El pueblo que lucha por un convento de un millón de euros en venta como ‘chalet pareado’: «No queremos que especulen»

El antiguo edificio de ‘Ca ses Monges’ del municipio mallorquín de Campanet ha sido ofertado por 945.000 euros. La oposición trata de convencer al alcalde para que negocie su adquisición y evite que el inmueble sea comprado por grandes inversores

El negocio de las capillas en fincas señoriales: de las bodas familiares a la especulación inmobiliaria

Ante el abandono paulatino al que se ha visto abocado en los últimos años el patrimonio religioso, los conventos y monasterios en desuso se han convertido en un goloso pastel para los grandes inversores y los intereses de capital extranjero. Algunos portales inmobiliarios se dedican, incluso, de forma específica a la venta de este tipo de edificaciones, convertidas hoy en un caramelo para aquellos que quieren sacar el máximo provecho al espacio que ocupan y rentabilizarlas con su conversión en hoteles u otro tipo de negocios. En las últimas semanas, un nuevo convento se ha incorporado a la lista de inmuebles históricos en venta: Ca ses Monges, en el municipio mallorquín de Campanet, ofertado por 945.000 euros y anunciado en internet como un “chalet pareado con grandes posibilidades”.

Con características propias de la arquitectura popular, el edificio fue inaugurado en 1877 por las Monjas Agustinas, que se habían establecido en el pueblo tres años antes. Entre 1921 y 1923 fue levantada una capilla de carácter neogótico que permanece intacta en la actualidad y que, tal como señalan a elDiario.es fuentes próximas a la operación, ha despertado el interés de posibles compradores locales y extranjeros. Sin embargo, la incertidumbre se cierne sobre este histórico inmueble, que se encuentra a la venta en Idealista por cerca de un millón de euros. El anuncio lo publicita como una “casa en pleno centro” de 1.043 m2, en cuatro plantas, con un patio de 275 m2 y construida sobre un solar de 589 m2. La publicación especifica que dispone de una capilla con techos abovedados y cuenta con orientación sur con vistas a las montañas.


El edificio fue inaugurado en 1877 por las Monjas Agustinas, establecidas en el pueblo tres años antes

El anuncio de la venta ha levantado la polvareda dentro y fuera de este municipio de cerca de 3.000 habitantes a tenor del destino al que en los últimos años se han visto abocados estos inmuebles, reconvertidos, principalmente, en exclusivos y lujosos alojamientos turísticos, a pesar de que muchos de ellos se encuentran incluidos en los catálogos municipales de patrimonio o han sido declarados Bien de Interés Cultural (BIC), grado máximo de protección. Un reconocimiento que conlleva restricciones a su reforma y cambio de actividad, pero que no ha impedido su transformación.

Moción para que el inmueble sea de uso público 

Para evitar que el inmueble caiga en manos extranjeras o grandes inversores privados, la formación municipal Mou Campanet presentó una moción, aprobada en pleno, con el objetivo de que el Ajuntament de la localidad establezca las conversaciones y negociaciones necesarias para que el conjunto del convento, ubicado en la céntrica plaza del Rector Tamorer, pueda ser de propiedad municipal. Este primer punto de la moción salió adelante con los votos a favor de Mou, PSIB–PSOE y PP y en contra de Més –formación que gobierna el pueblo y que apunta a la falta de presupuesto para llevar a cabo la operación–, mientras que el segundo apartado de la iniciativa, dirigido a instar al Consell de Mallorca y al Govern balear a que habiliten partidas económicas para que los ayuntamientos con menos recursos económicos de la isla puedan acceder a la compra de edificios históricos, fue aprobado por unanimidad.


Entrada de acceso al antiguo convento

“La propuesta surgió cuando vimos en un portal inmobiliario por internet que el convento de la localidad se encuentra a la venta”, señala Joan Tomeu Pons, regidor de Mou Campanet. En declaraciones a elDiario.es, Pons recuerda que las Monjas Agustinas se marcharon del edificio en 2019, tras 145 años presentes en el municipio y, desde ese momento, el inmueble se encuentra vacío. “Somos conscientes de que la adquisición del edificio por parte del Consistorio supondría destinar un fondo económico considerable y que el Ajuntament no tiene los recursos económicos para poder comprarlo, pero por lo menos que negocie y veamos si se puede llegar a un acuerdo”, abunda.  

La agrupación electoral, tal como apunta Pons, quiere evitar que el convento “caiga en manos de extranjeros, como ocurre con la mayoría de casas señoriales de pueblos y ciudades”. Un vistazo a los portales inmobiliarios online dedicados a las transacciones a golpe de talonario –inasumible para la mayoría de residentes locales– permite corroborar las palabras del regidor. La empresa First Mallorca vende por 6,1 millones de euros “una de las últimas casa señoriales de Palma”, que, con 11 habitaciones y 935 metros cuadrados construidos, ofrece “fabulosas vistas a Palma y el mar”. En los últimos años, numerosas edificaciones que gozaron de máximo esplendor en siglos anteriores para el disfrute de la nobleza mallorquina han acabado en manos de grandes inversores que las destinan a la comercialización turística.


Una de las fachadas de ‘Ca ses Monges’ de Campanet


El antiguo convento de las Monjas Agustinas, al fondo

“Al igual que las monjas dieron un servicio a la comunidad de Campanet, ya fuese mediante la escuela, en asuntos religiosos o a través de la ayuda sanitaria cuando todavía no había médicos en todos los pueblos, creemos que el convento debe seguir prestando un servicio para la ciudadanía”, destaca Pons, quien subraya que también “existe una parte sentimental hacia el convento”.

El alcalde: “No tenemos dinero para comprarlo”

Por su parte, el alcalde de Campanet, Guillem Rosselló, explica que ya se ha puesto en contacto con el responsable inmobiliario de la venta con el objetivo de abordar el asunto. El primer edil asevera a este medio que no está en contra de que el edificio sea de uso público, aunque justifica sus discrepancias con la compra municipal del inmueble en el elevado precio que supondría: 945.000 euros por la compra, sumados a la reforma que requeriría al tratarse de un edificio público y cuyo coste calcula entre un millón y 1,5 millones de euros. Una cantidad que sacrificaría la mayor parte del presupuesto con el que cuenta el Ayuntamiento, cifrado en tres millones de euros. “Quiero ver qué condiciones de venta exponen desde la inmobiliaria y después iré a ver a las instituciones para saber si se puede obtener alguna subvención o de qué forma se podría articular la adquisición”, confirma a elDiario.es.

El alcalde de Campanet, Guillem Rosselló, aclara que no está en contra de que el edificio sea de uso público, aunque justifica sus discrepancias con la compra municipal del inmueble ante el elevado precio que supondría: 945.000 euros por la compra, sumados a la reforma que requeriría al tratarse de un edificio público y cuyo coste calcula entre un millón y 1,5 millones de euros

En este sentido, indica que acudirá al Govern y al Consell con un proyecto ya acotado en el que se explique a qué destinaría el convento el municipio. “Por la experiencia que tengo, si vas a comprar un edificio, lo primero que te preguntan es a qué lo dedicarás. Y esto todavía no se ha decidido”, admite.


Guillem Rosselló, alcalde de Campanet

Mientras tanto, fuentes de la inmobiliaria que ha puesto a la venta el inmueble precisan que, hasta el momento, ha habido varios interesados en su adquisición, tanto locales como extranjeros, dadas las “particularidades” de la edificación, en alusión a la capilla neogótica del convento. Construida en una sola nave de tres tramos, está cubierta con bóveda de crucería y con ventanas ciegas a cada lado de tramo. En la pared de la entrada, además, hay un pequeño corazón y, sobre el mismo, un rosetón. Las mismas fuentes apostillan que el edificio está señalado en el anuncio como chalet pareado dadas las limitadas categorías que ofrece el portal inmobiliario a la hora de especificar qué tipo de inmueble se quiere poner a la venta.

En Mallorca, varios municipios han decidido apostar por dar una nueva oportunidad a sus antiguos conventos, como en el caso de Santa Margalida, cuyo Ajuntament adquirió recientemente su Ca Ses Monges por un total de 400.000 euros y prevé convocar un concurso de ideas para determinar su futuro uso. Del mismo modo, a finales de 2024, el Consistorio de Calvià formalizó la compra, por un valor de 544.000 euros, del edificio de las Hermanas Franciscanas de Es Capdellà con el objetivo de rehabilitarlo y convertirlo en un espacio público destinado principalmente para jóvenes. Con tres alturas y 655 metros cuadrados construidos, la edificación cuenta desde 2012 con la consideración de Bien Arquitectónico. En Son Macià, sus vecinos se han movilizado para que el antiguo convento de las Monjas de la Caridad continúe en manos de este núcleo de 800 habitantes.

En Mallorca, varios municipios como Santa Margalida y Calvià han adquirido sus antiguos conventos para rehabilitarlos y convertirlo en espacios públicos. En Son Macià, sus vecinos se han movilizado para que el inmueble de las Monjas de la Caridad continúe en manos de este núcleo de 800 habitantes


Vistas de Campanet, con la Serra de Tramuntana al fondo

Pisos de lujo sobre un convento derribado

Por el contrario, en Portocolom, al noroeste de la isla, hasta hace unas semanas se ubicaba otro convento con más de cien años de historia. El templo fue vendido hace dos años y las excavadoras ya han iniciado su demolición para edificar viviendas de lujo, lo que ha despertado la indignación de vecinos y entidades conservacionistas. La licencia de derribo recayó en manos de la filial española de Taylor Wimpey, que, como se anuncia en su web, se dedica a la promoción inmobiliaria “en zonas privilegiadas como las Illes Balears, la Costa Blanca y la Costa del Sol, construyendo urbanizaciones de manera sostenible y respetuosa, tanto con el medio ambiente como con el entorno y las comunidades locales”.

La controversia en torno a la nueva promoción inmobiliaria va incluso más allá, dado que amenaza con afectar una de las cámaras de la Cova des Coll –considerada la cueva subacuática más extensa de España–, con el riesgo de colapso que supondría tanto para la nueva edificación como para la propia estructura natural.

En la actualidad, inmobiliarias como Lançois Doval se han lanzado a intermediar en la compraventa de conventos y monasterios, que, tal como señalan en su web, están viviendo en las últimas décadas “una nueva edad dorada”. “Este tipo de propiedades singulares se han convertido en las mejores elecciones para empresas o particulares que desean iniciar proyectos turísticos ‘de autor’”, publicitan. Y aseveran: “Apostar por este tipo de espacios permite a los nuevos propietarios formar parte de la historia y dar una segunda vida a estos edificios”, a pesar de que este tipo de reconversiones han acabado en realidad expulsando a los residentes locales, que, incapaces de hacer frente a los desorbitados precios, han acabado reemplazados por extranjeros de elevado poder adquisitivo, mientras grandes grupos inversores buscan sacar el máximo rendimiento a sus operaciones.

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