El Expediente X de Alberto Quirón

Para sustentar la denuncia de que el novio de Ayuso es víctima de una «operación de Estado», el equipo de la presidenta saca a la luz unos robos y un dibujo bastante infantil del propio Amador con un coche lleno de antenas de espionaje

Dos jefes de prensa de la Fiscalía ubican la filtración de Miguel Ángel Rodríguez tres horas antes de lo que declaró el jefe de gabinete de Ayuso

Isabel Díaz Ayuso siempre tiene más éxito cuando se monta su propia película que cuando tiene que seguir el guion de los demás. Sus historias son mucho mejores, con efectos especiales más aterradores y tramas más elaboradas, algunas hasta retorcidas. Cuando crees que ya está todo contado y que no puede haber otro ‘cliffhanger’ que aliente el suspense, ella te sorprende con otra revelación para que olvides las anteriores. No tiene por qué ser cierta.

De hecho, la realidad nunca está a la altura de sus necesidades. Está defendiendo a un presunto defraudador fiscal que ha admitido la comisión de delitos que resulta que es la primera persona a la que ve todas las mañanas. Eso no es tan sencillo si te tienes que atener a los hechos.

El último episodio de la serie ‘Novio a la fuga’ incluye un robo de esos en que los ladrones buscan pruebas, no dinero. La noticia llegó a los oídos de un medio de comunicación –ya podemos suponer con qué origen– y Díaz Ayuso la confirmó horas más tarde en un desayuno informativo.

La denuncia es que alguien entró en los domicilios de dos abogados de su pareja, Alberto González Amador, y se llevó un ordenador portátil y dos tablets, una de ellas del hijo. Hubo otro intento de allanamiento de la casa del arquitecto que reformó la casa donde vive la pareja. Y también sostienen que forzaron el coche de Amador mientras estaba en el aparcamiento de su empresa. A este ritmo, va a acabar como Robert de Niro en ‘Casino’.

Desde el primer minuto, Ayuso ha presentado a su novio como una víctima de “los poderes del Estado”. Era fácil pensar que haría lo mismo con estos incidentes. “Los robos son solo una parte de lo que está sucediendo en mi entorno”, dijo el martes sin concretar nada, porque así funcionan las insinuaciones. Es mejor que cada uno eche a volar su imaginación. La Guardia Civil investiga estas denuncias como un posible caso de delincuencia común, por mucho que se haya sugerido que los ladrones renunciaron a llevarse objetos de valor.

Para añadir más enigmas, The Objective ha hecho público un dibujo del propio Amador, que hizo porque “había visto un coche con múltiples antenas en el techo en los alrededores de su domicilio”, el típico vehículo con el que te espían intentando pasar desapercibidos. En el boceto de estilo minimalista, aparecen no menos de diez formas triangulares en el techo del coche. Un camuflaje de primer nivel.


Dibujo de Amador que describe un coche que, según él, le vigilaba de forma clandestina, tal y como aparece en The Objective.

El número de periodistas que conocían las comunicaciones entre el fiscal y el novio de Ayuso por su deuda con Hacienda antes que el fiscal general del Estado aumentó en la última semana cuestionando una vez más la versión que dio Miguel Ángel Rodríguez al juez Ángel Hurtado del Tribunal Supremo en su declaración. A Hurtado no le interesó lo más mínimo que varios periodistas afirmaran que tuvieron acceso a los emails de Amador y el fiscal mucho antes de que llegaran a manos del fiscal general. Prefirió fiarse más de Rodríguez, cuya prioridad es defender a su jefa, no ser respetuoso con los hechos.

Rodríguez había contado al juez que no empezó a filtrar información sobre el caso del fraude fiscal hasta las diez de la noche del 13 de marzo después de que El Mundo publicara una versión falsa de esos mensajes en la que la fiscalía ofrecía un acuerdo negociado al abogado de Amador, cuando había sido al revés.

Los jefes de comunicación de la Fiscalía General y la Fiscalía de Madrid confirmaron el lunes al magistrado que tres horas antes recibieron llamadas de periodistas que les contaron que el jefe de gabinete de Ayuso ya estaba difundiendo una versión falsa de esos contactos, la misma que publicó El Mundo por la noche.

Esa noticia es la que hizo que el fiscal general movilizara a sus subordinados para desmentirla y que está en el origen de la investigación judicial contra él en el Supremo por revelación de secretos. Secretos que ya no eran secretos.

La actitud del juez Hurtado ha supuesto un gran alivio para las huestes de Ayuso, que necesitan mantener la tensión puesta sobre el fiscal general. El auto del magistrado con el que llamó a declarar a Álvaro García Ortiz parecía un auto de procesamiento, lo que da a entender que Hurtado ya ha tomado una decisión sobre el caso.

Hay cosas que Ayuso no puede impedir que sucedan. El novio ha estrenado una nueva identidad al saberse que aparecía como “Alberto Quirón González” en la agenda del móvil de Rodríguez. Casi todos los casos de corrupción cuentan con un lado chusco, como si hubiera sido ideado por un guionista con unas copas de más.

En este caso, PSOE y Más Madrid intentan que el juzgado investigue las relaciones privilegiadas de Amador con directivos del Grupo Quirón de sanidad privada y el incremento exponencial de sus negocios e ingresos desde que es la pareja de la presidenta de Madrid. Quirón ha multiplicado por seis los pacientes que capta de la sanidad pública madrileña en una década gracias a la política sanitaria de los gobiernos del PP.

Es algo que ni siquiera Ayuso puede negar, pero siempre tiene la opción de intentar diluir el inesperado ascenso profesional de Amador desde que fueron unidos por el destino, un piso con ático y un Maserati. “No es un caso Quirón. Es una persona que es proveedora de Quirón Prevención con quien no ha contratado nunca la Comunidad de Madrid”, dijo. Se sabe que Alberto Quirón –lo que podríamos llamar su nombre artístico– no se dedica a la gestión de hospitales. No es una novedad. Sus comisiones vienen por otros lados.

Ayuso quiere hacer creer a todos que los negocios de Alberto, luz de mi vida, fuego de mis entrañas, serían los mismos si no fuera su pareja. Hay que echarle mucho valor y mucha publicidad institucional para tragarse esa versión. Este diario ha informado de que los pagos de Quirón a Amador se multiplicaron por cuatro tras iniciarse su relación con la presidenta. Quizá solo fue el triunfo del amor.

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