Jorge Vilda reconoce que abordó al hermano de Jenni Hermoso para “normalizar la situación” tras el beso de Rubiales

El exseleccionador, que se enfrenta a una pena de un año de cárcel, niega que le advirtiera de posibles consecuencias profesionales y personales si no accedía a sus pretensiones de que la jugadora saliera públicamente a restar importancia al beso

Rubiales dice al juez que está “totalmente seguro” de que Jenni Hermoso le dio su consentimiento

El exseleccionador femenino de fútbol Jorge Vilda, que se enfrenta a una pena de un año de cárcel por un delito de coacciones, ha reconocido que durante el vuelo de vuelta de Sidney tras la final del Mundial abordó al hermano de Jenni Hermoso con el objetivo de “normalizar la situación” generada tras el beso que Luis Rubiales había impuesto en la boca a la jugadora durante la entrega de medallas del Mundial femenino.

Vilda ha explicado que se acercó al familiar para pedirle buscar una “fórmula” —que ella saliera a hablar o hacer “algún tipo de comunicación”— porque estaba preocupado por lo que podía “producir” en la futbolista la “carga mediática” generada por el beso. Ha negado que le advirtiera de posibles “consecuencias profesionales y personales” si no accedía a sus pretensiones, tal y como Rafael Hermoso dijo al juez. “Es falso”, ha dicho Vilda, que fue destituido tras el escándalo.

El exseleccionador ha comparecido como acusado en juicio contra el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y su círculo de confianza por presuntos delitos de agresión sexual y coacciones. Durante el interrogatorio, ha tratado de confrontar la versión del hermano de la jugadora, que aseguró que Vilda le presionó para que convenciera a la jugadora para que saliera públicamente a restar importancia al beso que le había propinado el entonces presidente federativo.

Vilda ha reconocido ante el juez que sí habló con el hermano, aunque ha negado las coacciones. Ha asegurado, además, que lo hizo por iniciativa propia y en ningún caso a las órdenes de Rubiales. “En ningún caso le hablé de Rubiales o pensé en Rubiales”, ha aseverado. Además, ha afirmado que en en el avión sí vio a la jugadora mirando el móvil y con la cara “un poco cruzada”, pero no vio “oportuno” hablar con ella. “No lo vi oportuno”, ha dicho antes de reconocer que “igual tendría que haber preguntado cómo estaba”.

Respecto al beso, ha mantenido que no lo vio, aunque sí escuchó “algún comentario” duarante la celebración en el estadio, si bien era algo a lo que “nadie le estaba dando la mayor importancia”. Además, ha reiterado que él estaba preocupado por el estado de salud de su hija, aquejada de una apendicitis.

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