El ala socialista del Gobierno analiza cómo resolver la crisis mientras Sánchez esquiva en el Congreso el choque en la coalición y reivindica la subida frente al modelo del PP: «Si tenemos este debate es porque lo hemos subido un 61%»
Sumar y los socios del Gobierno se enfrentan a Hacienda con el apoyo del PP para mantener el salario mínimo sin IRPF
El Gobierno ha cometido esta semana uno de los pecados capitales de la política: convertir una buena noticia en un problema. No se recuerda que nunca antes la subida del Salario Mínimo Interprofesional, que el Ejecutivo de Pedro Sánchez lleva por bandera tras revolucionarlo en seis años con un 61% de incremento, supusiera un desgaste ante la opinión pública. Hasta que este martes Hacienda informó de que, a la subida anunciada por Trabajo, habría que practicarle por primera vez la retención del IRPF y se montara un auténtico incendio en la coalición.
En realidad, aproximadamente un tercio de los perceptores pasaría a pagar el impuesto de la renta sin poder deducírselo, básicamente solteros sin hijos, pero el fuego se había desatado también por la forma en que se gestionó el asunto, con una filtración a solo unos minutos de la rueda de prensa posterior a un Consejo de Ministros en el que no se trató el tema. Así que, constatado el estruendoso fracaso comunicativo de una medida que rechazan la práctica totalidad de grupos parlamentarios, el debate sobre la idoneidad o no de seguir adelante ya no se da con Sumar o con el resto de aliados, sino en el seno del propio Partido Socialista.
Son varias las voces de peso en el PSOE que piensan que, por más que existan razones técnicas para fundamentar que los receptores del salario mínimo tributen por su renta, la batalla política está perdida y resulta imposible remontarla. Y por eso animan a que el Gobierno busque las fórmulas necesarias para rectificar más pronto que tarde.
“Hacienda lleva razón, pero ya es muy difícil explicarlo y este debate nos destroza a la izquierda. La pedagogía habría que haberla hecho antes y no ahora, con todos los partidos del Congreso y la opinión pública en contra. De una forma u otra nos lo vamos a tener que comer”, razonaba una dirigente socialista tras el pleno del Congreso de este miércoles.
Con María Jesús Montero fuera de combate por enfermedad, la voz de Moncloa tras el choque público del martes fue la del propio presidente del Gobierno, que en la sesión de control intentó llevar a práctica el plan original de poner el foco exclusivamente en el aumento del poder adquisitivo que los trabajadores percibirán en sus nóminas por la subida.
“¿Sabe por qué tenemos este debate? Porque lo hemos subido el 61% en estos siete años”, le dijo a Feijóo Pedro Sánchez, que tiró de ironía con la oposición para sortear el fuego interno. “Ahora entiendo por qué congelaron ustedes el SMI, para que no tuviera retención en el IRPF. Mucho mejor vivir con 735 euros al mes sin tributar que con 1.184 al mes pagando IRPF”, le dijo.
El presidente afeó, además, que la postura tradicional del PP con la subida del Salario Mínimo haya sido la de posicionarse en contra. “Lo hemos subido un 61% con ustedes siempre en contra. Y hemos logrado cosas importantes con el SMI: hemos reducido la desigualdad en un país con mucha desigualdad; hemos reducido la brecha entre trabajadores y trabajadoras, porque el 60% de las beneficiarias del SMI son mujeres trabajadoras. Y hemos hecho una cosa muy relevante, hemos desmontado todos los dogmas neoliberales que implementaron durante la crisis diciendo aquello de que no se subía el SMI para poder crear empleo. Pues hemos subido el 60% SMI y tenemos 22 millones de ocupados”.
Desde el Ministerio de Hacienda y desde el equipo del presidente en la Moncloa niegan que el Ejecutivo esté trabajando ya en una rectificación a María Jesús Montero, aunque en ninguno de los dos departamentos se atreven a cerrar la puerta a que eso pueda ocurrir a corto o medio plazo si el presidente da órdenes en ese sentido. Principalmente, porque el incendio político de las últimas 48 horas podría ir a más en el Congreso de los Diputados, donde Sumar, Podemos, ERC, BNG y el PP ya han registrado iniciativas para tumbar el IRPF en el Salario Mínimo que cuentan con respaldo de sobra para salir adelante. Algo que, en caso de producirse, dejaría una foto muy delicada para Sánchez y para la parte socialista del Ejecutivo.
Aún así, el ministro de Transformación Digital, que es uno de los hombres de mayor confianza de Pedro Sánchez, echó balones fuera este miércoles a preguntas de la prensa sobre una posible rectificación. “Los acuerdos están alcanzados y el Gobierno ha tomado las decisiones”, se limitó a responder.
Aunque nadie a estas alturas tiene expectativas de que pueda calar, en Moncloa se afanan por trasladar el mensaje de que “resulta oportuno” que “algunos” perceptores del SMI paguen IRPF. “El Gobierno ha subido un 61% el SMI entre 2018 y 2025, y planea seguir haciéndolo. Lo normal es que, en ese proceso, más receptores del SMI vayan superando el mínimo exento del IRPF. Que ocurra será buena señal: significará que cada vez más trabajadores tienen un mejor salario”, apuntan fuentes del Gobierno.
Sumar cree que será el PSOE quien acuse el desgaste si no rectifica
Si el martes la decisión Hacienda causó un sonoro cabreo en las filas de Sumar, los de Yolanda Díaz respiraban tranquilos un día después con la seguridad de que, de momento, han ganado la batalla del relato y que es el Partido Socialista quien acusará el desgaste de decirle a los perceptores del salario mínimo que tendrán que tributar por primera vez. La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, se sentó al lado de Pedro Sánchez en la sesión de control, ante la ausencia de María Jesús Montero por una gripe, y ambos charlaron en buen tono: la ministra de Trabajo le mostró el libro que estaba leyendo, La utopía de las normas, del anarquista David Graeber. Al salir, en declaraciones a los medios, sintetizó: “En Sumar siempre hemos defendido lo mismo”.
Diferentes voces de la coalición coinciden en que una medida como esta, que se planteó como uno de los grandes objetivos del Gobierno para 2025, puede tener un coste social que, tal y como se ha gestionado, recaerá sobre el ala socialista del Gobierno. “Nosotros hemos hecho lo que teníamos que hacer, que es subir el salario mínimo”, resumen en la coalición de Díaz. Y por eso esperan que sea el propio PSOE el que acabe rectificando.
La vicepresidenta dejó claro el martes en la rueda de prensa del Consejo de Ministros que respeta las competencias del Ministerio de Hacienda, pero eso no quiere decir que su coalición vaya a quedarse de brazos cruzados. La vicepresidenta segunda dejará que sea el grupo parlamentario el que dé la batalla desde el Congreso, donde ya ha registrado una proposición de ley para volver a subir el mínimo exento hasta la línea del nuevo salario mínimo.
Esa proposición, a la que tuvo acceso este diario, incluye dos modificaciones para “mitigar el impacto fiscal” a los trabajadores con menores ingresos. Por un lado, se establece “una reducción en el rendimiento neto del trabajo para los contribuyentes cuyos ingresos sean iguales o inferiores al SMI o que no superen en más de 5.000 euros dicho umbral”. Esta reducción, sostiene la exposición de motivos, “permite ajustar la carga tributaria de manera progresiva y equitativa”.
Por otro lado, modifica el reglamento del IRPF para garantizar “que la aplicación del beneficio se refleje directamente en las nóminas de los trabajadores afectados”. “Estas modificaciones aseguran que el incremento del SMI no implique una mayor presión fiscal sobre quienes cuentan con menor capacidad económica, reforzando la progresividad del sistema tributario”, explica el texto.
En el grupo parlamentario creen que este texto puede salir adelante con facilidad gracias a los votos del PP, que también presentó su propia proposición el martes en este sentido, aunque lo hizo a través de dos iniciativas en el Congreso y en el Senado que contienen más medidas.
Sumar cuenta además a priori con el respaldo de los principales socios de investidura en su intención de volver a eximir de este impuesto al SMI, lo que les da más confianza en su presión a los socialistas para que terminen rectificando. Podemos presentó su propio proposición de ley el martes en este sentido y otros grupos como ERC, EH Bildu o BNG salieron a criticar la decisión de Hacienda.