El 17 de diciembre acudieron la presidenta de la Comunidad de Madrid y el alcalde para estrenar el sexto nodo en la capital, ubicado en una zona clave. Ha pasado el tiempo y parecen ser los únicos que lo han usado: a finales de enero aún sigue en obras y el acceso permanece cortado
Madrid estrena su sexto intercambiador en Valdebebas: Cercanías, buses y la línea 11 de Metro en el año 2030
“La mejor manera de promover el transporte público es generar una amplia oferta, de calidad, eficiente, puntual y que conecte todos los destinos. […] Así lo hemos creído siempre, así es como lo hemos defendido y, por eso, tenemos hoy estos resultados”. Con esas palabras celebró la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, la apertura del sexto intercambiador en la capital, el de Valdebebas. Lo hacía acompañada de su compañero de partido y alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida, en la mañana del 17 de diciembre. Quedaban pocos días para acabar el año, así que se cumplían las previsiones iniciales que auguraban que el nuevo nodo estaría operativo para el último trimestre de 2024. Más de un mes después del anuncio, el intercambiador sigue cerrado y sin una fecha clara para abrir al público general.
En un paseo matutino por el lugar, ni siquiera los operarios que trabajan in situ saben con certeza cuándo terminará definitivamente la obra. El hub de Valdebebas se ubica en un distrito periférico de Madrid, el de Hortaleza. Sin embargo, su posición es estratégica para el desarrollo a corto plazo de la ciudad: se halla a escasos metros de la Ciudad Deportiva del Real Madrid, junto a una amplia rotonda por la que pasará el circuito de Fórmula 1 que acogerá Madrid en 2027.
A menos de dos kilómetros está el recinto ferial de IFEMA, donde estos días se celebra el FITUR; y, mucho más cerca, se construye el famoso Hotel 101 que prometía hacer negocio con las golden visa y convertirse en uno de los más grandes de la ciudad. Además, desde el intercambiador es fácil llegar andando al Hospital Isabel Zendal.
A la izquierda, una imagen del 17 de diciembre, día de la inauguración. A la derecha, otra foto tomada el 21 de enero con el intercambiador cerrado
La estructura del edificio que lo alberga impresiona por sus formas geométricas. En 2022 se inició la obra sobre una parcela total de 25.429 metros cuadrados, de los que el inmueble acristalado ocupa 6.835 metros y consta de dos plantas, cuatro ascensores, dos escaleras mecánicas y la idea de hospedar más de una decena de locales comerciales. Justo al lado se alza una torre de color marrón oscuro con el logo del Gobierno regional y el del Consorcio de Transportes de la Comunidad de Madrid.
En varios puntos de las paredes cuelgan placas con detalles sobre esta ambiciosa inversión. El sexto intercambiador de Madrid, que sigue a los que ya existían en otros puntos clave como Moncloa, Avenida de América, Príncipe Pío, Plaza Elíptica y Plaza de Castilla, ha supuesto un desembolso de casi 40 millones de euros (39.377.863,91), de los que más del 70% aparecen como financiados.
Curiosamente, el mismo cartel indica que la fecha de finalización de las obras para levantarlo es 2024. En esos instantes, por allí iban y venían algunos trabajadores con chalecos reflectantes que esa mañana realizan labores dentro y fuera del intercambiador. Uno de ellos, que viste un uniforme de Urbalia –empresa de Paracuellos del Jarama– asegura que están dando unos “retoques finales” antes de abrir al público. Este periódico ha preguntado por la fecha de apertura a la Consejería de Transportes, Infraestructura y Vivienda, sin que hasta el momento haya habido respuesta concreta.
La placa pegada al edificio del intercambiador de Valdebebas
Al otro lado de la Avenida de las Fuerzas Armadas, la carretera contigua al intercambiador, está la entrada a la estación de Cercanías de Valdebebas, una de las que conectará con este nodo para abrir paso a las líneas C-1 y C-10. En el puesto de información de servicio que Renfe mantiene abierto nada más entrar, la recepcionista que ese martes hace el turno de mañana rememora el día de la inauguración.
“Pasaron por aquí los de la Comunidad y el Ayuntamiento, pero desde entonces el acceso sigue cerrado y ni a mí ni a mis superiores directos se nos ha dicho cuándo abrirá”, afirma mientras señala un cartel a la salida, con el sello de la empresa pública de trenes, en el que puede leerse que el acceso a través de un largo pasillo hasta el intercambiador permanece cerrado. Uno de los trabajadores que en esos momentos trabaja en el mantenimiento de la estación y viste un chaleco de Clyer (Climatización y Energías Renovables S.L., con sede en Torrejón de Ardoz) tampoco tiene idea de cuándo podrá habilitarse el camino hasta el intercambiador. A él lo trasladaron a estas labores en la estación hace una semana, reseña.
Operarios trabajando en los alrededores del intercambiador de Valdebebas y un tractor realizando labores en el parking contiguo
Fuera de la parada de Cercanías dan algunas estimaciones, aunque bailan las fechas. En la escalera que hay en el lateral derecho del edificio del intercambiador, otro operario –esta vez del Grupo Avintia, especializado en construcciones y energía– habla del mes de marzo como inicio de una hipotética apertura al público. Los empleados que montan en el camión de Urbalia, algo más alejado, lo aproximan algo más: lo señalan “a finales de enero”, pese a que la conversación se produce el día 21 de ese mes.
Su apertura definitiva será la primera desde 2008 para un intercambiador en Madrid. Estas estructuras son clave en la organización del transporte público en las ciudades, pues facilitan los trasbordos y los vuelven más accesibles. También cuentan con pantallas en las que puede leerse el tiempo de espera hasta el siguiente tren, autobús o metro. El de Valdebebas conectará con el Servicio Especial de la EMT hasta IFEMA o el Zendal o el Bus Rapid hasta Sanchinarro, Las Tablas y el Ramón y Cajal, además de otra ruta del interurbano. Una vez concluya la prolongación de la línea 11 de Metro, está previsto que su trayecto también pase por allí.