El recién premiado con el Gaudí a mejor actor secundario dedicó parte de su discurso a pedir a la ciudadanía que asistiera a la concentración para evitar el desahucio de la Casa Orsola en Barcelona
Enric Auquer, Tarta Relena o Eduard Fernández: el mundo de la cultura se une para evitar el desahucio de la Casa Orsola
El actor Enric Auquer (Verges, 1988) ha empezado este 2025 recogiendo un premio Gaudí a mejor actor secundario por su papel en La casa en flames. Cuando se subió al atril a recibir el galardón, dio un brevísimo discurso, basado en unos escuetos agradecimientos y, en seguida, se lanzó a hablar del desahucio de Josep Torrent, un profesor de 49, que será expulsado de su piso, en la Casa Orsola de Barcelona, este viernes 31 de enero. “Si no tenéis nada que hacer, es un plan guay”, aseveró.
Diversos actores y personajes de la cultura catalana se han sumado a mostrar su apoyo a este edificio, que se ha convertido en un símbolo de la lucha por el derecho a la vivienda en Barcelona. elDiario.es conversa con Auquer después de ese comentado discurso y pocos días antes de la fecha fijada para el desahucio.
Su discurso tras la recogida del premio fue muy comentado. ¿Por qué decidió dedicarlo a pedir a la gente que se personara para parar el desahucio de la Casa Orsola?
Si soy sincero, fue porque en mi entorno hay mucha militancia por el derecho a la vivienda. Y, hablando con amigos, me recomendaron decir algo sobre la Casa Orsola. Y me pareció buena idea. Lo hice, no tanto porque sea un caso excepcional, que lo es y se ha convertido en un símbolo, sino porque es algo que pasa todo el tiempo.
Estamos rodeados de inversores que compran bloques de edificios enteros para especular. Es un problema que atraviesa a todo mi entorno de amigos, que son hijos de la clase media-alta, privilegiados, todos con carreras universitarias. Y, aun así, siguen compartiendo piso. Tienen hijos compartiendo piso. No está mal compartir, si es una decisión. Lo que está mal es no poder independizarte y vivir solo en Barcelona.
¿Usted también nota esa precariedad?
La inestabilidad que da vivir en alquiler ya no solo afecta a los segmentos de población vulnerables, que sería un drama igualmente. Pero es que ya cualquier persona, incluso los funcionarios, padecen inseguridad estando de alquiler. Todo mi entorno, incluso yo mismo, cada vez que tenemos que volver a firmar la renovación del contrato, estamos cagados por las subidas de precio debidas a la especulación.
Hemos llegado a un punto de confrontación entre la idea de que puedes hacer lo que te dé la gana con la propiedad privada y el derecho a la vivienda. A habitar nuestras ciudades y barrios de manera orgánica y colectiva. De repente, nos hemos dado cuenta de que tenemos que luchar en un tablero rarísimo, contra un poder económico que no está nada regulado.
Es absurdo. Sobre todo porque se trata de una actividad que no genera absolutamente nada que no sea riqueza individual. No trae trabajo ni beneficios para la ciudad. Solo nos quita el derecho a vivir en los barrios en los que hemos nacido. A cambio de un turismo rápido que tampoco aporta nada. Especular así con un derecho fundamental como el de la vivienda es terrible. Nos queda militar y salir mucho a la calle todavía.
Usted usó el altavoz que tiene, igual que muchos compañeros suyos de profesión, para denunciar la crisis de la vivienda. ¿Por qué ahora?
No sé si es importante que gente como yo alce la voz. Pero sí sé que genera un impacto porque estoy en un sitio en el que me está viendo mucha gente. Ojalá sirva para que quienes estuvieran viendo los premios Gaudí se enteraran de este desahucio y tengan ganas de venir este jueves por la tarde [a la “maratón cultural” previa al desahucio] o el viernes por la mañana [cuando está programado el desalojo de Josep] para defender la Casa Orsola.
Ahora bien, no soy moralista. Que cada uno haga lo que crea y defienda lo que quiera. Yo defiendo esto porque me parece una buena causa, que va en favor de una mayoría y en contra de una minoría. Creo que un porcentaje elevadísimo de vecinos y vecinas de Barcelona quieren los pisos para vivir, mientras que son sólo unos pocos los que los usan para especular. Es una cuestión de escuchar a las mayorías, ¿no?.
Ya está bien de que tengamos que abandonar nuestras ciudades en silencio mientras se especula, ya no con la vivienda, sino con la identidad de nuestra vida cotidiana
¿Por qué está causa y no otra?
Creo que es una de las luchas con más sentido, de entre todas las que tienen sentido. Lo digo porque, aun partiendo de la base de que todos tenemos que defendernos entre todos, hay batallas que requieren más empatía porque te quedan más lejos, aunque igualmente se tengan librar. Pero es que esta no puede ser más cercana. Es que ya está bien de que tengamos que abandonar nuestras ciudades en silencio mientras se especula, ya no con la vivienda, sino con la identidad de nuestra vida cotidiana.
Es una lucha de clase y un problema totalmente injusto. Y me provoca un choque ideológico que los gobiernos y ayuntamientos de esta izquierda, liderados por el PSOE, no regulen nada ni hagan nada al respecto. Deberían hacerlo por pura dignidad y porque, cuanto más privilegio tienes, más responsable eres.
¿Ha hablado con el Sindicat de Llogateres después del impacto que ha tenido su discurso?
Sí, básicamente porque no tengo ganas de ocupar un espacio que no me toca. No soy un mega militante de este tema. Dije eso, pero hay gente que tiene mucha más legitimidad y mucha más lucha diaria a las espaldas. Sí es cierto que suscribo al 100% el discurso y el relato porque están haciendo una obra que está muy bien. Y que es una causa que merece la pena apoyar y que… ¡que arriba los corazones!.