante y por el resto de su provincia, donde se come igual de bien.
La capitalidad gastronómica comenzó hace ya más de una década. Desde Logroño, la primera ciudad galardonada en 2012, hasta Oviedo en 2024, cada capital ha dejado su huella en el paladar de sus visitantes. Burgos cautivó con su morcilla y queso fresco, Toledo encantó con sus mazapanes y guisos tradicionales, y Sanlúcar de Barrameda maravilló con sus manzanillas y langostinos. Alicante ahora toma el relevo con una propuesta culinaria en la que sus arroces son su principal carta de presentación, pero no la única.
Caldereta de pescado y marisco a la alicantina.
Alicante y su riqueza gastronómica
La cocina de Alicante es un homenaje al Mediterráneo, con sabores que reflejan una perfecta armonía entre el mar y la tierra. Su tradición arrocera la convierte en un referente indiscutible, pero su despensa es mucho más amplia y variada. Si no, no habría sido capaz de hacerse con la capitalidad gastronómica entre tantas otras candidaturas, entre las que ganó a la malagueña Antequera en la fase final del certamen.
Si hay un ingrediente que define la cocina de Alicante, ese es el arroz. La variedad de platos que se pueden preparar con este producto llega a ser abrumadora: el meloso con bogavante, el seco a banda, el de señoret o el arroz con costra son solo algunas de las delicias que aquí saben hacer como en ningún otro lugar. Cada receta refleja el cuidado y el respeto por los ingredientes frescos, como pescados, mariscos, verduras y carnes, que complementan a la perfección con los mejores granos arroceros.
El sello ‘Alicante Ciudad del Arroz’ garantiza la excelencia en su preparación y certifica a 37 restaurantes que elevan este plato a un nivel de arte culinario. Pero es que, además, eventos como ‘Arroceando’ celebran esta tradición y la comparten con locales y visitantes.
No todo es arroz
La riqueza gastronómica de Alicante no se queda en el arroz, va mucho más allá. Su despensa mediterránea incluye pequeños manjares como el turrón de Jijona y Alicante, los vinos de la DOP Alicante (tintos robustos de Monastrell y blancos frescos de Moscatel), y frutas como los nísperos de Callosa d’en Sarrià, la granada mollar de Elche y los dátiles de su icónico palmeral. Sin olvidar la uva embolsada del Vinalopó, de la que tanto se habla cada Fin de Año, por lo que cuando hablamos de productos estrella alicantinos, sería un error quedarnos solo en su arroz.
Este año Alicante está cargada de citas imprescindibles para los amantes de la gastronomía. Eventos como la Ruta del Tentempié, De Tapas por Alicante, las Jornadas de Cuaresma y La Millor Tapeta del Món prometen llenar las calles de sabores y buen ambiente. Además, la feria Alicante Gastronómica se perfila como uno de los eventos más destacados del año, con campeonatos como el Nacional de Tortilla de Patata, el Premio Internacional de Alta Pastelería Paco Torreblanca y el concurso del Mejor Arroz del Mediterráneo.
El famoso pulpo seco de Denia, en Alicante.
Zonas, bares y restaurantes a tener en cuenta
Pongamos que, sabiendo todo esto, decidimos plantarnos en Alicante con el estómago vacío y con muchas ganas de que nos demuestre por qué ha sido elegida capital española de la gastronomía. Para empezar con buen pie, lo mejor es saber cuáles son las mejores zonas por las que salir a tomar algo y, si queremos afinar, no está de más tener un listado de algunos de sus mejores restaurantes. Toma nota, que esto te va a interesar:
Calle Castaños. Epicentro del tapeo y el tardeo alicantino, con bares y terrazas animadas. Aquí los bares ofrecen desde pinchos tradicionales hasta tapas creativas en un ambiente relajado y urbano.
Explanada de España. Este emblemático paseo marítimo no solo es ideal para pasear, sino también para disfrutar de platos típicos con vistas al mar. Sus terrazas son famosas por sus arroces y pescados frescos.
Zona del Mercado Central. Rodeado por bares y pequeños restaurantes, esta área es perfecta para quienes buscan disfrutar de la cocina local. Desde tapas elaboradas hasta platos como el arroz al horno o el gazpacho marinero.
Calle San Francisco. Conocida como ‘la calle de las setas’, combina un ambiente familiar con una amplia oferta gastronómica, desde bocadillos gourmet hasta tabernas tradicionales.
Barrio de Santa Cruz. En este encantador rincón del casco antiguo puedes encontrar bares con terrazas íntimas donde disfrutar de tapas clásicas como la pericana o la coca amb tonyina.
PAU 5 y San Juan Playa. En estas zonas modernas, destacan los restaurantes de diseño que ofrecen cocina contemporánea y platos mediterráneos con un toque innovador. Los chiringuitos en la playa son ideales para mariscos frescos y cócteles al atardecer.
Vistahermosa. Este barrio residencial es un regalo para los amantes de la buena mesa, con restaurantes que combinan cocina local y sabores internacionales en un ambiente tranquilo.
El turrón de Alicante, otro motivo de su capitalidad.
10 restaurantes para acertar en Alicante
El Portal. Referencia en alta cocina mediterránea. Su decoración sofisticada combinada con platos como el ceviche de gambas o el tartar de atún rojo.
Nou Manolín. Su legendaria barra de tapas es el corazón del restaurante, donde destacan las quisquillas, los sepionets y los arroces melosos.
Monastrell. María José San Román ha creado un templo de la gastronomía con menús degustación que incluyen delicias como la cigala con emulsión de ñora o el arroz de conejo y caracoles.
Bar Manero. Perfecto para disfrutar de clásicos renovados como las gambas al ajillo o el ‘submarino de caviar’, acompañado de una excelente carta de vinos.
Moments. Famoso por sus brunch junto al mar y sus cenas con platos como el pulpo braseado con puré de boniato.
La Ereta. Ubicado en lo alto del Castillo de Santa Bárbara, su menú degustación es un viaje por los sabores locales con vistas panorámicas espectaculares.
Terre. En la Explanada de España, destaca por su cuidada selección de vinos y platos como la pluma ibérica a la brasa y los arroces de temporada.
Batiste (Santa Pola). Su especialidad en arroces marineros, como el caldero o el arroz a banda, es una parada obligatoria para disfrutar de un buen pescado fresco.
Restobar Gema Penalva. Ofrece una experiencia íntima y creativa con platos como las croquetas de sepia en su tinta o el arroz meloso de bogavante.
La Taberna del Gourmet. Especialistas en arroces secos y tapas de autor, con productos locales de su propio huerto ecológico.
La Explanada de España, en Alicante.
Un paseo antes o después de comer
Alicante se ha ganado el reconocimiento como referente gastronómico, pero si vamos a probar su cocina seguro que querremos hacer algo más que sentarnos a la mesa. Es un destino que siempre cautiva con su patrimonio, sus paisajes y sus tradiciones. Subir al Castillo de Santa Bárbara es como asomarse al corazón de la ciudad, con vistas que van del mar a las montañas. Desde allí, puedes descender al Barrio de Santa Cruz, un rincón de callejuelas blancas y flores que dan forma a las más típicas postales mediterráneas.
El paseo por la Explanada de España, con sus características ondas de mosaico, te lleva al puerto, donde la actividad pesquera y los cruceros conviven con restaurantes y bares. Y no pases nunca de largo por el Mercado Central, uno de los mejores sitios a los que puedes ir si de verdad quieres conocer la gastronomía alicantina desde dentro.
Las playas, como el Postiguet, siempre pueden ofrecer un respiro entre una degustación y otra, quizá con un típico helado alicantino en la mano. Mientras que museos como el MARQ, de arqueología, o el Museo The Ocean Race, dedicado a la competición de vela, enriquecen la visita aportando cultura y conocimientos históricos, para que no todo quede en el estómago.