La milicia ha logrado nuevos avances territoriales en un país que ya sufría una de las peores crisis humanitarias del mundo
El aumento de los ataques del grupo rebelde M23 tensa las relaciones entre Ruanda y la República Democrática del Congo
En la noche del domingo y tras semanas de avances en la provincia de Kivu Norte, el grupo armado M23 y soldados ruandeses llegaron hasta el centro de Goma, en la República Democrática del Congo (RDC). El avance corre el riesgo de desencadenar una guerra más amplia entre Ruanda y RDC y ha intensificado la crisis humanitaria en la provincia.
¿Qué es el M23?
El Movimiento 23 de Marzo (M23) es uno de los más de 100 grupos armados que luchan contra las fuerzas congoleñas en el este de la RDC, donde abundan los minerales. Según la ONU, el M23 tiene a más de 8.000 militantes distribuidos por la provincia de Kivu Norte, que hace frontera con Ruanda y Uganda.
El nombre es una referencia al día de 2009 en el que el CNDP [las siglas del grupo rebelde tutsi Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo] y el gobierno de la RDC firmaron un acuerdo para ponerle fin a la revuelta liderada por los tutsis en el este del país.
¿Por qué lucha el M23 contra las fuerzas congoleñas?
El M23 fue creado en 2012 por antiguos militantes del CNDP que se rebelaron contra el gobierno congoleño. Lo acusaban de no implementar las cláusulas del acuerdo de 2009 que lo obligaban a integrar en el ejército a combatientes tutsis, proteger a las minorías y distribuir los recursos de manera equitativa.
El M23 sostiene que su objetivo es salvaguardar los intereses de los tutsis congoleños, entre otras minorías, y protegerlos de los grupos rebeldes hutus que huyeron a la RDC tras participar en el genocidio de 1994 contra los tutsis.
En 2012 el M23 logró avances territoriales significativos en el este de la RDC, entre los que se incluyó una breve toma de la ciudad de Goma. Diez días después se retiraron tras un acuerdo negociado por los países vecinos.
El M23 resurgió en 2022 con una ofensiva contra las fuerzas armadas de la RDC y los cascos azules de la ONU en Kivu Norte. El año pasado se hicieron con el control de Rubaya, una estratégica ciudad por sus minas de coltán. Según la ONU, el M23 está ingresando unos 800.000 dólares al mes por los impuestos a la producción y al comercio de coltán [766.000 euros].
El grupo rebelde logró en enero nuevos avances territoriales, haciéndose con el control de las ciudades de Katale, Masisi, Minova y Sake. Se suma ahora la ciudad de Goma.
¿Qué papel juega Ruanda?
Aunque Ruanda lo niega, la ONU, la RDC, Estados Unidos y otros países acusan al país vecino de apoyar al M23. Un grupo de expertos de la ONU publicó en un informe de 2022 que había “pruebas sólidas” de colaboración entre soldados ruandeses y el M23. En otro informe de julio de 2024, expertos de la ONU sostenían que en el este de la RDC había entre 3.000 y 4.000 soldados de las fuerzas gubernamentales ruandesas junto al M23.
¿Quién ayuda a las fuerzas congoleñas?
En la RDC hay unos 11.000 cascos azules, casi todos en el este, de la Misión de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (conocida como Monusco). También hay cascos azules de la Misión de la Comunidad para el Desarrollo de África Meridional en la RDC (conocida como SAMIDRC).
En otras ocasiones, el Gobierno de Estados Unidos y otros líderes africanos han mediado para conseguir un alto el fuego.
¿Cuál es el impacto humanitario?
Los enfrentamientos en el este de RDC han agravado los problemas de un país que tiene más de 6 millones de personas desplazadas y ya sufre una de las peores crisis humanitarias del mundo.
En las provincias orientales de Kivu Sur y Kivu Norte hay más de 4,6 millones ciudadanos congoleños desplazados. Solo en 2025, el conflicto del este de RDC ha provocado el desplazamiento forzoso de 400.000 personas.
Entre otras atrocidades, se han registrado numerosos casos de ejecuciones y violencia sexual en los últimos enfrentamientos.
Traducción de Francisco de Zárate