El presidente del Gobierno clausura el acto del Ministerio de Igualdad para conmemorar los veinte años de la ley aprobada en la legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero y pide acabar «con el silencio de los hombres»
180 recursos de inconstitucionalidad y una discusión sobre el nombre: la ley de violencia de género cumple dos décadas
Maite. Estrella. Elena. Ana Mercedes. Anna. Rhimo. Liliana Rocío. Elisabeth. Laura. Isabel. Concepción. Guacimara. Josefa. Son 13 de una enorme y oscura lista: la de mujeres asesinadas por sus parejas y exparejas desde 2003, el año en el que empezó el registro oficial de víctimas mortales de la violencia machista. Sus nombres se han proyectado este lunes en la pantalla del auditorio del Museo Nacional Reina Sofía durante el acto institucional de conmemoración de los 20 años de la Ley Integral contra la Violencia de Género, un evento previsto para noviembre de 2024 pero que se pospuso por la DANA en Valencia. Aunque los nombres que discurrían en la pantalla eran los de las víctimas mortales, la cantautora y activista Lourdes Pastor, que ponía músca al momento, recordó que la conmemoración era para todas las mujeres que han sufrido y sufren violencia machista, “para las que están hospitalizadas, para las que están tomando antidepresivos, para las que que están en sus casas y no saben cómo salir de ahí”.
El acto, organizado por el Ministerio de Igualdad, buscaba ser una conmemoración de una norma pionera en Europa, un punto de inflexión en la manera en la que se entendía y atendía la violencia de género, pero también un reconocimiento a las víctimas, y a las personas, de la política y de asociaciones feministas, que hicieron posible la ley y que la pusieron en marcha. En el acto, con presencia de varias ministras y ministros y de extitulares socialistas de carteras, no contó sin embargo con ningún representante del socio de Gobierno, Sumar, ni del anterior equipo del Ministerio de Igualdad, liderado por Irene Montero y que, entre otras normas, sacó adelante la renovación del Pacto de Estado Contra la Violencia de Género.
“No siempre llegamos a tiempo”
En la clausura del acto, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, empezaba su discurso mencionando a Lina Catalina, la mujer de 48 años que este domingo era asesinada por su pareja, de la que quería separarse y contra la que había interpuesto varias denuncias. “No siempre llegamos a tiempo”, reconocía Sánchez, que recordaba en su discurso a Ana Orantes. El asesinato de la mujer cometido por su exmarido después de que ella apareciera en un programa de televisión relatando la violencia que sufría, sirvió como catalizador final para aprobar la ley. “Una ley que ha salvado muchas vidas. Muchas mujeres hoy pueden abrazar a sus amigas y amigos, a sus familiares, y pueden ver crecer a sus hijos porque siguen vivas. Esa ley lo cambió todo”, aseguraba el presidente, que agradecía a José Luis Rodríguez Zapatero, uno de los protagonistas del acto, y también al movimiento feminista y a las diputadas y diputados su trabajo y su compromiso.
Sánchez reconocía una ley que “hizo historia” no solo en nuestro país y que permitió “la respuesta que hoy damos a las mujeres que rompen el silencio cuando están para preparadas para hacerlo”. No obstante, el presidente señaló otro silencio, el masculino: “Si hay un silencio que hoy debemos romper es el de los hombres, en el machismo cotidiano y en las reaciones más extremas. En todas partes este silencio debe terminar, es un silencio atronador”. Sánchez hizo referencia al caso de Gisèle Pelicot para aludir a esa complicidad masculina: “¿Cuántos hombres supieron y callaron?”.
Pero el presidente fue duro con el sistema judicial, al recordar los cambios en el Derecho que supuso la norma y que “no vendría mal que algunos operadores de la justicia repasaran”. “Hay interrogatorios que no despejan dudas, las aumentan, interrogatorios que no mitigan el dolor, lo aumentan; no permitamos que la falta de empatía haga que una mujer se pregunte si denuncia o no”, afirmaba, en una clara referencia al interrogatorio del juez Carretero a Elsa Mouliáa. Pero también cargó contra la extrema derecha y las voces que, aseguró, buscan “infundir miedo” con, por ejemplo, su discurso sobre las denuncias falsas; unas voces, prosiguió, que después “inundan los teléfonos de nuestros hijos” y promueven una idea de “masculinidad tóxica”.
“No están solos, forman parte de un movimiento internacional más amplio que no duda en sacar la motosierra con los derechos de las mujeres. Ahí se olvidan del liberalismo para aplicar el peor de los intervencionismos, el que impide a las mujeres decidir sobre su propio cuerpo”, señalaba Pedro Sánchez, que aseguraba que la ampliación y renovación del Pacto de Estado, con 400 nuevas medidas, es una prioridad para el Gobierno.
También lo subrayó la ministra de Igualdad, Ana Redondo: “Vamos a pelear el consenso para intentar sacar adelante la renovación del Pacto de Estado, no podemos dejar de avanzar. En este momento histórico estamos obligados a renovar ese contrato social. Quiero creer en todos los grupos políticos salvo en el que niega el problema, pero quiero creer que la fuerza de la mayoría puede superar ese negaconismo”.
Zapatero, que durante la campaña electoral de 2004 se comprometió a que, de llegar al Gobierno, la primera ley que aprobaría sería la norma integral contra la violencia de género. “Veinte años después siento emoción y reconocimiento, un país que se respeta a sí mismo respeta el trabajo de mujeres y hombres que han rectificado la Historia, como esta ley”, decía el expresidente, que también agradecía el impulso y trabajo de las organizaciones feministas y de quienes trabajaron desde la política y el activismo. “Queremos mantener el espíritu de la sociedad unánime, del lado de la igualdad. Tenemos el riesgo de que haya una especie de cansancio de los valores, y cuando las sociedades caen en eso vuelven al abismo, por eso hay que insistir en la pedagogía. El feminismo, eas propuesta valorasa, hace mejor a los hombres”, aseguraba.