‘Sorpasso’ completado: las universidades privadas ya tienen más alumnos de máster que las públicas

Los centros privados, impulsados por la modalidad de enseñanza online, ya acogen al 50,3% de los estudiantes de posgrado, cuando hace menos de diez años eran el 32,5%

La universidad privada se ‘come’ a la pública: desde 1998 ha abierto 27 nuevos centros y casi iguala a los estatales

Era una cuestión de tiempo y ya ha pasado. Las universidades privadas acogen ya a más de la mitad de los estudiantes de máster, según recoge el informe Datos y Cifras del Sistema Universitario Español, publicado este miércoles por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. En concreto, los campus de iniciativa civil tenían en el curso 2023-24 un total de 145.306 estudiantes de máster (50,3%) frente a los 143.649 (49,7%) que se matricularon en los públicos.

La evolución ha sido meteórica, como lo ha sido la eclosión de universidades privadas en España en la última década. El número de centros privados está a punto de superar al de públicos: los 50 estatales aún superan hoy a los 47 privados, pero será por poco tiempo: varias comunidades autónomas están tramitando la aprobación de centros particulares que cambiarán la balanza, pese a que algunos de ellas cuentan con informes negativos del Ministerio. Ese otro sorpasso también es cuestión de tiempo.

En paralelo a la presencia de estos campus ha evolucionado el sector de los másters, donde la privada se desenvuelve mejor (o al menos con más oferta). Hace ocho cursos, en el 2015-16, la relación de estudiantes en posgrados era de 67%-33% a favor de la pública. Como sucede en la Formación Profesional, que está viviendo un proceso similar de privitazación, la clave está en la enseñanza online: mientras en la pública apenas hay 10.304 estudiantes en esta modalidad, la privada llega a los 90.712, nueve veces más. Hace ocho años, último curso del que hay datos detallados, los centros públicos tenían prácticamente los mismos alumnos de máster a distancia (9.334), pero la privada menos de un tercio de los actuales (24.203).

La situación es muy desigual según la comunidad autónoma, tal y como se puede ver en el siguiente gráfico. La que más alumnado aporta al sector privado es La Rioja, sede la UNIR, donde estudian un máster 45.095 personas frente a los 597 de la pública. Pero en esta autonomía la situación ha variado poco en los últimos años. El sorpasso viene de regiones como Madrid o Catalunya, donde el número total de estudiantes de máster matriculados en centros privados se ha duplicado en menos de una década, mientras los de la pública están relativamente estables (ambas comunidades han sumado unos 3.000 estudiantes a los 22.000 que tenían).

El ejemplo del máster de Secundaria

Parte de la explicación a este fenómeno está en los grados habilitantes que exigen ciertas profesiones, posgrados que desde el plan Bolonia son obligatorios para ejercer la abogacía, arquitectura, psicología, ingenierías, etc. El caso del Máster en Formación del Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanzas de idiomas ilustra bien la situación.

Este curso, de un año de duración, es requisito imprescindible para ser docente de Secundaria. Las universidades públicas ofrecen plazas limitadas, casi todas presenciales en su pretensión de ofrecer una calidad mínima, que no dan abasto con la gran demanda que tiene esta formación. Las universidades privadas vieron el nicho de mercado y se lanzaron a ofrecerlo online, donde no hay (necesariamente) límite de plazas. Si a esto se le suma la mala fama del máster en general –estudiantes y profesorado exigen cambios porque, sostienen, apenas se enseña nada–, la consecuencia es que el interés de los futuros profesores es simplemente obtener el papel que certifica que pueden dar clase, sin importarles demasiado dónde obtenerlo. La privada cuesta dinero, sí, pero perder un año o dos esperando una plaza en la pública que nadie garantiza, también.

¿El resultado? El 25% de los casi 30.000 egresados de este máster cada año sale de cuatro universidades privadas online: la UNIR, la Internacional Valenciana (VIU), la Isabel de Castilla (UI1) y y la Católica de San Antonio. La mayoría clara de las públicas hace ocho años es hoy un empate técnico: la mitad del estudiantado se matricula en la pública, la otra mitad no.

Un futuro incierto

El panorama podría cambiar en los próximos años, cuando entre en vigor la nueva normativa de creación de centros que aprobó el Gobierno en 2021, pero que todavía no ha podido tener efectos porque incorporaba una moratoria de cinco años para que todos los centros se adapten a ella. Para evitar lo que está pasando, que el Gobierno achaca al ímpetu por hacer negocios de las universidades privadas, el Real Decreto establece que todos los centros, nuevos o ya existentes, deberán tener más alumnado de grado, que se considera el servicio académico esencial de las universidades, que de máster.

Y aún existe la posibilidad de que el Gobierno fuerce más la proporción entre estudiantes de una y otra etapa: la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, ha anunciado que va a reformar el texto, que considera todavía demasiado laxo.

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