El PP regala un palacete al PNV

La derecha española sigue teniendo un tic, o más bien un TOC, con el franquismo. En cuanto alguna medida política tiene cualquier relación con la dictadura, al PP le sale el piloto automático y se opone, vota en contra, hace chistes, dice tonterías, insulta, enseña la patita

La noticia es que el Partido Popular va a votar a favor de que “de conformidad con los principios inspiradores de la legislación sobre Memoria Democrática y sobre restitución de bienes incautados a Partidos Políticos (…) la propiedad del inmueble sito en París, Avenue Marceau, número 11, quedará atribuida al EAJ-PNV en atención a la vinculación histórica del edificio con este partido”. Por si alguien se despista con la prosa opaca del BOE, traduzco al castellano: el PP va a votar a favor de que el PNV recupere la propiedad de un edificio en París incautado por la dictadura franquista. Gol en las Gaunas.

Espera, que al fondo a la derecha veo a algunos con cara de no enterarse. Lo traduzco al esPPañol, a ver si se entiende mejor: el PP votará a favor de que el PNV se convierta en “partido aprovechategui”, “se aproveche de la debilidad de Sánchez”, “chantajee al gobierno” y “haga caja con un pelotazo inmobiliario”. “Aitor Esteban quería un palacete en París, y Sánchez se lo va a dar” con los votos a favor del PP. Gol en las Gaunas.

Está mal reírse cuando alguien se cae de culo, pero es que el patinazo del PP con su jugada parlamentaria de “ahora me opongo”, “ahora voto a favor”, da mucha risa. Y por eso hay que devolvérsela con su misma demagogia barata. Hace una semana era un escándalo “regalar un palacete al PNV”, y motivo suficiente para rechazar junto a Vox y Junts el decreto ómnibus; y esta semana el mismo “palacete” ya importa menos y van a votar “en conciencia” porque total, su voto afirmativo “no alterará el resultado para ninguna de las decisiones con las que no estamos de acuerdo”. Y además, votarán a favor para no hacer lo que “el señor Sánchez esperaba y deseaba que hiciésemos”, que como argumento político tiene guasa.

Al margen de la Yenka del PP, el episodio del “palacete” deja claras dos cosas: la primera es que la derecha española sigue teniendo un tic, o más bien un TOC, con el franquismo. En cuanto alguna medida política tiene cualquier relación con la dictadura, al PP le sale el piloto automático y se opone, vota en contra, hace chistes, dice tonterías, insulta, enseña la patita. No falla, da lo mismo que sea una ley de la memoria, una declaración del Congreso, sacar a Franco del Valle, organizar una conmemoración, poner una placa en Sol o, como ahora, devolver un bien usurpado por el franquismo con la colaboración de la Gestapo nazi. Sea lo que sea, al PP le salta siempre el mismo muelle. Aunque a veces, como ahora, acabe rectificando.

La segunda es que la devolución del edificio a su legítimo propietario nos recuerda que a estas alturas todavía quedan bienes saqueados por los vencedores de la guerra civil que no han sido restituidos. Mientras celebramos cincuenta años sin Franco, el franquismo sigue vivo en lo que tiene que ver con la represión económica. Que se lo digan a los muchos particulares que fueron igualmente expoliados y no han obtenido la compensación que sí tienen (con toda justicia) los partidos, como recuerda la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica. Que no se nos olvide mientras nos reímos del último patinazo de la derecha.

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