El alcalde Jaume Collboni y la entidad Hàbitat 3 explicarán los términos de la adquisición, hecha a través de una «fórmula social colaborativa»
El Ayuntamiento de Barcelona y la entidad Hábitat 3 han llegado a un acuerdo para comprar la Casa Orsola, la finca que en las últimas semanas se ha convertido en emblema de la crisis de los alquileres en la capital catalana. El alcalde Jaume Collboni explicará los detalles de la adquisición este viernes a las 11.00 horas.
En medio del Eixample y con 27 pisos habitados, los inquilinos de este inmueble empezaron una lucha para evitar su desalojo cuando lo adquirió el fondo Lioness Investments para extinguir los contratos vigentes y convertirlos en alquileres de temporada. La lucha vecinal, de la mano del Sindicato de Inquilinas, permitió evitar desahucios como el de Josep Torrent, profesor de 49 años, hace dos semanas.
A la espera de más detalles, el Ayuntamiento ha anunciado que la compra es “a través de una fórmula social colaborativa”. A la comparecencia de este viernes asistirán también la presidenta de Hàbitat 3, Carme Trilla, y el síndic de Greuges de Barcelona, David Bondia, que abrió una mediación entre las partes. La ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, lo ha celebrado como una victoria “del derecho a la vivienda y el derecho a la ciudad”. “Celebro la decisión del alcalde de adquirir la Casa Orsola, resultado de las movilizaciones sociales, la mediación, el diálogo y el compromiso político”, ha escrito en X.
Símbolo de la lucha contra la gentrificación
Esta finca, tras más de cuatro años de conflicto, se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la gentrificación y el alquiler de temporada. Todo se remonta a 2021, cuando Lioness Inversiones compró la finca. Entonces había 27 pisos habitados; de ellos, unos pocos tenían contratos indefinidos y al resto, se les vencería en pocos años.
Un año después del cambio de titularidad, y tras varias concentraciones, intentos fallidos de negociación y una también fracasada mediación del Ayuntamiento, cinco de los vecinos de la Casa Orsola están fuera de contrato. La propiedad interpuso demandas contra ellos para poder llevar a cabo un desahucio y, hasta ahora, había dos vecinos a los que ya se había aprobado el desalojo. El primero de ellos en tener una fecha fijada fue Josep —aplazada en diferentes ocasiones, la última hasta el 18 de febrero— y la ciudad se ha volcado para ayudarle en estos meses. Uno de los lemas más repetidos ha sido: “Hoy es Josep, pero mañana puedes ser tú”.
La Casa Orsola, en pleno corazón del Eixample, es la muestra de que la crisis habitacional ha llegado a los barrios de clase media-alta. Está en uno de los barrios más gentrificados de Barcelona, sobre todo desde que se finalizó la pacificación de la calle Consell de Cent. Desde ese momento, el barrio -tal como cuentan los mismos vecinos- empezó a perder comercios y habitantes de toda la vida, que se vieron sustituidos por expats, alquileres de temporada y locales de brunch.
Esos nuevos vecinos han llegado a la Casa Orsola. Aunque la propiedad niegue que su intención sea convertir la finca en un edificio de alquileres de temporada, lo sucedido hasta la fecha le contradice. Las viviendas que se han quedado vacías han sido reformadas y ocupadas por jóvenes extranjeros que pagan más de 2.000 euros al mes. Eso mientras vecinos como Josep pagaban entre 600 y 800.