Volver al «estado natural» o castidad frente a la «vida gay»: así son los métodos de conversión religiosos activos en España

El apostolado ‘Transformados’, que acaba de ser denunciado, está impulsado por una psicóloga que defiende que mediante el «encuentro con Cristo» se puede «retornar a la normalidad» mientras que ‘Courage’, presente en cuatro diócesis, califica la homosexualidad de «objetivamente desordenada»

Curas de la ‘fachosfera católica’, denunciados por participar en “terapias de conversión” de personas LGTBIQ

–La inmensa mayoría de la gente piensa como nosotros, lo que pasa es que tienen miedo a decirlo porque en el trabajo, en la universidad o donde sea los van a tildar de cualquier cosa, pero las cosas son como son […] Hay una cosa que es natural y otra que no es natural. Punto. Sencillo.

–Sí, la gran mayoría creo que opinamos lo mismo aunque, efectivamente, intenten acallar a la familia tradicional. Si el señor nos hubiera querido dar otro modelo de familia no nos hubiera dado a la sagrada familia de Nazareth. Nos dio un modelo de familia y no una diversidad de familias […] Hablando con los protagonistas es lo primero que explican: que en el momento que tuvieron el encuentro, el señor les pidió castidad. Todos los explican de esa manera: sanando esas heridas retornan a una heterosexualidad. Es cuando se dan cuenta y empiezan a mirarlo de otra manera. Retornan al estado natural.

A pesar de que pueda parecer de otra época, este es un diálogo real que se produjo hace tres años en una entrevista que el sacerdote argentino de extrema derecha Javier Olivera Ravasi –hijo de un exmilitar condenado por crímenes de lesa humanidad durante la dictadura– hizo a la psicóloga española Marta Sanz, que es quien interviene en segundo lugar. El encuentro se produce en el canal de YouTube de él, que tiene casi medio millón de suscriptores, para hablar de Camino abierto, un documental dirigido por Sanz a través de la empresa Media Salud Comunicación S.L. que busca “difundir la verdad” y hacer ver a los jóvenes “que pueden salir de donde están”.

En la práctica, a lo que habla la psicóloga es de homosexualidad, bisexualidad y transexualidad y en concreto, de cómo “dejarlas” para ser “feliz”. Porque la diversidad sexual, defiende, no es “la normalidad” ni “el estado natural” de los seres humanos. Todo un entramado de ideas que está detrás de Transformados, el apostolado que ella dirige y que recorre iglesias y parroquias para divulgar su mensaje de la mano de la propia Sanz y de testimonios, en su mayoría de hombres, que aseguran haber dejado de lado su vida homosexual tras un “encuentro con Cristo” y que animan al resto a hacer lo mismo.

Así se puede ver en algunas de las charlas colgadas en YouTube y escuchar en distintos audios aportados como prueba en la denuncia que la Asociación contra las Terapias de Conversión ha interpuesto ante el Ministerio de Igualdad, en la que acusa a Transformados de “promocionar” prácticas que tienen por objetivo “modificar, controlar o reprimir” la orientación sexual. La denuncia, a la que ha tenido acceso elDiario.es, señala además a siete diócesis españolas –Madrid, Barcelona, Alcalá de Henares, Getafe, Valencia, Guadalajara y Málaga– por ser iglesias de estos lugares las que han acogido conferencias deTransformados entre 2023 y 2024, muchas de ellas durante el Orgullo.

La iniciativa propugna una hoja de ruta católica dirigida a personas LGTBI para que acaben negando su orientación sexual o vivan en castidad para siempre, algo que la propia Sanz define como “un don”. En otra entrevista con el ultraderechista Olivera Ravasi, la psicóloga empieza explicando que desde hace años “hay mucha confusión en el ambiente católico” porque hay quienes “apelan a la inclusión completa” y quienes son “homófobos”, pero en su opinión existe la posibilidad de que haya una transformación para los homosexuales: “He visto que cada vez hay más que quieren hablar […] O bien Jesús transforma sus vidas y les da una familia –se entiende, heterosexual– o siguen manteniendo esa atracción hacia el mismo sexo pero mirándole a él” –se entiende, a Dios–. Es decir, que optan por la castidad.

Así lo corrobora ella misma en la entrevista, titulada SALIR DE LA HOMOSEXUALIDAD: ¿es posible? Conversando con “Transformados: ”Algunos sí que han sanado completamente las heridas a través de la vida en Cristo […] a través de una familia. Es decir, han recuperado, retornado a una heterosexualidad y ahora mismo están casados y tienen hijos. Es decir, que en algunos casos la castidad les lleva a la santidad […] y en algunos casos se ha dado que han tenido una familia“.

¿Que hay un porcentaje de personas homosexuales que a lo mejor viven bien y tienen una familia? Pero apartados de Dios nadie puede ser feliz

Marta Sanz

La castidad para gays, lesbianas y bisexuales, a los que nunca llaman así, sino personas “que experimentan atracción hacia el mismo sexo”, es también el destino que les propone Courage, otro apostolado católico activo en España que, según sus palabras, “ofrece acompañamiento” a quienes “inspirados por las enseñanzas de la Iglesia sobre el bien y el fin de la sexualidad humana” deciden “vivir la castidad”. La iniciativa, fundada en 1978 en Estados Unidos por John F. Harvey, está presente en varios países y en las diócesis de Canarias, Toledo, Getafe y Alcalá de Henares mientras que la de Cuenca, que tenía previsto presentarla en un encuentro este enero, finalmente ha cancelado.

Aunque ambos apostolados se venden como proyectos “de ayuda” a las personas LGTBI y reiteran que se dirigen a aquellos que “libremente” quieren “dejar atrás” el colectivo, comparten una misma mirada sobre la diversidad sexual: hablan del “problema” de la atracción al mismo sexo y la presentan como algo inherentemente negativo y no deseable. “¿Que hay un porcentaje de personas homosexuales que a lo mejor viven bien y tienen una familia? Pero apartados de Dios nadie puede ser feliz”, dice Sanz, que califica las técnicas de reproducción asistida como “barbaridades que no son de la naturaleza humana” y lamenta que los jóvenes “hayan normalizado” ser LGTBI.

No ir a bodas homosexuales

El modus operandi de Courage se basa en el “acompañamiento espiritual y pastoral” a través de grupos, que ellos llaman “capítulos” dirigidos por sacerdotes asignados por los obispos locales que realizan encuentros semanales o quincenales en días, horas y ubicaciones “confidenciales”, detalla el Manual para capellanes, que les da directrices sobre dinamizar los grupos y acompañar a sus miembros. El documento califica la homosexualidad de “objetivamente desordenada” porque “predispone a la persona a los actos homosexuales”, los cuales “son moralmente malos”, pero “no se trata de un diagnóstico psicológico”, se justifica.

Courage aconseja a sus miembros que inviten a la pareja de sus hijos a casa en Navidad, pero solo si duermen en habitaciones separadas y siempre que acepten limitar «las demostraciones públicas de afecto» ante niños y jóvenes.

Entre los métodos utilizados están las llamadas Cinco metas, la primera de las cuales es “vivir vidas castas”, o los Doce Pasos de Courage, basados en los de Alcohólicos Anónimos. Por su parte, Transformados se asienta en “pilares” que aparecen descritos en un folleto que, según la asociación que lo ha denunciado, se entrega en las charlas que da en iglesias. Entre estas pautas a seguir está “pedir a Jesús conocerle”, leer la Biblia cada día, rezar el rosario o recibir los sacramentos para “no caer en las tentaciones”. Además, el tríptico recomienda dejar de lado “objetivos” entre los que incluye la “atracción sexual” y permitir que Jesús “vaya transformando tu vida”.

El manual de Courage incorpora consejos dirigidos a un objetivo: que quienes acuden a las reuniones se abstengan de practicar sexo y repriman su sexualidad. Así, les alerta de que “buscar la satisfacción a través de la masturbación, la pornografía a o la promiscuidad” pueden ser “un hábito o una compulsión” o les indica que cuando necesiten hablar “de alguna tentación o caída” deben hacerlo “con cuidado” sin dar detalles “que puedan provocar pensamientos impuros” en los demás y en ningún caso mencionando lugares, páginas web o aplicaciones. Además, rechazan el uso de la “terminología LGTBI” porque “les hace más propensos a adoptar las políticas del ‘activismo gay’”, aseguran.


Folleto con los «pilares» del apostolado ‘Transformados’.

También el apostolado forma grupos con familias y amigos de personas LGTBI para “fortalecer el vínculo con su ser querido y a la vez permanecer fieles en su fe”. Así, les piden que “acepten” a sus familiares, pero a lo largo del manual recomiendan, por ejemplo, que no acudan a bodas entre personas del mismo sexo para “evitar cooperar en las malas acciones de otras personas”. También les aconsejan que en fiestas como Navidad inviten a la pareja de sus hijos a casa, pero solo si duermen en habitaciones separadas –si no, les recomiendan decir que “hay un hotel cerca de aquí”– y siempre que acepten limitar “las demostraciones públicas de afecto”, sobre todo, ante niños y jóvenes.

Sanar las “heridas”

Si hay algo que diferencia a Transformados, el apostolado de Sanz , son los testimonios de hombres que aseguran haber hecho el camino que propone y han “dejado atrás una orientación sexual que no les hacía felices”, según publicitó la diócesis de Getafe el evento celebrado en marzo del año pasado en una parroquia de Ciempozuelos y que se titulaba “De la ‘vida gay’ a la vida en Cristo”. Muchos de estos testimonios comparten experiencias traumáticas vividas en el pasado y aseguran que estas “heridas” fueron “detonantes” de su homosexualidad, por ejemplo, abusos sexuales, violencia machista, padres ausentes, madres “narcisistas” o adicciones.

Está hecho para el que quiera dejarlo, es libre, lo que pasa es que no se plantean si quieren porque se les ha inoculado que han nacido así y que no van a salir

Marta Sanz

Algo que Sanz defiende al sostener que “la ciencia no avala” que pueda nacerse no heterosexual, sino que “está medido por factores ambientales y comportamentales”. “Los primeros años de vida son muy importantes en todos los seres humanos y todos tenemos heridas”, añade la psicóloga, que apunta a que su método está “dirigido a quienes quieran abandonar o dejar atrás este estilo de vida. ¿Que son felices y quieren seguir así? Vale. Pero si no, tienen opciones y caminos […] Está hecho para el que quiera dejarlo, es libre, lo que pasa es que no se plantean si quieren porque se les ha inoculado que han nacido así y que no van a salir”, sostiene.

Es este el mismo relato que siguen los testimonios que acuden a las charlas. Uno de ellos, que fue a Ciempozuelos, aseguró haber descubierto a través de conversaciones con médicos, psiquiatras y otros católicos “que lo que había provocado este sentimiento hacia las personas del mismo sexo fueron heridas y traumas”, así que decidió “dejar el ‘mundo gay’” y “ofrecerle” su castidad “a Dios”, algo que, afirmó entonces, “no es poca cosa después de tener un trastorno sexual”.


Dos de los carteles de charlas y encuentros celebrados en iglesias y parroquias por ‘Transformados’

Ese encuentro contó con la participación de Julián Lozano, exdelegado de Medios del Obispado de Getafe, uno de los curas de la llamada ‘fachosfera católica’ a los que apunta la denuncia. Entonces, el sacerdote habló de “sanar esa orientación, esa tendencia”, pero –puntualizó– “no hablamos de un término médico, sino espiritual y humano”.

Distanciarse de las ‘terapias de conversión’

Algo que comparten ambas iniciativas es que intentan distanciarse con sus discursos de las llamadas terapias de conversión, aquellas dirigidas a modificar la orientación sexual o identidad de género. Actualmente, en España están vetadas por la Ley Trans, que contempla multas de hasta 150.000 euros para quienes las lleven a cabo o promocionen. En ello se basa la denuncia interpuesta por la Asociación contra las Terapias de Conversión, impulsada por el abogado Saúl Castro, para el que Transformados “promociona, difunde, valida y promueve” estas prácticas con mensajes que “estigmatizan” a la comunidad LGTBI y “contribuye a perpetuar aversión y rechazo”. Castro pone también el foco en cómo su fórmula es propuesta como “única vía” para “compatibilizar fe y homosexualidad” y entiende que “es necesario reprimir” la sexualidad de los fieles que son homosexuales, algo “humillante y deshumanizante”.

Tras la denuncia han llegado las reacciones: Julián Lozano respondió en X asegurando que los testimonios que se compartieron en la parroquia de Ciempozuelos fueron “de conversión a la fe en Cristo” sin que “se hable para nada de ningún tipo de terapia”. Es la línea que sigue la web Religión en Libertad, a la que también señala Castro en su escrito y que califica de “bulo” lo contenido en él: Transformados, dice, organiza conferencias con personas que “vivieron una tendencia homosexual o transexual durante años y actualmente se han transformado por completo tras un encuentro con Cristo sin ningún tipo de terapia”.

En este sentido, Sanz diferencia en una de sus entrevistas lo que se hacía “antiguamente” a través de electroshock y tratamientos psiquiátricos “muy agresivos” de lo que proponen este tipo de métodos religiosos. “Hay mucha confusión”, dice añadiendo después que “están prohibiendo retornar a la normalidad”, refiriéndose al veto de las terapias en la Ley Trans. La psicóloga reconoce también que en España “hay varios lugares donde se puede acudir” para recibir “un acompañamiento, no hablamos de terapias de conversión, que puedan ayudarles a abandonar, si no quieren seguir ahí, porque han visto que esto les está llevando a la destrucción o no les hace felices”.

Diferente lenguaje, mismo objetivo

Los discursos de estos sectores actualmente rechazan hablar de terapias de conversión y, si lo hacen, es separando ambos términos y refiriéndose a que se trata de una “conversión religiosa o espiritual” o de una “terapia de castidad”, según defiende Courage en su manual. Este apostolado, que ha sido denunciado también por la asociación ante la Fiscalía Provincial de Toledo –una de las diócesis en las que se encuentra– remarca que las reuniones en grupo “no son de ninguna manera terapia psicológica” y “están muy lejos de cualquier intento de ‘reparar’ o ‘arreglar’ a la persona”.

Sin embargo, Saúl Castro explica que el concepto ‘terapias de conversión’ también incluye, según Naciones Unidas, “los enfoques religiosos”, como los que se plantean en estos métodos mientras que el Proyecto Global contra el Odio y el Extremismo (GPAHE, por sus siglas en inglés) ha calificado como tal a Courage y asegura que iniciativas de este tipo han surgido en los últimos años “bajo nuevos nombres y con nuevas justificaciones” para “continuar con su demonización de las personas LGTBI” a pesar de “que se ha demostrado que estas prácticas son extremadamente dañinas” y han sido desacreditadas por las principales organizaciones médicas del mundo.

Paralelamente, se ha ido dando “una reformulación del discurso” por parte de estas organizaciones para “adaptar sus mensajes” a las nuevas prohibiciones, según identificó un grupo de investigadores de varias universidades norteamericanas ya hace diez años. Entre sus estrategias se encuentra el cambio en el lenguaje, fundamentalmente usando palabras con connotaciones positivas “de autocuidado y superación personal” como “sanación”, “libertad”, “ayuda”, “acompañamiento” o “esperanza” así como una conceptualización de la homosexualidad “centrada en actos y deseos” y no como “parte de la identidad”. Elementos estos que comparten los dos apostolados que han saltado a los medios en las últimas semanas y que no han respondido a las preguntas formuladas por este medio sobre sus prácticas ni su concepción de la homosexualidad.

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