El día en que colapsó la legislatura

‘Política para supervivientes’ es una carta semanal de Iñigo Sáenz de Ugarte exclusiva para socios y socias de elDiario.es con historias sobre política nacional. Si tú también lo quieres leer y recibir cada domingo en tu buzón, hazte socio, hazte socia de elDiario.es

Los ministros socialistas afirman que Pedro Sánchez hizo el jueves lo que tenía que hacer al exigir la dimisión inmediata de todos sus cargos a Santos Cerdán. El propio Sánchez lo destacó al señalar que no existe la “corrupción cero”, pero sí la “tolerancia cero” ante cualquier indicio serio de corrupción. Lo que pasa es que lo dicen con tal cara de funeral, como si se les hubiera muerto toda la familia, que está claro que esas razones, más bien excusas, no sirven de nada. El PSOE de Sánchez se encuentra sumido en la crisis más grave desde que llegó a Moncloa en 2018 y lo más dramático es que no tiene muy claro qué puede hacer ahora para levantar su imagen. Hasta lo de ‘no habrá elecciones hasta 2027’ suena a una quimera en estos momentos, una canción del pasado verano que ya no baila nadie.

Pedir perdón está muy bien, es casi obligado tras conocerse el informe de la UCO, pero ¿sabes una cosa? Mariano Rajoy hizo lo mismo y varias veces. No es que le fuera muy útil para salvar su reputación. El PSOE no consideró entonces que eso fuera suficiente. “Pido disculpas en nombre del Partido Popular por haber situado en puestos de los que no eran dignos a quienes en apariencia han abusado de ellos”, dijo Rajoy en el Senado en 2014. “La corrupción nos ha hecho mucho daño, ya pedimos perdón y aprobamos importantes reformas para prevenir y endurecer el castigo”, afirmó en 2015. Tres años después, el PSOE presentó una moción de censura contra él tras conocerse la sentencia de la Gürtel.

El recuerdo de esos años también sirve para enviar mensajes al otro lado. Rajoy no dimitió cuando salieron las informaciones de los sobresueldos que él también recibió, incluso en su etapa de ministro, ni cuando aparecieron sus mensajes de apoyo a Luis Bárcenas. Se aferró al cargo, hizo algunos cambios cosméticos y pensó que todo estaba solucionado. Hoy trabaja de registrador de la propiedad, gana mucho dinero y aparece en algún acto del PP en el papel de figurante de prestigio.

Pero eso ya es historia y lo que nos debe interesar es el presente. Cuánto tiempo puede aguantar el Gobierno en esta situación. Qué ocurrirá cuando salgan publicados nuevos mensajes producto de la investigación o de las grabaciones realizadas por Koldo García. Qué va a hacer el Ministerio de Transportes para explicar qué pasó con las adjudicaciones de obras en los tiempos de Ábalos. Quién ocupará el puesto de secretario de Organización del PSOE y con qué papel. ¿O hay que llamarlo papelón? Para la situación que afronta, a Sánchez ya no le valdrá con multiplicarse en actos como asistir al aniversario de Netflix o subirse al avión para participar en cumbres internacionales. 

“Yo no soy perfecto. Tengo virtudes y defectos”, dijo Sánchez el jueves. Un poco más y comenta que su mayor defecto es la sinceridad. Lo que está en cuestión no son sus características personales, sino su capacidad para seguir presidiendo el Gobierno y hacerlo con la credibilidad que exige el puesto. Sobre eso, no sabemos nada, porque no lo ha contado. Tendrá que reflexionar y hablarlo con mucha gente, pero hasta que culmine ese trabajo preparatorio todo estará en el aire. Tenemos ahora un Gobierno en funciones a la espera de saber si es capaz de llevar a cabo el cambio de rumbo que las circunstancias requieren.

No funcionará el mensaje ‘tranquilos, Cerdán ya no está en su puesto en Ferraz y la persona que lo sustituye es fantástica’. Ah, y haremos una auditoría externa que ofrecerá las mismas conclusiones que un informe del Tribunal de Cuentas. Eso es como hacer un masaje de cuello a una persona que ha sufrido un infarto.


Una conversación entre Ábalos y Koldo García.

Luego está la vergüenza. Las conversaciones en que Ábalos y Koldo hablan de las chicas que el segundo pone a disposición de su ministro. “La Carlota esa se enrolla que te cagas”. Habrá algunos que piensen que eso es lo peor de todo al revelar de qué clase de personas estamos hablando. De todas formas, ser un cerdo no es un delito. Recibir sobornos de un directivo de Acciona, sí. No nos engañemos. Unos tipos que han montado una estructura corrupta en un Ministerio son perfectamente capaces de irse de putas.

En el proceso de toma de decisiones, Ferraz es un desierto. Pasa mucho con los partidos que están en el Gobierno. En la sede central, queda una persona para vigilar el corral y poco más. Todo el poder se concentra en Moncloa. Sánchez tiene ante sí lo habitual en estos casos. Cambiar personas, mover fichas. Eso no es nada espectacular a menos que tenga efectos políticos de peso. Cada vez que un presidente cambia ministros y habla de un nuevo impulso a la acción de gobierno, los ciudadanos tienen derecho a olvidarse de ello al día siguiente. Quien marca el paso de un Gobierno es su presidente y un par de puestos más, no quien ocupa la cartera de Vivienda o Educación. 

Sánchez ya cometió el error de poner a ministros al frente del partido en algunas regiones. Como se ve en el caso de Montero, Alegría, López o Morant, son líderes del PSOE a media jornada en sus comunidades o menos que eso. Ese pluriempleo sólo perjudica a los socialistas. Colocar a Óscar López como candidato para las futuras elecciones autonómicas de Madrid ha sido un regalo para Isabel Díaz Ayuso, porque le sirve para reforzar su mensaje de que es ella sola contra el Gobierno socialista de España. Qué más puede pedir. Es como regalarle la victoria. 

Después del shock del primer día, iniciado por cierto con una información de este diario, los socios del PSOE han empezado a endurecer su posición. No van a hundirse con los socialistas. Sobre las explicaciones de Sánchez, Antonio Maíllo, coordinador de Izquierda Unida, ha dicho que “no son suficientes”: “Lo entendemos como un primer paso mínimo”. “No basta con pedir perdón, no sabemos lo que ha pasado”, ha dicho Yolanda Díaz. La vicepresidenta ha pedido “un reseteo” de la legislatura y un cambio en las relaciones de Sumar y el PSOE. No está claro a qué se refiere, porque ha reclamado “un giro de 180 grados desde lo social”. 180 grados significa seguir un rumbo opuesto y ella no decía que el Gobierno lo hacía todo mal antes de esta crisis.

Esquerra ha lanzando un aviso a través de su secretaria general, Elisenda Alamany, con el que marcar distancias: “Si esta corrupción se demuestra que está amparada y que la conocía el presidente y que estaba extendida en el Gobierno, es evidente que no podrá contar con el apoyo de ERC”.

Titulé la crónica del viernes “un golpe devastador para el PSOE del que es difícil recuperarse”. El cómo recuperarse es algo que nadie sabe cómo se hará. Quizá ni el propio Sánchez. Lo que es evidente es que no será posible repitiendo cada semana que la legislatura acabará en 2027. Eso no es una solución. Como mucho, es una plegaria. 

Las preguntas que hay que hacer en una rueda de prensa


Monrosi en la rueda de prensa de Sánchez.

Después de estar cuarenta días sin responder a preguntas de periodistas, Pedro Sánchez ya no tenía elección. El jueves por la tarde, dio una rueda de prensa en la sede de Ferraz. No en Moncloa con la intención de aislar al Gobierno del escándalo. José Enrique Monrosi, compañero de la sección de Política, le hizo tres preguntas, todas pertinentes: si había pensado convocar elecciones teniendo en cuenta que llegó al poder gracias a una moción de censura originada por la corrupción en el PP, cómo era posible que Santos Cerdán le hubiera estado engañando durante tanto tiempo cuando le había encargado hacerse cargo del partido después de la etapa de Ábalos, y finalmente si podía asegurar que el PSOE no se había financiado de forma irregular. Se pueden ver en este enlace.

En La Razón creyeron que era una cosa llamativa y escribieron un artículo con el titular: “El tremendo repaso de un periodista de elDiario.es a Sánchez tras escuchar sus explicaciones sobre el caso Santos Cerdán”. En fin, te tienes que reír. Ni siquiera era un repaso. Eran las preguntas que había que hacer, y que también podrían haber hecho otros periodistas. Nada que ver con las preguntas que le hacen a Díaz Ayuso en Telemadrid o en el programa de Ana Rosa Quintana, aunque eso tiene que ver con los medios que escriben artículos y hacen preguntas en función del color del Gobierno que tiene que responder.

Feijóo y Mazón, inseparables


Mazón y Feijóo encantados de conocerse en un acto del PP en Alicante el 10 de junio.

Después de tanto tiempo huyendo de cualquier imagen con Carlos Mazón, a Alberto Núñez Feijóo se le ha pasado el miedo a fotografiarse con el presidente de la Generalitat. Esta semana, fue a Alicante a felicitarle por su pacto de presupuestos con Vox. Con el viaje, pretendía acallar los rumores sobre una posible dimisión de Mazón este verano con la que cerrar la sangría de votos que está sufriendo el PP en la Comunidad Valenciana, según algunos sondeos. 

Para Feijóo, está claro que los 228 muertos de la DANA no son tan importantes como para que Mazón presente la dimisión por no hacer nada útil durante la trágica jornada. En su caso, a diferencia de Sánchez, no es necesario que asuma ninguna responsabilidad. Y además el presidente valenciano ha enviado una carta a las asociaciones de las víctimas de la DANA en la que promociona un bono viaje para afectados por las riadas. La verdad es que es el tipo de responsable político que más se parece a Feijóo. Cómo no le va a querer.

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